La Comisión Europea ha propuesto un paquete de medidas para modernizar la legislación de la UE sobre baterías con el objetivo de comenzar a implementar su Plan de Acción para la Economía Circular.



Las baterías son una pieza clave en la transición a la economía circular. Si tenemos en cuenta que cada vez más aparatos e incluso la generación de energía renovable dependen de ellas para funcionar, es imprescindible desarrollar baterías que sean más sostenibles, de alto rendimiento y seguras a lo largo de todo su ciclo de vida. También deben poder reutilizarse, remanufacturarse o reciclarse, de forma que los materiales valiosos se reincorporen a la economía. Para poder innovar en este sentido, la Comisión Europea ha lanzado este jueves un paquete de acciones destinado a modernizar la legislación de la UE sobre baterías.
Concretamente, el Ejecutivo europeo propone requisitos obligatorios para todas las baterías comercializadas en el mercado de la UE, ya sean industriales, de automóviles, de vehículos eléctricos o portátiles. Requisitos que van desde el uso de materiales de origen responsable con un empleo restringido de sustancias peligrosas hasta imponer un contenido mínimo de materiales reciclados, aunque también se pretende mejorar huella de carbono, el rendimiento, la durabilidad, el etiquetado y el cumplimiento de los objetivos de recogida y reciclado.
Según apuntan desde Bruselas, estas medidas «son esenciales para desarrollar una industria de baterías más sostenible y competitiva en toda Europa y en todo el mundo.» Además, una legislación omnicomprensiva servirá también para ofrecer seguridad jurídica a los grandes inversores, lo que en teoría permitirá acelerar la capacidad de producción de baterías innovadoras y sostenibles en Europa y el resto del mundo para satisfacer las necesidades de un mercado que crece rápidamente.
En cualquier caso, las medidas que propone la Comisión facilitarán alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050, por lo que son una pieza clave del Pacto Verde Europeo. Y es que la mejora de las baterías y de su rendimiento supondrá una contribución clave a la electrificación del transporte por carretera, lo que reducirá significativamente sus emisiones, además de aumentar el uso de vehículos eléctricos y facilitar una mayor cuota de fuentes renovables en la combinación energética de la UE.
«La energía limpia es la clave del Pacto Verde Europeo, pero nuestra creciente dependencia de las baterías en el transporte, por ejemplo, no debe perjudicar al medio ambiente. El nuevo Reglamento sobre las baterías contribuirá a reducir el impacto medioambiental y social de todas las baterías a lo largo de su ciclo de vida. La propuesta de hoy permite a la UE aumentar el uso y la producción de baterías de manera segura, circular y saludable», ha asegurado el vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans.
Baterías «circulares»
Con esta propuesta, la Comisión también pretende impulsar la economía circular de la cadena de valor de las baterías y promover un uso más eficiente de los recursos con el fin de minimizar el impacto ambiental de las estas últimas. Por eso, a partir del 1 de julio de 2024, solo podrán comercializarse las de vehículos eléctricos e industriales recargables que cuenten con una declaración de huella de carbono.
El objetivo no es otro que «cerrar el círculo» y mantener los materiales valiosos utilizados en las baterías durante el mayor tiempo posible en la economía europea. En este sentido, la Comisión propone establecer nuevos requisitos y objetivos sobre el contenido de materiales reciclados y la recogida, el tratamiento y el reciclado de las baterías en la parte final de su vida útil. Con ello, se garantizaría que la economía no pierda las baterías industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos una vez prestado su servicio.


Además, para mejorar significativamente la recogida y el reciclado de baterías portátiles, el porcentaje actual de recogida, equivalente al 45%, debería ascender al 65% en 2025 y al 70% en 2030, de forma que la economía no pierda los materiales de las baterías que utilizamos en los hogares. Otras baterías (las industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos) deberán recogerse íntegramente y alcanzar altos niveles de recuperación, en particular de materiales valiosos como el cobalto, el litio, el níquel y el plomo.
El Reglamento propuesto establece un marco que facilitará la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos para que puedan tener una segunda vida, por ejemplo, como sistemas fijos de almacenamiento de energía o como parte de la red eléctrica como recurso energético. En este sentido, el uso de nuevas tecnologías de la información, como el pasaporte para baterías y el espacio de datos asociado, serán fundamentales para un intercambio de datos seguro y una mayor transparencia en el mercado. De hecho, mejorando trazabilidad de las baterías de gran tamaño a lo largo de su ciclo de vida, se permitirá a los fabricantes desarrollar productos y servicios innovadores como parte de la doble transición ecológica y digital.
