Una plataforma flotante y dos enormes turbinas debajo: las potentes corrientes marinas hacen el resto. En términos generales, así funciona Atir, la primera plataforma para generar energía mareomotriz completamente funcional de Magallanes Renovables, una pequeña empresa gallega que espera revolucionar el sector en los próximos años. Tras 14 largos años de diseño y pruebas, están más cerca que nunca de lograrlo. Con un prototipo real produciendo electricidad cerca de la costa de Escocia, en el Mar del Norte, y en medio de un contexto global de diversificación de la oferta energética para acelerar la descarbonización y reducir la dependencia a unas solas fuentes, la compañía está buscando inversores que le ayuden a expandirse globalmente para consolidarse como uno de los líderes de la naciente industria mareomotriz.
La energía generada por las corrientes marinas es extremadamente predecible y potente, a diferencia de la solar o la eólica, a pesar de estar más extendidas. Precisamente estas fueron las principales razones para explorar formas de aprovechar esta fuente, explica Alejandro Marques, director de desarrollo de la empresa. “Vimos que este recurso es increíble: se puede explotar en muchísimas zonas alrededor del mundo y realmente la energía que tiene es tremenda”.
Pero estaba claro que no sería tan simple, añade Marques. “Entonces analizamos por qué no se estaba aprovechando a nivel mundial y nos encontramos con que los sistemas que se estaban desarrollando eran sumergidos, lo cual conllevaba unos costes de mantenimiento altísimos. Ese era el principal obstáculo.” Cada vez que había que hacer mantenimiento, y en sistemas sumergidos en agua salada altamente corrosiva, eso es bastante seguido, se necesitarían grúas, sacar la turbina del agua, llevarlo a tierra, solucionar el problema y llevarlo de vuelta. Ante ese panorama, prácticamente todos los proyectos mareomotrices fracasaban antes de siquiera llegar a probarlos, las cuentas simplemente no daban.
La lógica que siguieron en Magallanes frente a estas problemáticas recurrentes fue completamente pragmática y terminó en la primera innovación importante. Para hacer mantenimiento, pensaron, hace falta acceso sencillo y directo a la maquinaria, y para ello el sistema debe ser flotante. “Lo que tenemos ahora son dos molinos eólicos debajo de un barco. Así tenemos pleno acceso por el mástil a toda la maquinaria interna y podemos acercarnos, entrar, revisar y hacer el mantenimiento que haga falta a toda la parte interna”, expone Marques.
Esto significa que se ahorra mucho tiempo y dinero, además de que la plataforma puede estar prácticamente siempre en funcionamiento. En última instancia, todo suma hacia el objetivo último, que es abaratar costes para hacer de este método de producir energía, que de por sí tiene tanto potencial, un sistema económicamente viable también.
Un rompecabezas de tecnologías de punta
Toda la etapa de investigación y desarrollo se hizo siguiendo esa misma línea de costes mínimos. Con un núcleo fijo muy reducido, y contratando equipos de ingenieros externos especializados para proyectos específicos, Magallanes Renovables fue sumando cada pieza de su plataforma Atir. “Por ejemplo, tenemos a una persona experta en naval, y él dirige a equipos de ingenieros navales para cosas concretas. Entonces, que hace falta arreglar una cosa en el fondeo, se contrata a unos expertos en ese tema. De esta manera logramos siempre tener a los mejores en el equipo sin tener que costearnos una empresa con una estructura muy grande”, explica el director de desarrollo.
Incorporar las mejores tecnologías existentes en otros sectores es una parte central de su modelo. En lugar de inventar todo de cero, analizaron las últimas tendencias de los sectores eólico y naval, y luego las adaptaron para que cumplieran una nueva misión. En ese sentido, estar ubicados en Galicia, donde la industria naval es tan potente y además es la tercera comunidad autónoma con más capacidad eólica instalada, ha supuesto una importante ventaja, pues han tenido acceso a proveedores de primer nivel en la puerta de casa.
