El nuevo informe sobre la situación de la economía circular en España publicado por la Fundación Cotec refleja que el cambio hacia un modelo circular se ha estancado con la recuperación económica y en la actualidad no avanza al ritmo que sería necesario



La transición desde el modelo tradicional lineal de producción y consumo, todavía dominante, hacia un modelo de economía circular, se vio impulsada a partir de 2008, durante la crisis económica. El concepto de economía circular es además cada vez más popular entre los ciudadanos. Uno de cada tres españoles ya esta familiarizado con este concepto, mientras que hace dos años eran uno de cada diez. No obstante, con la recuperación económica el cambio de modelo se ha estancado y en la actualidad no avanza al ritmo que sería necesario.
Es una de las principales conclusiones del ‘Informe sobre la situación de la Economía Circular en España’, de la Fundación Cotec para la Innovación, presentado de la mano del presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (Asyps), Luis M. Jiménez, y el coordinador de la Cátedra Unesco de Sostenibilidad de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Jordi Morató.
En cuanto al tratamiento de esos residuos, los vertidos representan en España el 54% del volumen total (el resto se reparte entre incineración, reciclado y compostaje), más del doble de la media de la Unión Europea (24%) y muy lejos del objetivo establecido por la Comisión Europea para 2030, que establece un límite del 10% del total.
El Indicador de generación de residuos municipales per cápita apunta que la tendencia de reducción en España empieza a ponerse de manifiesto en 2003, y queda constatada con el inicio de la crisis económica a partir de 2007, si bien a partir de 2014 empiezan a registrarse nuevamente aumentos,
«Las ciudades son verdaderos laboratorios de la economía circular», señaló Jiménez, que ha afirmado que el reciclaje es una práctica que ayuda, pero que no soluciona el problema puesto que el objetivo debe ser generar una menor cantidad de residuos y para ello es necesario, según ha dicho, el uso de nuevas tecnologías, la mejora de los procesos y un cambio integral en el consumidor.
Respecto al indicador de uso circular de los materiales, que mide la proporción del material recuperado y devuelto a la economía, España pasa de contar con una tasa de circularidad del 10,4% en 2010 a una tasa del 7,6% en 2015, su valor más bajo.
En 2016, el país recuperó seis décimas de circularidad para situarse en el 8,2%, aunque aún está lejos del 11,7% de circularidad registrado para el conjunto de la UE.
Competitividad
El informe destaca una tendencia de mejora en los sectores más representativos de la economía circular en España sobre el valor añadido y los niveles de empleo, ya que el valor añadido a coste de factores sobre el PIB se sitúa en torno a un 2% en el periodo 2013-2016, por encima de la UE (1%).
Asimismo, el empleo relacionado con los sectores de la economía circular muestra una tendencia positiva en el periodo 2008-2016, y España es uno de los países que se sitúan a la vanguardia, por encima del nivel de la UE, que se mantiene en un 1,7%, aunque por debajo de Italia (2,05%), Croacia (2,19%) y Letonia y Lituania, que rondan el 3%.
«El paradigma de la economía circular requiere de soluciones multidisciplinares que vengan de la economía, la sociedad, la política y la tecnología«, ha sostenido Morató.
Durante la presentación del informe se conocieron de primera mano experiencias de éxito en sistemas de producción circular de compañías como Atlantic Copper, Econward Tech, Mercadona, Plastic Energy, Suez y Repsol. Además, representantes del mundo de la empresa compartieron una mesa redonda dedicada a exponer y debatir ejemplos sobre cómo financiar la economía circular.
