La prohibición de la entrada de basura de China, la guerra comercial con EEUU y unos precios cada vez más bajos, han llevado al borde del colapso a los recicladores de papel europeo. Algunos países optan por incinerar o llevar a vertedero un residuo que no encuentra salida



Casi ocho millones de toneladas de papel se acumulan por toda Europa desde que China decidiera imponer restricciones a la importación de residuos a finales de 2017. En España y según acaba de denunciar la Asociación Española de Recicladores y Reduperadores de Papel y Cartón (Repacar) hay 250.000 toneladas esperando una salida en los almacenes exteriores de las plantas recicladoras, mientras se van deteriorando, con el consiguiente riesgo de incendio.
El problema es que las fábricas europeas no pueden absorber todo este volumen de material. “El sector está en un punto crítico, en el que se recoge más de lo que consumimos”, afirma Manuel Domínguez, director de Repacar. La entidad también asegura que la situación en nuestro país es aún más grave si se tiene en cuenta que las fábricas han aumentado las importaciones de papel recuperado.
Según los datos de Repacar procedentes del Departamento de Aduanas Estatal de Administración Tributaria (AEAT), España ha importado 370.000 toneladas de papel y cartón recuperado proveniente de Francia. “Las fábricas compran a quien se lo vende más barato, por eso ha subido un 10% el volumen de material de terceros países (un 14% en el caso de restos de Francia). Es un momento de desequilibrio porque de los 30 millones de toneladas que entraban en el gigante asiático en 2017 hemos pasado a sólo 12 procedente de todo el mundo.”, continúa Domínguez.
Los flujos de este mercado internacional están viendo alterado su ritmo y el de sus precios. “Son una serie de factores los que han influenciando el mercado y el precio. Hay que tener en cuenta la guerra comercial entre EEUU y China, además de las limitaciones a la entrada de residuos”, explica Francesco Sicilia, director general de Unirima, la patronal del sector en Italia. Según sus datos sólo en 2019 el precio de esta materia prima recuperada ha caído hasta un 32%, alcanzando niveles que no se veían desde 2008.
Según datos del European Paper Recycling Council en Europa se recogen 60 millones de toneladas de papel; el 40% viene de las casas y el 50 de la industria. El 10% restante de oficinas. Papeles como el de cigarrillos, de pared, papel de seda representa aproximadamente el 19% del consumo total de papel y no son reciclables
Hay que recordar que la aparición del mercado chino supuso hace unos años un impulso a la recogida selectiva de basuras y la mejora en los ratios de reciclaje, según explica el sector. De hecho, España es en la actualidad el tercer país más reciclador de papel en la UE, superado solo por Alemania y Francia. Y según los últimos informes de la Asociación Española de Fabricantes de Envases y Embalajes de Cartón (Aspapel) el 56% de sus ingresos se generan con la exportación. En Europa la media es parecida: la recuperación supera el 70% y más del 50% se ha destinado hasta ahora a la exportación.
Estados Unidos en apuros
No sólo Europa se ha encontrado con una situación complicada con los cambios sufridos en el mercado internacional. Algunas ciudades en Estados Unidos han tomado la decisión de dejar de reciclar. “EEUU mandaba 20 millones de papel a China”, dice Sicilia. Cada vez son más los municipios que han dejado de recoger este material mixto y piden a los ciudadanos que tiren sus residuos de papel y cartón en el cubo naranja, el que termina en el vertedero.
The New York Times afirma en un reciente artículo que ciudades como Filadelfia o Memphis han dejado de apostar por el reciclaje debido al aumento de los precios. Si se recogen los restos y se tratan y luego no hay salida para el material secundario, los costes para las empresas gestoras por hacer su labor aumentan y con él, el gasto de los ayuntamientos. «Las compañías de reciclaje están recuperando las ganancias perdidas a base de cobrarles más a las ciudades, en algunos casos hasta cuatro veces más que hace un año”, dice el periódico. En el caso de Filadelfia, el Gobierno local ha decidido enviar a incinerar el papel para producir energía como alternativa a mandarlo a vertedero.
Los Angeles Times también habla de la decisión de Santa Mónica: “Hace apenas un par de años, la ciudad ganaba alrededor de 300.000 dólares al año por la venta de papel, plástico, vidrio y otros materiales recolectados en el centro. Siguiendo los nuevos contratos que las empresas está poniendo encima de la mesa, la ciudad tendría que pagar un millón al año», dice.
En otros países de nuestro entorno ocurre lo mismo con el papel mixto urbano. “Inglaterra ha optado por la incineración”, dice Domínguez. Según publica el Yale Enviroment 360: «En Inglaterra, el año pasado se quemaron casi 11 millones de toneladas de desechos (de todo tipo) en las plantas de conversión de residuos, lo que representa un aumento de 665.000 toneladas respecto al año anterior”.
Quizá los compromisos para 2020 de la UE respecto a recuperación, con más del 70% de media, no estén en peligro, pero sí están obligando al sector a replantearse su futuro. De hecho, recientemente los recicladores de España se reunieron para discutir sobre los retos pendientes, y es que la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón aporta a la economía española el 4,5% del PIB.
Leyes de economía circular
Otra solución es bajar el ratio de exportaciones a países terceros y potenciar nuevos mercados internos. Para Sicilia esto sólo puede ocurrir con la aprobación de las leyes de Economía Circular, que se espera que los países miembros tendrán listas de aquí a un año. Es decir, usar más materiales de los que se emplean en la actualidad. “El esfuerzo debe ser conjunto de las empresas y los Gobiernos. Se necesita empujar con normativa y una fiscalidad ambiental que premie este tipo de materiales recuperados, que reducen los impactos medioambientales respecto a los naturales”, dice el director de Unirima. Otro factor a tener en cuenta es el precio final. “El papel reciclado no se usa, porque es más caro que la fibra virgen. Hay que ser competitivos, porque si encuentras papel de oficina reciclado hasta diez veces más caro nadie lo va a usar”, continúa el experto.
- Las exportaciones representan el 56% de la facturación de la industria española.
- La producción de celulosa en 2018 creció un 0,8% hasta 1,7 millones de toneladas.
- El 17% de los residuos que se generan en una ciudad son de papel
La llegada de septiembre está a la vuelta de la esquina y en esa época del año, la recogida de papel y cartón sube mucho, dicen desde Repacar, alertando sobre la situación de práctica saturación de los almacenes. Y en ese época con miles de escolares comprando sus libros de texto, etc., igual no es buen momento para hablar de reducir el consumo. Porque como se dice en el sector: “el mejor residuo es el que no se genera”.
El comercio online está incrementando el uso de cartones y embalajes, esos de peor calidad que en esta guerra comercial son lo peor parados. Como publica la CNN y “según la compañía de análisis de datos de productos básicos Fastmarkets, el comercio electrónico generó 1.3 millones de toneladas de residuos de cartón en América del Norte en 2018, un 1.1 millones más que el año anterior.
El artículo pone de manifiesto que en Estados Unidos el ecommerce está empujando a las fábricas a utilizar material reciclado frente a la omnipresente fibra virgen que usaban hasta ahora. Incluso en España podría ser una oportunidad. El diario Expansión publica: “El auge del comercio electrónico liderado por Amazon y la progresiva sustitución del plástico por el cartón están revolucionando la industria papelera española. El sector lleva un año en ebullición, con operaciones superiores a los 2.000 millones de euros”.
De momento, International Paper, indica este diario, acaba de inaugurar en Madrid una fábrica de papel para embalaje capaz de reciclar todo el material usado de la región.
