La industria de la energía eólica europea ha publicado un análisis sectorial con proyecciones de futuro en el que asegura que se podrían crear 450.000 nuevos empleos para 2030 si la UE acelera la transición ecológica



La transición energética es una necesidad imperiosa para abordar el reto del cambio climático y conseguir poner en marcha una economía baja en carbono y más sostenible. Pero también es una enorme oportunidad económica que puede ayudar a relanzar el empleo en los próximos años. Según un análisis sectorial con proyecciones de futuro publicado este viernes por Wind Europe, la patronal de la energía eólica, se podrían crear 450.000 nuevos empleos en esta rama de las renovables para 2030 si la Unión Europea acelera la transición para descarbonizar su economía.
En el escenario más optimista, Wind Europe cree que la eólica podría llegar a 397 gigavatios de generación instalada, frente a la capacidad actual de 205 GW, de los que 15,4 se añadieron el pasado ejercicio. Se duplicaría así el número de nuevos empleos en esa industria, con 450.000 puestos más sobre los 300.000 actuales, el 75% relacionados con turbinas terrestres y el 25% en alta mar.
«Sin embargo, tal y como estamos, los Planes Integrados de Energía y Clima (de los Estados miembros) no cumplirán con esto. No dan suficiente visibilidad sobre cuándo y cómo los gobiernos subastarán nuevos parques eólicos. Y no logran simplificar el proceso de obtención de permisos para parques eólicos», señala en su informe la asociación europea dedicada a promover la energía eólica. Es decir, que si se sigue por el camino actual, en el que ni las instituciones comunitarias y los Gobiernos europeos «implementan los cambios necesarios», se llegaría sólo a 325 gigavatios y 282.000 empleos, es decir, 20.000 puestos menos que en la actualidad.


En cualquier caso, el informe señala que la energía eólica aportó 37.000 millones de euros al PIB de la UE en 2019 y contribuyó con 5.000 millones de euros a las distintas arcas públicas europeas. Esto significa que, por cada gigavatio de energía eólica instalado, la economía recibe 2.100 millones de euros en valor añadido, según Wind Europe, que estima que la industria comunitaria, con 248 fábricas de componentes en Europa, representa actualmente el 42% del mercado mundial.
Dinamarca (48%) es el primer país de la UE y Estados asociados en generación eólica en términos relativos, seguido de Irlanda (33%), Portugal (27%), Alemania (26 %), Reino Unido (22%) y España (21%) en un índice que cierran Letonia (2%), Hungría (2%), Chequia (1%), junto a Suiza, Eslovenia y Eslovaquia, los tres con 0%, según datos de 2019.
El análisis de Wind Europe se ha hecho público un día después de que los líderes de la UE acordaran acelerar el ritmo de la reducción de emisiones de CO2 para 2030 pero sin fijar aún un objetivo, después de que la Comisión Europea haya propuesto recortarlas un en un 55% respecto a los niveles de 1990 frente al objetivo actual del 40% y la Eurocámara reclame un 60%.
