El Gobierno ruso ha enviado soldados y expertos en descontaminación para limpiar la planta química abandonada de Usolyekhimprom, cercana al lago Baikal, en Siberia, por el alto riesgo de catástrofe ecológica que suponen los residuos allí abandonados



Dos millones de toneladas de desechos químicos tóxicos, entre los que se incluyen enormes reservas de mercurio y restos venenosos de petróleo, fosfatos, plomo, zinc, hierro y cobre. Ese es el explosivo cóctel que supone la planta química abandonada de Usolyekhimprom, en los alrededores del histórico lago Baikal, uno de los lugares más emblemáticos de Siberia.
Aunque las organizaciones ecologistas llevan tiempo alertando sobre el potencial catastrófico de la fábrica, llegando a calificar la zona como el ‘Chernóbil siberiano’, no ha sido hasta este mes que el Gobierno ruso, liderado por Vladimir Putin, ha dado la orden de empezar con la descontaminación del complejo industrial, que tuvo una gran importancia en la época soviética pero lleva abandonado desde 2005.
La noticia, adelantada por el medio ruso Siberian Times, supone el envío a esta parte de Siberia de tropas especializadas, así como expertos de Rosatom (la empresa pública rusa de energía nuclear) y otras agencias gubernamentales, que ya se han puesto a trabajar en la limpieza del sitio donde se asienta una de las plantas químicas más grandes de la URSS. Las imágenes oficiales muestran el inicio de la operación de descontaminación, en la que se están tomando muestras de los venenos que amenazan al cercano río Angará que fluye desde el Baikal, el lago más profundo del mundo. El cauce continúa después hasta el gran río Yenisei y, de ahí, al océano Ártico.


El problema saltó a la palestra pública a finales del año pasado, cuando Svetlana Radionova, jefa de vigilancia ambiental estatal, se desplazó a la planta para advertir sobre las posibilidad de un «desastre tóxico» y un»Chernobyl ecológico», comparando el daño potencial con la explosión nuclear de 1986 en la Ucrania soviética. Putin no tardó en recoger el guante, reconociendo que «las instalaciones de almacenamiento de desechos de esa fábrica de productos químicos se encuentran en una condición crítica» y enviando un comité de expertos a explorar el terreno para tomar las medidas necesarias.
Pero no ha sido hasta este agosto que se ha producido el despliegue de técnicos y tropas para iniciar la descontaminación. Al parecer, la tarea más urgente es lidiar con una instalación de electrólisis de mercurio en descomposición, ya que, ahora mismo, la concentración de mercurio en las aguas de drenaje de la planta supera en más de 33.000 veces los niveles aceptables, según apunta el Ministerio de Defensa al Siberian Times. En total, la planta almacena unas 1.200 toneladas de mercurio en descomposición.


El mercurio en el aire también es 367 veces superior a las cantidades permitidas, algo que puede causar importantes problemas de salud a los residentes más cercanos, que viven a solo dos kilómetros del sitio. Pero para iniciar la descontaminación todavía habrá que esperar a que los técnicos terminen sus análisis, ya que se desconocen los cócteles químicos exactos que se reparten en varias docenas de depósitos subterráneos.
Lo único cierto es que suelo y las aguas subterráneas están «saturados de toxinas» en un área que abarca 16 kilómetros cuadrados.«Todas las instalaciones de producción, incluido el suelo y el agua subterránea, se han saturado con productos químicos peligrosos», ha asegurado el gobernador de la región de Irkutsk, Igor Kobzev. Solo una rápida descontaminación de la zona podrá evitar que esos productos químicos acaben afectando a la salud humana y la biodiversidad animal y vegetal de una zona de alto valor ecológico.
