Las precipitaciones causadas por la tormenta tropical Dianmu ponen de manifiesto la frágil situación de Bangkok frente a las inundaciones. En apenas dos días, 70.000 viviendas quedaron anegadas y siete personas perdieron la vida



La pesadilla no termina para Tailandia. Sobre todo, se pretende evitar a toda costa la catástrofe vivida durante la temporada de monzones del 2011, pero las continuas lluvias arrojadas por las implacables tormentas no ayudan en nada.
La última de ellas, la tormenta tropical Dianmu, se ha saldado con más 20 provincias afectadas siendo la región central del reino la más devastada. En la capital, el río Chao Phray no paraba de aumentar su nivel a medida que los embalses situados en la cabecera se veían obligados a abrir sus puertas ante el riesgo de colapso, se
El martes, los soldados colocaron barreras y sacos de arena para proteger las ruinas arqueológicas y los puntos de referencia, así como los vecindarios de la antigua capital real, Ayutthaya, a unos 60 kilómetros al norte de Bangkok. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, no sirvieron para evitar que 70.000 viviendas terminasen anegadas de agua en la capital del reino, además de lamentar la pérdida de siete personas.En total, el Departamento de Prevención y Mitigación de Desastres anunció que 197.795 hogares en 30 provincias, principalmente en las regiones norte, noreste y central, se habían visto afectados, un aumento del 56% sobre los 126,781 registradas un día antes.
Este jueves las autoridades daban un soplo de aire fresco al confirmar cierta mejoría en las condiciones climáticas en 13 provincias de todo Tailandia, incluida Chiang Mai, al norte del país. Aún así, se siguen pronosticando fuertes lluvias que afectan a Bangkok y las provincias de Lopburi, Saraburi, Ayutthaya, Pathum Thani y Nonthaburi. Se teme en ellas que el Chao Phraya empeore las inundaciones causadas por las precipitaciones.
El dilema que enfrentan los administradores de los embalses es que toda el agua posible debe ser almacenada para la llegada de las largas sequías, pero los desbordamientos no se lo están poniendo nada fácil. En este sentido, Bangkok es la más vulnerable al estar construida sobre una marisma a casi dos metros sobre el nivel del mar.
En el pasado, las tierras de cultivo y los arrozales de las zonas bajas absorbían el agua de las inundaciones, pero la expansión de la ciudad ha provocado que un gran numero de estas defensas naturales desapareciesen en favor del cemento y el hormigón, lo que ha aumentado la vulnerabilidad de la capital de Tailandia.
El plan maestro de prevención de inundaciones de la ciudad, que involucra embalses y túneles subterráneos, no se ha construido por completo debido a problemas para adquirir terrenos, según los medios locales.
«Daremos una advertencia a la gente si hay una señal de que el nivel del agua está aumentando y si existe el riesgo de inundaciones repentinas», señaló el gobernador de Bangkok, Aswin Kwanmuang.
