Bolsas de plástico, un producto versátil con el que hay que acabar

Bolsas de plástico, un producto versátil con el que hay que acabar

En el Día Internacional sin Bolsas de Plástico se recuerda el impacto ambiental de estos productos. Aunque son de gran utilidad, su uso masivo, el vertido de muchas de ellas al medio ambiente y la dificultad para reciclarlas las han convertido en una de las formas de basura más presente en todo el mundo


Se ha convertido en parte de nuestra rutina el andar por la calle o por el campo y encontrarnos una de esas molestas bolsas de plástico que parece que no tienen otro fin que el de contaminar el medio en el que vivimos.

En realidad, esa bolsa de plástico fue útil en su momento: cargó con la comida que nos alimentó, llevó ese material sanitario que tanto necesitamos en su momento y, en definitiva, sirvió como el recipiente perfecto para facilitarnos nuestro día a día.

¿Cuántas bolsas de plástico consideras que usas al año?

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El tiempo de uso medio de las bolsas de plástico es muy breve. En algunos casos se limita a unos 12 minutos, lo que contrasta con el plazo que ese residuo tarda en descomponerse, cercano a los 500 años

El problema es que nosotros decidimos darle un prematuro final a esa bolsa de plástico. Ahora, muy a su pesar, se han convertido en el símbolo de la cultura de usar y tirar y del derroche de recursos que caracteriza a la sociedad actual.

Porque a veces se nos olvida que el plástico es un elemento muy versátil que se caracteriza, sobre todo, por su fácil producción y por su enorme durabilidad. Cualidades que, si bien lo convierten en el material perfecto, también lo transforman en una lacra para nuestra sociedad basada en la economía lineal.

Sobre todo, esto queda reflejado en los datos que aporta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con relación a las bolsas de plástico: “Tenemos una situación en la que 5.000 millones de bolsas de plástico se utilizan cada año en el mundo y un millón de botellas de plástico son compradas cada minuto”. A esto hay que añadir que el tiempo de uso medio de las bolsas de plástico es muy breve. En algunos casos se limita a unos 12 minutos, lo que contrasta con el plazo que ese residuo tarda en descomponerse, cercano a los 500 años

Se tratan de unas cifras elevadísimas teniendo en cuenta la enorme durabilidad del producto que se fabrica. Lo peor de este asunto radica en que casi 70% o más van al medio ambiente o a vertederos y más de 13 millones llegan al mar cada año, fruto de la mala gestión de estos residuos.

Un buceador nada entre montones de plástico en Bali, un paraíso tropical

En 2025, por cada tres toneladas de peces nadando en los océanos habrá una tonelada de plástico según algunas previsiones. Ya hay cerca de 700 especies cuya supervivencia está amenazada por las bolsas que ya están matando a más de 100.000 animales marinos al año. Muchos las confunden con medusas o calamares y las ingieren o se enredan con ellas y mueren.

Las previsiones son aún más alarmantes porque, de seguir con el ritmo de consumo actual, los expertos calculan que en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar, unas 12.000 millones de toneladas.

Cabe recordar que los estudios científicos sugieren que las bolsas de plástico y los contenedores hechos de espuma de poliestireno pueden tomar hasta miles de años en descomponerse. De hecho, existen evidencias de bolsas atrapadas a más de 4.000 metros de profundidad que, a pesar de haber permanecido durante casi medio siglo en el suelo oceánico, permanecen intactas.

Cuando las bolsas quedan flotando en la superficie del agua, la fuerza de las olas y del sol pueden acelerar su proceso de degradación, transformando el producto en miles de pequeños fragmentos, llamados microplásticos, igual de duraderos. Esto, lejos de resolver el problema, lo empeora porque esos diminutos pedazos tienen la capacidad de entrar en las redes alimentarias y penetrar ya no solo en el medio, sino dentro de los seres vivos.

Aún se desconoce el impacto que pueden tener los microplásticos dentro de los organismos, pero algunos estudios apuntan a que pueden penetrar incluso dentro los órganos y células, obstruyendo las vías que nos mantienen con vida.

Una radiografía a España

Los españoles han progresado mucho durante las últimas décadas en lo que se refiere a las pautas de consumo y reciclaje, pero todavía dependemos en gran medida de las bolsas de plástico para llevar nuestro día a día con total normalidad.

De hecho, el año pasado se utilizaron en nuestro país unas 56.000 toneladas de plástico en forma de bolsas, lo equivalente al peso de unos 700 aviones Boeing 737. Para ser más exactos, los españoles consumimos unas 180 bolsas de plástico al año, o lo que es lo mismo, una bolsa por persona cada dos días.

Con el objetivo de reducir su uso, desde el 2018 se empezó a cobrar por la mayoría de las bolsas de plástico, aquellas con un grosor mayor a 15 micras. El Real Decreto aprobado en aquel momento expresó que las bolsas de 15 micras deberían estar exentas de la norma debido a que eran utilizadas como envase primario para alimentos a granel o porque tenían que entregarse por motivos de higiene.

Si bien la normal ha impulsado la reutilización de las bolsas más gruesas, no ha pasado lo mismo con estas más finas, de las cuales se utilizaron unas 336.700 unidades el año pasado. En todo caso, el destino de ambas bolsas es el mismo: se pretende que desaparezcan para el 2021.

Hoy, en el Día Internacional sin Bolsas de Plástico se celebran los pasos que se han dado en los últimos años y el compromiso de las administraciones y empresas por acabar con este problema, pero, sobre todo, se mira hacia el futuro y a los desafíos que se presentan a la sociedad para acabar con esta lacra que contamina el entorno.

Como explican desde Amigos de la Tierra, ha llegado el momento por apostar sostenibilidad de la Tierra y por el uso de alternativas reutilizables de larga duración que permitan poco a poco frenar la que es la segunda crisis más grande a la que nos enfrentamos después de la climática, la del deterioro de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad.



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