Los vikingos abandonaron Groenlandia por la sequía, no por el frío

Los vikingos abandonaron Groenlandia por la sequía, no por el frío

Un estudio de la Universidad de Massachusetts Amherst señala que fue la sequía la que obligó a los vikingos a abandonar sus asentamientos. Al parecer la falta de agua impidió que el pasto necesario para la ganadería creciera obligándoles a marcharse


Uno de los misterios de la historia medieval tardía es por qué los vikingos abandonaron el sur de Groenlandia a principios del siglo XV. Aunque la opinión generalizada es por una bajada de temperaturas, un nuevo estudio señala que en realidad se debió a la sequía.

Un equipo de la Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos) reconstruyó las temperaturas históricas de Groenlandia en los últimos 2.000 años, para lo que recogieron y analizaron muestras de sedimentos de un lago. «Antes de este estudio no había datos del sitio dónde estuvieron asentados los vikingos y eso es un problema», aseguró Raymond Bradley en un comunicado de la universidad este martes. Bradley, geocientífico y profesor en la institución, formó parte del equipo de investigación que ha aportado información previamente desconocida.

Los pueblos nórdicos se establecieron con éxito en el llamado asentamiento oriental, en el sur de Groenlandia, en 985. Ahí limpiaron la tierra de arbustos y plantaron hierba como pasto para el ganado, hasta llegar a un máximo de unos 2.000 habitantes, pero 400 años después ese sistema se colapsó con bastante rapidez. Hasta ahora, se pensaba que la causa fue las temperaturas más frías asociadas a la Pequeña Edad de Hielo, que contribuyeron a hacer insostenibles aquellas colonias. Sin embargo la nueva investigación publicada en la revista de divulgación científica Science Advances, contradice esa teoría.

La investigación

El equipo estudió cómo había variado el clima cerca de los asentamientos nórdicos. El equipo, encabezado por Bradley, viajó hasta un lago denominado 578, cerca de una antigua granja nórdica, donde pasaron tres años recogiendo muestras de sedimentos. A continuación, analizaron las muestras en busca de dos marcadores: el primero, un lípido conocido como BrGDGT, que puede utilizarse para reconstruir la temperatura. «Si se dispone de un registro lo suficientemente completo, se puede relacionar directamente el cambio de estructura de los lípidos con el cambio de temperatura», afirmó Isla Castañeda, otra de las firmantes del estudio.

VikingosGroenlandia
El lago 578 en Groenlandia dónde el equipo recogió sedimentos para su investigación. | Foto: R.S. Bradley

El segundo marcador se consiguió con la capa de cera de las hojas de las plantas. Ya que esta puede utilizarse para determinar la velocidad a la que los pastos y otras plantas -que sirven de alimento al ganado- perdieron agua por la evaporación. «Lo que descubrimos», dijo Boayand Zhao, «es que, aunque la temperatura apenas cambió en el transcurso del asentamiento nórdico en el sur de Groenlandia, se volvió constantemente más seco con el tiempo».

Los granjeros nórdicos tenían que pasar el invierno con su ganado a base de forraje almacenado e incluso en un buen año, los animales estaban a menudo tan débiles que tenían que ser cargados a los campos una vez que la nieve se derretía en primavera. En esas condiciones, las consecuencias de una sequía prolongada, sumada a otras presiones económicas y sociales, pudieron haber inclinado la balanza lo suficiente como para hacer insostenible el asentamiento oriental.



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