Un informe de UNICEF revela que 1.000 millones de niños viven en uno de los 33 países considerados “de muy alto riesgo” climático. Además, uno de cada tres vive en zonas donde se solapan al menos cuatro perturbaciones climáticas y medioambientales importantes



Inundaciones y sequías, incendios de sexta generación que están arrasando el Mediterráneo o prolongadas olas de calor son algunos de los efectos del cambio climático que estamos viviendo en estos momentos. Efectos que, en su dimensión más general, afectan en mayor medida a los niños y a las niñas, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Así lo expone la agencia de la ONU en un nuevo informe, que afirma ser “el primer análisis exhaustivo de los riesgos climáticos desde la perspectiva de los niños”. En él, UNICEF clasifica a los países en función de la exposición de los niños a las perturbaciones climáticas y medioambientales, como los ciclones y las olas de calor, así como su vulnerabilidad a esas perturbaciones según su acceso a los servicios esenciales.
Con esto, asegura que alrededor de 1.000 millones de niños, casi la mitad del total de 2.200 millones que hay en el mundo, viven en uno de los 33 países considerados “de muy alto riesgo”. En concreto, los niños de la República Centroafricana, el Chad, Nigeria, Guinea y Guinea-Bissau son los más vulnerables a los efectos del cambio climático.
“Por primera vez disponemos de un panorama completo que nos revela dónde y de qué forma los niños son vulnerables al cambio climático, y se trata de un panorama mucho más grave de lo que podíamos imaginar”, detalla UNICEF en un comunicado.
“Las perturbaciones climáticas y medioambientales están menoscabando la totalidad de los derechos de los niños, desde su acceso a un aire limpio, alimentos y agua potable, hasta su derecho a una educación, a una vivienda, a estar protegidos contra la explotación e incluso a sobrevivir. La vida de prácticamente todos los niños resultará afectada”, expone Henrietta Fore, directora ejecutiva de la agencia de la ONU.


Curiosamente, los 33 países “de muy alto riesgo” producen tan solo el 9% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Solo uno de los 10 países más contaminantes, que en su conjunto lanzan el 70% de las emisiones, está clasificado como un país “de muy alto riesgo” en el índice.
“El cambio climático es profundamente desigual. Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas mundiales, ellos sufrirán las peores consecuencias. Los niños de los países menos responsables sufrirán más que nadie”, señala nuestra directora ejecutiva.
El documento también revela otros datos, como que el mayor impacto en los niños es la contaminación atmosférica, que afecta a 1.000 millones de niños, seguido de la escasez de agua, con un alcance de 920 millones. Los últimos en el ranking son las inundaciones fluviales y costeras, que afectan 330 y 240 millones de niños respectivamente.
Solapamiento de problemas
Si bien casi todos los niños del mundo corren el riesgo de sufrir alguna de estas amenazas climáticas y medioambientales, los datos revelan que los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y a menudo solapadas que podrían mermar el progreso en materia de desarrollo y aumentar las carencias de la infancia.
UNICEF estima que 850 millones de niños, uno de cada tres en todo el mundo, viven en zonas donde se solapan al menos cuatro de las perturbaciones climáticas y medioambientales anteriormente citadas. Además, nada menos que 330 millones de niños, uno de cada siete en todo el mundo, viven en zonas afectadas como mínimo por cinco peligros considerables.“Si no se toman las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuanto antes, los niños seguirán sufriendo más que nadie. En comparación con los adultos, los niños necesitan más alimentos y agua por cada unidad de peso corporal; tienen menos capacidad para sobrevivir a los fenómenos meteorológicos extremos; y son más susceptibles a las sustancias químicas tóxicas, los cambios de temperatura y las enfermedades, entre otros factores”, recuerda UNICEF.
Entre las medidas que propone la agencia de la ONU, destacan las inversiones destinadas a la adaptación y la resiliencia al clima en los servicios más importantes para la infancia», como son los sistemas de agua, saneamiento e higiene, y los servicios de salud y educación.
También hablan de reducir las reducciones de gases de efecto invernadero, que tienen que caer un 45% como mínimo antes del 2050, proporcionar a los niños educación sobre el clima y competencias ecológicas e, incluso, incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y las decisiones relacionadas con el clima a nivel nacional, regional e internacional, entre ellas la COP26.
Según detalla el informe de UNICEF, España se encuentra en la zona media-baja, concretamente en el puesto 117, de un total de 163.
