El 40% de la producción de alimentos mundial acaba en la basura

El 40% de la producción de alimentos mundial acaba en la basura

Un nuevo informe revela que el 40% de la producción de alimentos mundial, es decir, 2.500 millones de toneladas de productos, se desperdician en el mundo. Esto supone un despilfarro de recursos, como el agua, de la que se necesitan 760.000 hm3 para producir esa comida que después se pierde


Unas 2.500 millones de toneladas de alimentos se desperdician en el mundo, lo que se traduce en que el 40% de la producción mundial de alimentos termina desaprovechada, según un último informe elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Tesco.

Esta cifra supone 1.200 millones de tonelada más de alimentos de las que se calculaba, ya que por primera vez “se ha cuantificado el desperdicio en las explotaciones agrícolas”. Según el informe, esa cifra que no se había contabilizado representa el 15,3% de la producción mundial, por lo que se estaría perdiendo solo en esta etapa alimentos con un valor de 370 mil millones de dólares.

“El informe ofrece una fotografía más completa de la pérdida y desperdicio de alimentos en el mundo y analiza las pérdidas asociadas a las cosechas, unos datos que no se incluyen, por ejemplo, en el Índice de la FAO, que solo contempla las pérdidas posteriores a la cosecha y acumuladas a lo largo de las cadenas de suministro”, destaca WWF en un comunicado.

Para producir toda esa cantidad de alimentos no contabilizada se utilizan 440 millones de hectáreas de tierra agrícola y 760.000 hectómetros cúbicos de agua. Esto equivale a un área mayor al subcontinente indio y a un volumen de agua similar a 304 millones de piscinas olímpicas.

alimentos
El desperdicio de comida genera ingentes cantidades de gases de efecto invernadero.

Asimismo, señala que en anteriores estimaciones se sugería que el desperdicio de alimentos generaba el 8% de los gases de efecto invernadero. Sin embargo, en el trabajo de WWF se apunta a una contribución “más importante” del 10% que equivaldría a casi el doble de las emisiones anuales producidas por todos los coches que circulan en Estados Unidos y Europa.

Por otro lado, el informe muestra que, contrariamente a lo que podría pensarse, las pérdidas per cápita en las explotaciones agrícolas suelen ser mayores en las regiones industrializadas: “A pesar de contar con una mayor mecanización en las explotaciones y de tener solo el 37% de la población mundial, los países de renta alta y media de Europa, América del Norte y Asia industrializada contribuyen al 58% del desperdicio mundial de las cosechas”, señala.

Para Celsa Peiteado, responsable del programa de Alimentación Sostenible de WWF España, este trabajo muestra que, aunque se tiende a minimizar, el desperdicio de alimentos es un problema posiblemente mayor de lo que se había pensado, sobre todo, si se tiene en cuenta que hay 800 millones de personas pasando hambre en el mundo.

“Los datos son alarmantes: se desperdicia suficiente comida como para alimentar a todo el mundo hasta 2050. Podríamos alimentar a todas las personas que pasan hambre en el planeta más de siete veces”, alega la experta.

Por su parte, Pete Pearson, jefe de la Iniciativa mundial sobre pérdida y desperdicio de alimentos de WWF, recuerda que la pandemia ha empeorado el desperdicio al causar «interrupciones masivas en las cadenas de suministro, forzando cancelaciones de contratos, cierres de restaurantes y dejando grandes cantidades de alimentos perecederos desperdiciados o dejados en las granjas que luego fueron inservibles”.

Luchar contra el desperdicio

A juicio de WWF, para lograr una reducción significativa del malgasto de alimentos, los gobiernos y los agentes del mercado deben tomar medidas para apoyar a los agricultores de todo el mundo y comprometerse a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro.

En este sentido y tal y como explica, la administración española debe cuantificar el desperdicio alimentario en todos y cada uno de los eslabones de la cadena, comenzando a pie de campo, analizar las causas, especialmente las estructurales y poner en marcha todas las medidas necesarias para reducirlo a la mitad en 2030.

“WWF solicita que esta información se tenga en cuenta en la futura Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario que está elaborando el Ministerio de Agricultura, así como el futuro Plan Estratégico de la PAC, que incluye por primera vez el despilfarro en un objetivo específico”, aclara la ONG.

Por ahora, los datos desperdicio alimentario en España 2020 muestran que, si bien se aumentó el aprovechamiento de los alimentos, nuestro país arrojó a la basura 1.364 millones de kilos de comidas y bebidas, lo que supuso un 0,8% más con respecto a las cifras del año anterior. Esto quiere decir que a cada español le correspondieron unos 30,93 kg de comida desperdiciada, un kilo y medio más en comparación con el 2019.



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