El deshielo de un glaciar amenaza con crear un mega tsunami

El deshielo de un glaciar amenaza con crear un mega tsunami

Alaska está acostumbrada a sufrir tsunamis en las aguas que manan de sus glaciares. Sin embargo, la precipitada descongelación de uno de ellos amenaza con crear un tsunami sin precedentes que podría destruir las ciudades más cercanas


La descongelación del permafrost en Alaska está haciendo saltar las alarmas en la comunidad científica estadounidense, no solo por los efectos a largo plazo que pueda tener, sino porque han observado cómo una pendiente de tierra ha comenzado a erosionarse repentinamente por este fenómeno, amenazando con desatar un tsunami con olas de más de 100 metros de altura.

Según los primeros geólogos que advirtieron sobre la posibilidad de tsunami en mayo de este año, el suceso podría darse de un plazo entre 12 meses y 20 años a consecuencia del derrumbe de una de las paredes que componen el fiordo de Barry Arm, en concreto una de las construidas por el glaciar Barry.

Estado del Glaciar Barry en el 2019. En la foto se aprecia el retroceso y el agua producida, así como la erosión de la pared (scarp) que amenaza con venirse abajo | Foto: NASA

En la carta abierta que emitieron esos científicos, expusieron que el glaciar Barry sufrió un importante retroceso entre el 2009 y el 2015 que desestabilizó las paredes rocosas que lo rodeaban. En concreto, durante ese periodo de tiempo, las numerosas fracturas que se observaron a través de imágenes satelitales revelaron que la pendiente se había desplazado unos 180 metros hacia el fondo del fiordo, dejando entrever la posibilidad de que en algún momento pudieran desprenderse repentinamente y llegar hasta el agua.

De acuerdo con el Departamento de Recursos Naturales del Estado de Alaska, las nuevas investigaciones realizadas en el 2020 sugieren que en la actualidad existe un menor riesgo de tsunami al haberse estabilizado el retroceso del glaciar y con él el derrumbe de la pared.

“Los datos de las observaciones científicas en junio y julio de 2020 indican que el movimiento de la pendiente fue inferior a unos pocos centímetros, por lo que el riesgo de que se origine un tsunami es menor que entre el 2009 y el 2015”, informan desde el departamento.

Tsunamis de récord

No obstante, que las paredes se hayan estabilizado no es sinónimo de que no se pueda originar un hipotético tsunami. De hecho, que ocurran este tipo de fenómenos en la región ártica es más común de lo que parece, y más durante la última década debido a la precipitada descongelación de permafrost.

El permafrost, entre otras funciones, ejerce un vital papel en esta región del mundo al servir como elemento de unión entre los sedimentos que componen las capas superficiales de terreno. Cuando el hielo permanente desaparece, el terreno se desapelmaza y comienza a desestabilizarse hasta formar paisajes de thermokarst o, en este caso, corrimientos de tierra.

Los Tsunamis no solo ocurren en las costas, sino también a gran altitud en zonas donde los glaciares crean enormes depósitos de agua por su descongelamiento

Uno de los últimos grandes tsunamis que ocurrieron en Alaska se registró el 17 de octubre del 2015 cuando 180 millones de toneladas de roca cayeron de una de las paredes del fiordo de Taan y generaron olas de 200 metros que arrasaron todo a su paso durante 20 kilómetros cuadrados, incluso los bosques del Parque Nacional y Reserva Wrangell-San Elías a mayor altitud sobre el nivel del mar que el epicentro del tsunami.

Sin embargo, el peor tsunami que recuerdan en Alaska sucedió en 1958 en la Bahía de Lituya cuando unos 30 millones de metros cúbicos de tierra cayeron a una altura de 900 metros sobre las aguas de Gilbert Inlet, una de las zonas de la bahía. La fuerza del impacto produjo la ola a mayor altitud sobre el nivel del mar jamás registrada -524 metros sobre el nivel del mar- y un episodio de destrucción que algunos compararon con el estallido de una bomba atómica.

“Los parques de Alaska son propensos a sufrir eventos como este. Los deslizamientos de tierra que generan grandes tsunamis ocurren con mayor frecuencia en paisajes con glaciares en retroceso. En el siglo pasado, 10 de los 14 tsunamis más altos sobre el nivel del mar del mundo estaban en montañas glaciares y cuatro en parques de Alaska”, detalla el Servicio Nacional de Estados Unidos de Parques Nacionales.

En la carta, los geólogos señalaron la porción de tierra que amenaza con desprenderse | Foto: Gobierno de Alaska

Según el Departamento de Recursos Naturales del Estado de Alaska, el próximo gran deslizamiento podría ser el que ocurra en el fiordo de Barry Arm. “Aún no sabemos cuándo podrá ocurrir, pero es cierto que es posible que un terremoto, las lluvias o el frío puedan ser la chispa que desencadene el deslizamiento de tierra”.

De ocurrir el desastre, los científicos de la NASA estiman que el deslizamiento de tierra podría liberar 16 veces más escombros y 11 veces más energía que la registrada en el tsunami de 1958. Además, teniendo en cuanta la capacidad de destrucción de anteriores eventos similares, es posible que algunas poblaciones cercanas, como Anchorage, corran el riesgo de sufrir daños graves. Por este motivo, el Departamento de Recursos Naturales del Estado de Alaska se mantiene alerta y ha metido varios comunicados, así como un documento de preguntas frecuentes sobre la actitud que deben tomar los ciudadanos en el caso de que se produzca este fenómeno.



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