Tras una investigación de 10 años, expertos de la Universidad de Córdoba han demostrado que la utilización de escombro procedentes de la construcción como material para fabricar carreteras se presenta como una alternativa igual o mejor que el asfalto, poniendo así una solución en el tratamiento de estos residuos



Aunque no lo parezca, el reciclaje tiene mucha más vida más allá de los clásicos contenedores amarillo, verde y azul. Gracias a las nuevas tecnologías, cada vez son más los materiales a los que se les puede dar una segunda vida y así reducir nuestra huella de carbono, como los escombros de las obras, tal y como ha demostrado la Universidad de Córdoba en uno de sus recientes estudios.
“Esta investigación ha demostrado la viabilidad de estos materiales en una obra real y por un largo periodo de tiempo”, ha comentado José Ramón Jiménez, investigador responsable de este estudio.
El desarrollo de esta investigación comenzó en 2009, cuando 105 viviendas unifamiliares de la ciudad de Córdoba fueron demolidas para realizar una ampliación del aeropuerto.
En un primer momento, se planteó que los escombros generados a partir de la demolición se llevaran, como se suele hacer, a un vertedero. En ese momento, según la Universidad de Córdoba, la entidad educativa propuso la posibilidad de reciclar todos estos residuos in-situ y utilizarlos para construir un tramo experimental en la carretera CH-2 que rodea la pista del aeropuerto y que une Córdoba con la población de Almodóvar, por la que pasan más de 9.000 vehículos diarios.
La idea se aprobó, y se construyeron varios tramos de carretera: uno con materiales comunes en este tipo de infraestructuras, y otro en el que se emplearon dos tipos de materiales reciclados, áridos reciclados mixtos, procedentes de los tabiques y estructuras de las viviendas, y áridos reciclados de hormigón, generados a partir de los cimientos de las casas.
Ahora, diez años después, el estudio concluye que los materiales reciclados de demolición son una buena alternativa, en incluso mejor en este caso, para la construcción de carreteras: “Las propiedades superficiales de la carretera se han mantenido en ambos casos. En el caso de las propiedades mecánicas, la evolución es incluso es más favorable en el caso de los áridos reciclados”, ha resaltado el investigador.


Por otro lado, además de constatar el buen comportamiento de estos materiales, el equipo de investigación ha querido poner su grano de arena para contribuir a la sostenibilidad del sector de la construcción. Para ello, se instaló durante el desarrollo del estudio una planta de reciclaje móvil, lo que permitió reducir el impacto de dióxido de carbono que ocasiona el transporte de materiales.
En este sentido, la universidad ha destacado que existen numerosos casos en los que se reciclan estos escombros de manera ilegal y sin garantía de calidad ninguna y que, por ello, solo se deberían utilizar materiales de plantas de reciclaje que puedan garantizar la calidad de los materiales, tal y como se ha demostrado en el estudio.
Cabe destacar que la demolición de edificios genera una gran cantidad de materiales que normalmente terminan depositados en vertederos. La directiva europea sobre residuos obliga que, para este año 2020, un 70% de los residuos de construcción y demolición fuesen reciclados.
Sin embargo, España sigue aún muy por debajo de ese objetivo, con apenas un 40% de tasa de reciclaje. De este modo, este estudio, según la Universidad, servirá como base científica y ejemplo para para comenzar a dar salida a todos esos materiales.
“Es una muestra real para que administraciones y constructoras confíen en el reciclaje de residuos de demolición y construcción y demolición. Ya no tenemos excusa para no cumplir los objetivos que nos exige la directiva europea”, ha concluido el experto.