«La energía generada por las corrientes marinas es extremadamente predecible y potente»
De la experiencia de los vecinos astilleros han incorporado, por ejemplo, fondeo en proa y popa, además de un sistema de proa invertida, que permite romper las olas en lugar de subir y bajar. Con ello se ha conseguido tal robustez en la plataforma Atir que el año pasado ni siquiera se enteraron de la peor tormenta en medio siglo en Escocia. También usan la pintura resistente a la corrosión y a los crustáceos que se pegan a los cascos navales más avanzada del mercado; la cual solamente tiene que ser reemplazada una vez cada década.
Por el lado de la tecnología del sector eólico, se ha integrado todo el sistema de generación de energía, que ya está desarrollado y optimizado. Pero también han aplicado en sus palas un sistema de construcción modular de paso variable, el cual permite que las palas cambien de ángulo en función de la dirección del agua en cada momento y significa que se puede generar energía de manera casi permanente.
Aun así, hay algunas cosas que sí son absolutas novedades y ahí se han aliado estratégicamente para poder desarrollar soluciones específicas. “Las palas, para que funcionen de la mejor manera y constantemente, no se pueden ensuciar nada. Para ello estamos trabajando con un consorcio de universidades para desarrollar un sistema anti-fouling [anti-corrosivo y anti-crustáceos] de silicona. Está ahora en etapa de pruebas pero va fenomenal. Con ello, las palas al moverse se limpian a sí mismas. De nuevo, reduciendo costes y maximizando producción”, cuenta con orgullo Marques.


«Y tienen su primer parque mareomotriz adjudicado en Gales, que entrará en funcionamiento en 2025»
Las corrientes del cambio fluyen a favor
A la empresa y, más importantemente, a su plataforma Atir, les ha llegado la madurez en un momento perfecto. Tras casi 15 duros años de pruebas luchando por financiación con ayudas de la UE e inversión directa del fundador -que ahora ven con buenos ojos, pues les ha obligado a desarrollar un sistema extremadamente económico- están a punto de estar listos de saltar al mercado en forma. Para ello están abriendo una nueva ronda de inversión y están teniendo mucho interés.
“En los últimos años, ha cambiado completamente el paradigma de inversión de renovables, con todo el tema de la descarbonización y reducción de emisiones. Pero ahora mismo, con la guerra de Ucrania, está habiendo más interés todavía para asegurar la seguridad energética a largo plazo también. La idea es que no solamente haya dos recursos principales, sino que haya muchos y que todos tengan distintas curvas de generación y hagan que la curva se aplane. Nosotros podemos aportar 100 gigas a nivel mundial. Pero también hay otros recursos, y será una combinación de todas las tecnologías la que hará que tengamos un sistema 100% renovable”, ahonda Marques.


«Será una combinación de todas las tecnologías la que hará que tengamos un sistema 100% renovable»
Esto significa que Magallanes Renovables tiene los ojos firmemente puestos sobre el futuro. Calculan que tras certificarse pegarán “un disparo tremendo”. Este proceso tardaría todavía un par de años si se compara con la experiencia de la eólica offshore, un sistema de molinos de viento flotantes que funcionan en aguas mucho más profundas. Sin embargo, si se mantiene como referencia esta tecnología, que desde entonces ha crecido enormemente, en muy poco tiempo podrían estar enfrentando un nivel de demanda altísimo.
Con esto en mente, ya prevén que tendrán que crecer más en la parte industrial para poder producir a buen ritmo, a pesar de que todavía existen algunas dudas sobre su eficiencia y su impacto ecológico en los ecosistemas donde se despliega. No obstante, Marques asegura que sus estudios indican que en la práctica no es preocupante: la generación de energía es estable y la repercusión sobre los ecosistemas de la zona es mínimo porque las hélices no giran tan rápidamente y, de todas formas, las corrientes donde se ubican son tales, que la fauna no suele estar allí.
De hecho, ya tienen su primer parque mareomotriz adjudicado en Gales, que entrará en funcionamiento en 2025. A partir del éxito de ese primero, esperan que lleguen muchos más. Por ahora solamente el Reino Unido tiene un sistema de concesiones para la explotación de la energía mareomotriz, pero es previsible que en el futuro cercano más y más países se sumen. Entonces es cuando Magallanes Renovables quiere estar mejor posicionada para optar a ellas y hacer que el mar, como el sol y el viento, también aporte un porcentaje importante de la energía global.
