Las 'redes fantasma' suponen el 10% de la basura marina

Las ‘redes fantasma’ suponen el 10% de la basura marina

Según un informe de WWF, el 10% de la basura marina que se encuentra en los océanos se corresponde con equipos de pesca abandonados, conocidos como ‘redes fantasma’, que, además de empeorar el problema de la proliferación de plásticos en el océano, son mortales para innumerables especies marinas y sus ecosistemas


La industria pesquera emplea directa e indirectamente a más de 200 millones de personas en todo el mundo para ofrecer un alimento esencial en la dieta de más de 3 mil millones de personas. Una actividad descomunal que, sin embargo, presenta un problema de la misma talla: la proliferación de basura marina.

Según un nuevo informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), se estima que al menos el 10% de la basura marina que se encuentra en nuestros océanos proviene de este sector, en concreto, en forma de equipos de pesca abandonados, perdidos o desechados, a los cuales se les denomina comúnmente como “redes fantasma” (ALDFG por sus siglas en inglés, en los ámbitos científicos y de ordenación pesquera).

“Así pues, estimamos que entre 500.000 y un millón de toneladas de artes de pesca están probablemente entrando en el océano cada año. Por ejemplo, se estima que en Corea del Sur se pierden cada año 38.525 toneladas de redes de enmalle y el 5% de los 30.000 dispositivos de agregación de peces son abandonados a la deriva anualmente en el Océano Pacífico Occidenal y Central”, señala WWF en su informe.

Asimismo, advierte que las redes fantasma, además de empeorar la contaminación por plástico en los océanos, son los desechos más perjudiciales para la vida marina. En este sentido, a nivel mundial el 66% de los mamíferos marinos, el 50% de las aves marinas y 100% de las especies de tortugas marinas se han visto afectados por las redes fantasma.

“Más de 5.400 animales de 40 especies diferentes de mamíferos marinos, reptiles, tiburones y rayas se han documentado enredados en este tipo de deshechos, que también pueden inducir al ahogamiento en innumerables animales”, señalan desde WWF.

Dentro del conjunto de impactos, WWF comenta que muchos de estos equipos perdidos pueden seguir capturando animales incluso después de perderse entre las aguas, lo que los convierte en dispositivos “más peligrosos de lo que se pensaba”. En el mar de Salish, al noroeste de América del Norte, las 4.500 redes de pesca retiradas entre 2002 y 2009 causaron la muerte a más de 2.5 millones de invertebrados marinos, así como a 800.000 peces y 20.000 aves.

“Tampoco hay que olvidar que los equipos de pesca perdidos destruyen corales, arrasan con los animales sésiles y los arrancan de sus hábitats en el fondo marino, dañan la vegetación, acumulan sedimentos y bloquean e impiden el acceso hacia hábitats específicos. En definitiva: destruyen los ecosistemas”, añaden desde WWF.

Generalmente, y aunque los pescadores no quieren perder sus equipos de pesca, estos terminan en el mar, causando también perjuicios para ellos que se traducen en pérdidas de miles de euros.

Por ejemplo, en el 2011, un estudio estimó una pérdida de 178.874 cangrejos cosechables, el 4,5% de la captura total, con un valor de 630.000 euros debido a la pesca fantasma por trampas para cangrejos perdidas en una temporada en el Estrecho de Puget (Seattle, EEUU)

“Los equipos fantasmas también plantean riesgos para la navegación y amenazan la seguridad de los marineros. Las nasas para cangrejo perdidas son un problema recurrente en las embarcaciones del Estado de Washington, ya que, en algunas ocasiones, causan daños cuantiosos y cancelaciones de viajes”, explica WWF.

Desenredar el problema

En la actualidad, existen numerosos instrumentos internacionales en materia de prevención, mitigación y solución para el problema del incremento de los equipos de pesca fantasma. Sin embargo, tal y como destaca WWF, estos pecan de estar fragmentados y, aunque algunos de ellos abordan parte del problema, “muchos tienen un alcance limitado o no proporcionan objetivos y plazos medibles”.

Por este motivo, desde la ONG instan a que se apliquen nuevas medidas para abordar eficazmente el problema de los equipos de pesca fantasma que, principalmente, versen en un enfoque de prevención.

“La prevención abarca el espectro de acciones disponibles para las partes interesadas de la industria de productos pesqueros, desde educación hasta medidas regulatorias, entre otras. Por ejemplo, la separación espacio temporal de diferentes equipos de pesca, incluida la prohibición de determinados tipos de equipos, son herramientas de gestión poderosas que pueden prevenir la pérdida de equipos de alto riesgo”, subrayan desde la ONG.

Crear conciencia sobre el problema y los métodos para reducir las pérdidas a través de la educación, la capacitación y la sensibilización beneficiaría a todos las partes interesadas en la cadena de suministro de productos marinos”, añaden.

Sin embargo, en su informe señalan que la herramienta óptima para resolver este problema sería la creación de un “tratado internacional integral con obligaciones y responsabilidades claras para prevenir y reducir la entrada de contaminación plástica marina en el océano, así como con objetivos ambiciosos, medidas vinculantes y mecanismos de apoyo suficientes”.

“Está muy claro que el problema no puede resolverse a nivel nacional o regional, o sólo a través de medidas voluntarias no vinculantes. WWF cree que ha llegado el momento de iniciar negociaciones sobre un nuevo acuerdo legalmente vinculante para abordar la contaminación plástica marina”, concluyen desde la ONG.



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