Día de la Educación Ambiental: por una sociedad responsable con el planeta - EL ÁGORA DIARIO

Día de la Educación Ambiental: por una sociedad responsable con el planeta

Día de la Educación Ambiental: por una sociedad responsable con el planeta

La educación ambiental no se circunscribe a la escuela, se dirige a toda la sociedad. Su finalidad es provocar un cambio en la ciudadanía para que adopte prácticas individuales y colectivas responsables con el planeta. Y el agua es una de las lecciones más importantes


El Ágora
Madrid | 26 enero, 2021


El 26 de enero celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental, una jornada para sensibilizar a la población, pequeños y mayores, sobre la delgada línea que existe entre el desarrollo humano y la conservación del planeta. Y en este difícil equilibrio, el agua supone el recurso más básico y más castigado del mundo.

Para cumplir con los desafíos de la Agenda 2030 de la ONU y ganar la batalla climática es fundamental no solo el compromiso de los países y los gobiernos para hacer políticas y acciones de gran calado, sino también la acción colectiva de la población a la hora de adoptar determinados estilos de vida y de consumo. La educación ambiental no se circunscribe a la escuela, se dirige a toda la sociedad y más en una situación de emergencia climática. Su finalidad es provocar un cambio en la ciudadanía para que adopte prácticas individuales y colectivas responsables.

Además la educación ambiental está orientada a mejorar las capacidades de análisis, la reflexión y la acción. Inculca valores que duran toda la vida y es una educación de ida y vuelta: cada persona aprende y enseña a la vez.

La situación medioambiental, incluida el agua y su problemática, ha ido aumentando su presencia en la formación escolar a través de actividades monográficas incluidas en los programas, pero aún es necesaria una presencia más horizontal en el sistema educativo.

Es la postura de Teachers for Future, Profesores por el Futuro en España, que consideran que la problemática ambiental «no debe limitarse a unos temas en un área, sino que puede y debe estar presente en todas las asignaturas y en la vida del centro. Cada área aportará un enfoque y una perspectiva diferente ayudando a tener una visión de conjunto del problema y de sus soluciones», señalan.

Por otra parte, demandan que el contacto con la naturaleza «debe ser más cercano y continuo y debería estar totalmente integrado en las actividades y rutinas escolares».

Los profesores consideran que la educación ambiental «no debe quedarse en mera transmisión de conocimientos sino que debe fomentar el espíritu crítico y la implicación activa de nuestros alumnos en la toma de decisiones individuales y colectivas responsables desde el punto de vista ambiental».

Plan de Acción de Educación Ambiental

En 1999 se publicó en España el Libro Blanco de la Educación Ambiental, un mosaico de ideas, sugerencias y propuestas para que esta labor contribuyera a mejorar la participación de la población en la prevención y resolución de los problemas ambientales. Sin embargo más allá de la inclusión de referencias en los currículos formativos no se concretó una acción decidida de llevar a las aulas la problemática real a través de un enfoque multidisciplinar.

En 2019, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico inició los trabajos para la elaboración de un Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad en España 2020-2025 (PAEAS), que permita definir líneas estratégicas y acciones concretas para el desarrollo de esta materia en los próximos años, no solo en la etapa escolar, sino que persigue un proceso de cambio cultural -a través de la educación, comunicación, capacitación y participación ambiental- que implicará la transición ecológica y energética en la siguiente década.

Este documento, que se ha desarrollado de manera colectiva a través de diez grupos de trabajo con numerosos sectores implicados, ya cerró en octubre sus aportaciones y se halla en proceso de redacción por parte del Miteco.

¿Y el agua?

La presencia del agua y su problemática ha aumentado en la formación escolar a lo largo de los últimos años. En las actividades de educación ambiental desarrollada por los centros educativos, el agua suele tener una posición importante a la hora de desarrollar contenidos y sensibilizar al alumnado. Estos niños y jóvenes serán en un futuro los responsables de cuidar los recursos hídricos y, en algunos casos, los encargados de la gobernanza, la distribución y la investigación del agua.

La educación hídrica debe interpretarse en un sentido más amplio de las ciencias hidrológicas y ha de incorporar un enfoque multidisciplinario e interdisciplinario cuyo objetivo sea el de lograr avances en el conocimiento científico a través de la capacitación de especialistas en ciencia, así como fortalecer y mejorar el sector hídrico a través de la formación de profesionales del sector y responsables en la toma de decisiones.

La educación hídrica también involucra trabajar con profesionales de medios de comunicación, con el fin de mejorar sus capacidades para comunicar los problemas del agua de manera clara y efectiva.

Además, son necesarias, según la Unesco, estrategias de educación comunitaria que promuevan la conservación de los recursos hídricos a nivel global, así como la generación de habilidades en las autoridades locales de coadministración de recursos hídricos.

Los organismos internacionales insisten en mostrar las acciones destinadas a integrar los recursos hídricos como un componente fundamental de los programas educativos desde el nivel prescolar hasta el nivel medio superior para la educación hídrica.

Desde Unesco afirman que hay que desarrollar acciones encaminadas a la mejora de la educación hídrica a nivel medio superior, enfocada en la formación de científicos que den un mayor impulso a las ciencias del agua, así como en educar a las nuevas generaciones de profesionales, administradores y responsables de la toma de decisiones en materia de agua.

Para lograr una seguridad hídrica, los estados encaran complejos desafíos ligados a factores sociales, económicos, y climáticos, entre otros, en los ámbitos local, regional y global. por lo que son necesarios apoyos al desarrollo de programas de capacitación profesional y cursos de corta duración para ingenieros, administradores y responsables de la elaboración de políticas dentro del sector agua.

¿Cuál es el origen del Día de la Educación Ambiental?

La primera vez que se habló de educación ambiental fue en la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. Fue la primera gran conferencia que se organizó sobre cuestiones medioambientales, y marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política internacional en esta materia.

La Declaración de Estocolmo recoge una declaración de principios que en su punto 19 afirma que: «Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana».

También destaca en esta misión educativa la labor de los medios de comunicación que «deben evitar contribuir al deterioro del medio humano y difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos».

Tres años después, en 1975, se organizó en Belgrado (antigua Yugoslavia), el Seminario Internacional de Educación Ambiental y que contó con la participación de expertos de más de 70 países.

En este evento se establecieron los principios de la educación ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas. Y como resultado se publicó la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la educación ambiental, cuyas metas son: «formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos».



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