Agua de grifo obligatoria en hostelería para contener los residuos - EL ÁGORA DIARIO

Agua de grifo obligatoria en hostelería para contener los residuos

Reducir los residuos plásticos un 70% hasta 2030 es el objetivo del proyecto de Ley de Residuos y para lograrlo incorpora dos impuestos al plástico y la obligación de ofrecer agua de grifo en hostelería, entre otras medidas


El Consejo de Ministros ha dado luz verde al proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que  incrementará las tasas de reciclado de residuos municipales cinco puntos porcentuales cada cinco años desde 2020 a la vez que reducirá los recipientes alimentarios y los vasos de plástico de un solo uso hasta un 70% en 2030.

La nueva norma está dirigida a impulsar una economía circular, que restringe los plásticos de un solo uso así como la introducción en el mercado de ciertos productos e incorpora dos nuevos impuestos dirigidos a «prevenir» la generación de residuos.

Según ha informado la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el proyecto de ley, que será remitido al Congreso de los Diputados para su tramitación, incluye nuevas obligaciones a los productores de cara la información a los consumidores, aumenta los objetivos de reciclaje de distintos flujos de residuos de aquí a los próximos años e incorpora la obligación de recogida separada para diferentes restos municipales como el textil o los biorresiduos con un calendario de implantación.

La norma reemplazará la ley vigente desde 2011 y es la «clave» de todo el paquete normativo sobre economía circular y una de las reformas más relevantes incluidas en el Plan de Recuperación. De esta manera, se establecerán nuevos impuestos, uno de ellos a los envases de plástico no reutilizables, a razón de 0’45 euros por kilogramo, y otro al depósito en vertedero e incineración, que podrá oscilar entre 1’5 euros y 40 euros por cada tonelada métrica.

Entre los plásticos de un solo uso sujetos a reducción están los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato, cuya comercialización ha de reducirse un 50% entre 2022 y 2026 y un 70 % para 2030.

En cualquier caso, a partir de 2023 se prohíbe su distribución gratuita, debiéndose cobrar un precio por cada uno de los productos de plástico que se entregue al consumidor, diferenciándolo en el ticket de venta.

La ley también incorpora medidas para otros plásticos como artículos monodosis, anillas de plástico y palitos de plástico de sujeción para sustituirlos por otros materiales, y se prohibirán las pajitas, bastoncillos, cubiertos, platos y cualquier producto hecho con plástico oxodegradable y microesferas plásticas de menos de 5 milímetros.

El proyecto introduce requisitos de diseño, -tapas y tapones han de permanecer unidos al recipiente- y establece que las botellas PET -polietileno- han de contener un 25% de plástico reciclado a partir de 2025 y todas las botellas de bebidas un 30% en 2030.

Entre los productos de plástico de un solo uso sujetos a reducción están los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato, cuya comercialización ha de reducirse un 50% en 2026 con respecto a 2022 y un 70% para 2030 con respecto al mismo año. Los agentes implicados en la comercialización deberán fomentar el uso de alternativas reutilizables o de otro material no plástico.

Agua de grifo obligatoria en hostelería y restauración

La norma establece la obligación de que la hostelería ofrezca «siempre» a sus clientes la posibilidad de agua del grifo, en lugar de envasada, y para las administraciones públicas, la reducción del agua embotellada en sus dependencias y espacios públicos, salvo en centros sanitarios, donde se permitirán envases de un solo uso.

Además, el texto contempla actuaciones contra el despilfarro de alimentos, con el fin de reducir el 50% de los alimentos desechados per cápita a nivel de hogar, distribución minorista y consumo en el sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías), y rebajar un 20% las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro, en línea con los objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030.

Cuando la ley sea aprobada definitivamente, quedará prohibida también la destrucción de excedentes de productos no perecederos no vendidos, tales como textiles, juguetes y aparatos eléctricos, entre otros, salvo que dichos productos deban destruirse conforme a otra normativa debiendo destinarse preferentemente a reutilización, así como la liberación intencionada de globos.

En cuanto a la responsabilidad ampliada del productor del residuo, se encuentra el sistema de depósito, devolución y retorno, las partidas de gestión de residuos -financiadas por los productores- y la regulación de responsabilidad para 2025 de productos como toallitas, globos o artes de pesca.

Inventario Nacional de descontaminaciones

La futura ley regulará los suelos contaminados, y, como novedad, incluye el Inventario Nacional de descontaminaciones voluntarias de suelos contaminados, que será alimentado por los registros autonómicos.

Además, para las botellas de plástico, el texto establece objetivos de recogida separada en dos horizontes temporales: en 2025 se deben recoger separadamente el 77% en peso respecto al introducido en el mercado, aumentando al 90% en 2029.

Por otro lado, incluye obligaciones de marcado para toallitas o los productos de higiene femenina el desarrollo de la responsabilidad ampliada del productor, así como medidas de concienciación para informar a los consumidores del impacto negativo en el medio ambiente derivados de su abandono y de la correcta gestión de los mismos.

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Toallitas de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Arroyo Culebro | Foto: El Ágora

Los residuos producidos deberán pesar un 13% menos en 2025 y un 15% en 2025 respecto a los generados en 2010, que se añaden al objetivo actualmente vigente del 10% de reducción a partir de 2020.

Igualmente, incorpora un calendario de implantación de nuevas recogidas separadas de residuos para su valorización, además de la ya existente para el papel, los metales, el plástico y el vidrio. En concreto, los municipios de más de 5.000 habitantes deberán recoger los biorresiduos domésticos a partir de 2022 y a partir de 2024 el resto de municipios. Los residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y residuos voluminosos a partir de 2025.

Los residuos de construcción y demolición deberán clasificarse por materiales, preferentemente en el origen a partir de 2022 y la demolición deberá ser selectiva a partir de 2024.

«Es una herramienta más para pasar de la economía lineal a la circular. El cambio va a movilizar muchos recursos de la UE y, según cálculos de la comisión, estas inversiones van a requerir 2.500 millones de euros de aquí a 2035», ha concluido la ministra portavoz.


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