Un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, llamado ‘Mare Plasticum’, revela que anualmente se tiran al Mediterráneo 229.000 toneladas de plástico, una preocupante cifra que se doblará en 2040 si no se toman medidas



La contaminación plástica del medio marino es uno de los grandes retos de nuestros sistemas de producción y consumo. Las enormes cantidades de residuos plásticos que acaban en nuestros océanos cada año -se calcula que son en torno a 6,4 millones de toneladas- amenaza a los ecosistemas y la biodiversidad de mares y óceanos y a la salud humana. Y ni siquiera mares tan vigilados como el Mediterráneo escapan a esta tragedia: un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicado este martes ha revelado que anualmente se tiran al Mare Nostrum 229.000 toneladas de plástico, el equivalente a más de 500 contenedores de transporte al día, una cifra que, si no se toman las medidas correspondientes, se doblará en 2040.
El informe, que lleva por título Mare Plasticum: El Mediterráneo, está basado en una compilación de datos de estudios de campo en la que se estiman los flujos de plástico de 33 países de la cuenca mediterránea. En concreto, los macroplásticos resultantes de residuos mal gestionados constituyen el 94% del total de los vertidos de plástico, pero una vez que el plástico llega al mar se deposita en su mayor parte en los sedimentos en forma de microplásticos. De esta forma, en las últimas décadas se estima que se han acumulado más de un millón de toneladas de plásticos.
«La contaminación de plásticos puede causar daños a largo plazo a los ecosistemas terrestres y marinos y en la biodiversidad. Los animales marinos pueden enredarse o tragar los desechos plásticos, y finalmente terminar muriendo de agotamiento e inanición», ha explicado la directora del Programa Mundial Marino y Polar de la UICN, Minna Epps. «Además, los desechos plásticos liberan en el medio ambiente sustancias químicas como suavizantes o ‘retardantes’ del fuego, que pueden ser perjudiciales tanto para los ecosistemas como para la salud humana, especialmente en un mar semicerrado como es el Mediterráneo«, ha asegurado.
Según el informe, los países con las tasas más altas de vertidos de plástico en el Mediterráneo son, de mayor a menor, Egipto (casi 74.000 toneladas/año), Italia (34.000 toneladas/año) y Turquía (24.000 toneladas/año). Sin embargo, per cápita, los primeros países son Montenegro (8 kg/año/persona), Albania, Bosnia y Herzegovina y Macedonia del Norte, cada uno de ellos con una contribución de tres kilos al año por persona.
Sobre los microplásticos primarios, el vertido se estima en 13.000 toneladas al año. El polvo de los neumáticos es la mayor fuente de estos vertidos (53%), seguido de los textiles (33%), las microesferas de cosméticos (12%) y la producción de pellets (2%).
Mejorar la recogida de residuos
La principal medida que señala el informe para mejorar la gestión de los residuos y reducir la contaminación es la recogida de residuos. Además, concluye que se podrían evitar más de 50.000 toneladas de vertidos de plástico en el Mediterráneo cada año si se mejorara la gestión de los residuos en las 100 principales ciudades que más contribuyen de acuerdo con las normas de mejores prácticas mundiales.
En caso de prohibir las bolsas de plástico, esta medida reduciría aún más los vertidos de plásticos en unas 50.000 toneladas al año.
«Los gobiernos, el sector privado, las instituciones de investigación, y otras industrias y consumidores deben trabajar en colaboración para rediseñar procesos y cadenas de suministro, invertir en innovación y adoptar patrones de consumo sostenibles y mejores prácticas de gestión de residuos para cerrar el ‘grifo de plástico», ha afirmado el director del Centro de Cooperación del Mediterráneo de UICN, Antonio Troya.
