Combatir la deforestación para salvar comunidades indígenas en Panamá

Combatir la deforestación para salvar comunidades indígenas en Panamá

Combatir la deforestación para salvar comunidades indígenas en Panamá

Un grupo de expertos financiado por National Geographic busca soluciones para llevar agua potable y energía solar a la comunidad indígena Majé Emberá, mientras luchan por recuperar la fauna y la flora de una reserva en el corazón de Panamá


Lucía Franco
Madrid | 3 diciembre, 2021


Cuando el gobierno de Panamá finalizó la construcción de la represa Bayano en 1971 para suministrar la electricidad necesaria para impulsar el desarrollo de la capital, esta inundó los asentamientos locales, desplazando por la fuerza a los indígenas Emberá a tierras donde no tenían títulos legales. Después, llegaron los colonos y empezaron a destruir primero sus árboles, después el agua y, finalmente, sus tierras. “Nos echaron a la fuerza del lago y ahora de nuestras tierras con el fuego”, lamenta el cacique Lázaro Mecha.

Esta comunidad indígena en donde viven 85 familias, unas 300 personas, han denunciado en múltiples ocasiones las continuas amenazas de colonos e invasores en su territorio, que forma parte de la Reserva Hidrológica de Majé. De acuerdo con cifras del Ministerio de Ambiente de Panamá, esta área ha perdido la mitad de su bosque durante las últimas décadas.

Un estudio de la Rainforest Foundation ofrece la razón por la que esto ha sucedido: la actividad extractora de los colonos, la tala indiscriminada y los incendios provocados por ganaderos, que además se han visto agravados por unas condiciones ambientales más propicias, consecuencia del cambio climático. Ante esta degradación continuada, a comienzos de 2020 un grupo de expertos financiados por National Geographic decidió ir hasta la comunidad para prestarles ayuda. “Mi amigo Felipe Perez que ya conocía a la comunidad, me contó que necesitaba mi apoyo como biólogo y yo no lo dudé un segundo, cogimos un avión y llegamos a ayudar”, afirma Santiago Ramírez, de 26 años.

Durante los meses en que Ramírez y su equipo estuvieron en la comunidad, pudieron ver de primera mano cómo los ganaderos quemaban los bosques sin ninguna precaución. Descubrieron que, en muchas ocasiones, las casas resultaron incendiadas por culpa de fuegos intencionales. “Los incendios descontrolados han quemado viviendas y los cultivos sostenibles de las familias. Están poniendo en peligro a toda la comunidad junto con el bienestar del bosque”, denuncia Ramírez.

Pérdida de conocimientos ancestrales

Otro de los problemas que pudieron observar es que los colonos echaban muchos fertilizantes a la tierra. Estos llegaban al agua y esto hacía que esta no fuera apta para el consumo humano. “Además, introdujeron una especie de tilapia invasora en el lago Bayano que está amenazando la supervivencia y la diversidad de fauna acuática en la zona”, explica Ramírez.

Una de las pérdidas más importantes, dicen los expertos, tiene que ver con la falta de transmisión de conocimientos ancestrales. Por ejemplo, la comunidad hace artesanías típicas de la región de una madera muy fina de un árbol que se llama Coco bolo que está desapareciendo porque lo están talando.

Panamá indígenas
Un indígena Emberá trabajando la madera. | Santiago Ramírez

Los más jóvenes no saben cómo se trata este tipo de madera, aunque para muchos se haya convertido en su principal forma de subsistencia. “Ahora que no pueden cultivar porque sus huertos han sido destruidos, viven de vender artesanías en el pueblo más cercano”, afirma Ramírez.

La migración a las ciudades, la destrucción de los bosques y la desaparición de plantas de importancia medicinal ha reducido el interés de las generaciones más recientes por el conocimiento tradicional de las plantas y el idioma emberá. Para solucionar estos problemas, el grupo de expertos busca soluciones que puedan servir de ejemplo para otras comunidades. El objetivo: mejorar las condiciones de vida de esta población indígena para que los más jóvenes tengan motivos para quedarse y continuar con las prácticas de sus antepasados.

Luz, agua y semillas

Lo primero fue dotar a la comunidad de energía solar. Antes, solo tenían las baterías de sus móviles y sus linternas para ir al pueblo más cercano, que está a tres horas en lancha por el río. El grupo de expertos ha capacitado a veinte miembros de la comunidad para que instalen generadores de electricidad solar en el único sitio de la comunidad con señal de Internet móvil. También se han hecho esfuerzos para traer agua potable a la zona y evitar la contaminación que provocan por infiltración los fertilizantes de algunas explotaciones agrícolas.

Después, consiguieron semillas para reemplazar los cultivos que han sido quemados por los incendios forestales y reforestar sus tierras con biodiversidad local para poder recuperar los ecosistemas. Es más, con el conocimiento ancestral de la comunidad, han hecho una enciclopedia etnobotánica, la primera vez que se pone negro sobre blanco su saber milenario. “El objetivo es que los jóvenes puedan aprender de las plantas incluso si desaparecen por la deforestación”, afirma Ramírez. También se usará esta enciclopedia en el nuevo centro de medicina botánica que se está construyendo.

Los monos araña son una de las múltiples especies amenazadas por la pérdida de ecosistemas en Panamá. | Santiago Ramírez

Además, para facilitar la conciencia pública sobre el alcance y los efectos de la deforestación del hábitat, van a desarrollar un sitio web dedicado a Majé, integrando mapas de la comunidad con análisis satelitales y varias entrevistas en video para representar las perspectivas de la comunidad sobre la deforestación. Pequeños pasos adelante que intentan devolver a esta comunidad indígena al menos una pizca de su tradicional modo de vida.



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