La estación francesa de Luchon-Superbagnères, en los Pirineos, ha justificado llevar hasta 50 toneladas de nieve en helicóptero por los problemas que planteaban las altas temperaturas para mantener abierta la estación, en una operación criticada por los ecologistas y el Gobierno



Los Pirineos están casi sin nieve por culpa de las temperaturas inusualmente altas que se están viviendo este invierno. Pero eso no ha frenado a los responsables de la estación de esquí francesa de Luchon-Superbagnères, a la hora de mantener abierta la estación. Eso sí, la solución que han encontrado es poco ortodoxa y les ha valido importantes críticas: utilizar un helicóptero para transportar 80 metros cúbicos de nieve desde 2100 metros de altura a los 1850 en la que está la estación. Una acción que han justificado desde el punto de vista económico pero que ha levantado ampollas entre los ecologistas y provocado las críticas del Gobierno por su alto coste ambiental.
Esta semana es vacacional en muchos sitios de Francia, por lo que suele ser en febrero cuando se registra la mayor afluencia en las estaciones de esquí de los Pirineos y los Alpes. Esta circunstancia es la justificación que esgrimen los responsables del negocio para el traslado en helicóptero de 50 toneladas de nieve. En total, 28 pistas se han beneficiado de la operación, la mayoría de zonas dedicadas a principiantes y niños, según ha explicado Hervé Pounau, director del consejo del departamento local, a la agencia de noticias AFP.
El coste ha sido sido de entre «5.000 y 6.000 euros», ha añadido, aunque el retorno a largo plazo será «unas diez veces mayor que la inversión», lo que permitirá salvar hasta ochenta puestos de trabajo. Eso sí, los helicópteros, que no pueden cargar mucho peso, han tenido que realizar numerosos viajes entra la cumbre y la pistas para poder transportar tanta nieve.
«No vamos a cubrir toda la estación de nieve, pero sin ella habríamos tenido que cerrar gran parte de las instalaciones y es en estas vacaciones cuando más actividad registran las pistas para los que se inician en el esquí y con ellos las escuelas de esquí», ha agregado Pounau, que aún así asegura, a la vista de las críticas, que «no volverán a hacerlo».
Es la primera vez que se han usado helicópteros en los Pirineos para transportar nieve desde lo alto de la montaña a zonas a menor altura, aunque en los Alpes ya se había hecho antes.
«El mundo al revés»
Aunque la operación haya sido justificado desde un punto de vista económico, desde una óptica ambiental es todo mucho más paradójico: las idas y vueltas de los helicópteros han emitido una gran cantidad de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, para paliar otro efecto del calentamiento global, las altas temperaturas en invierno. Una situación que ha despertado críticas de ecologistas e incluso del propio Gobierno.
El secretario local del partido Los Verdes, Bastien Ho, lo ha descrito como «el mundo al revés» y «una aberración cortoplacista que lucha contra el calentamiento global contribuyendo a que se produzca». Y la ministra francesa de la Transición Ecológica, Elisabeth Borne, ha llamado al orden a los responsables de estaciones de esquí.
En un comunicado de su departamento, divulgado en la noche del jueves al viernes, Borne se felicitó de que los responsables del sector y los representantes políticos de las zonas de montaña «hayan indicado claramente» que el transporte de nieve con helicóptero a las pistas en las que no hay no se repetirá.
«Tenemos una responsabilidad colectiva para poner en marcha una transición hacia un modelo más ecológico y el Gobierno estará junto a los actores de las estaciones de esquí para que tenga éxito», concluyó.
Francia es el segundo destino mundial de esquiadores después de Estados Unidos: durante la temporada se generan unos ingresos de 9.000 millones de euros anuales y 120.000 puestos de trabajo. Pero el cambio climático está teniendo un gran impacto en este lucrativo negocio. Según la Agencia Meteorológica de Francia, a pesar de las nevadas al comienzo del invierno, “el mes de enero ha tenido temperaturas muy suaves y sobre todo ha sido muy seco». Y las previsiones apuntan a que lo que queda de invierno seguirá siendo cálido en toda Europa.
