Un estudio de Barclays señala que empresas e inversores deberían prestar más atención al agua en sus informes de sostenibilidad y ESG y en sus evaluaciones de riesgos, por el papel clave de los recursos hídricos



El término ESG ha desembarcado recientemente en la agenda económica, social y política … para quedarse. Con esas siglas inglesas de Enviroment, Social y Gobernance, o ASG por su traducción a nuestro idioma, se describen los tres ámbitos esenciales, medio ambiente, social y buen gobierno, que cualquier entidad debería cuidar en el siglo XXI.
A diferencia de lo que antes se llamaba responsabilidad social corporativa, o RSC, que estaba impulsada por la buena intención de cada actor, ahora los criterios ESG, al menos en Europa, están contados, pesados y medidos por un marco normativo apoyado en una Directiva comunitaria.
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Los criterios ESG revolucionan la sostenibilidad empresarial
Como explicábamos en nuestro diario recientemente, las compañías europeas están obligadas por la Directiva 2014/95/UE, a medir e informar sobre su rendimiento en materia ambiental, social y de buen gobierno, lo que es definido como información no financiera. En España, desde enero de 2022, la Ley de Información no Financiera y Diversidad, aprobada en 2018 y que transpone la norma comunitaria, obliga a todas las empresas con más de 250 empleados a reportar sobre sus avances en ESG.
Esta información, entre otras utilidades, sirve para que la sociedad, los mercados y los inversores sepan sobre la sostenibilidad de la actividad que llevan a cabo.
«Los criterios ESG son cada vez más relevantes en las estrategias de sostenibilidad corporativa»
Cuando se trata de evaluar una inversión potencial, los inversores con conciencia de sostenibilidad acuden cada vez más a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Por ello, los informes ESG tienen una importancia creciente en las estrategias de sostenibilidad corporativa.
Son muchos los elementos que se tienen en cuenta dentro de las evaluaciones ESG, pero destaca especialmente el compromiso con la reducción de gases de efecto invernadero, dada la importancia que el cambio climático ha adquirido en la agenda internacional. Sin embargo, no todo es clima, y en los últimos tiempos el mundo corporativo está comenzando a darse cuenta de que el agua debería también desempeñar un papel bien importante en el análisis ESG y en las evaluaciones de riesgo.
El agua es clave para los criterios ESG
Garantizar la disponibilidad de recursos hídricos en el futuro es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. El crecimiento de la población, el aumento de la demanda y la contaminación, la falta de saneamiento y el propio calentamiento global afectan a las fuentes de suministro en todo el mundo. Por tanto, para algunos analistas, la seguridad hídrica debería ser incluida de forma mucho más notable en la toma de decisiones. El propio Informe de Riesgos Globales 2022 del Foro Económico Mundial señala los 10 asuntos más urgentes que conciernen a la humanidad, la mitad de los cuales tienen que ver con el medio ambiente y también con el agua.
En ese sentido, recientes informes de Barclays señalan la importancia del agua. «El mundo se está quedando sin el recurso natural más importante: el agua. Para el sector mundial de productos básicos de consumo esta escasez es motivo de especial preocupación, dada su importancia, por ejemplo, para los productos básicos agrícolas», afirmaba la entidad financiera en una comunicación de julio de 2021. Te puede interesar
En ese sentido, el equipo de investigación de Barclays considera que el riesgo hídrico debería ser el problema principal de ESG para el sector de bienes de consumo básico. Sin embargo, añaden los expertos de la entidad internacional, «los inversores parecen tener un mayor enfoque en otros asuntos relacionados con ESG, como el impacto potencial del aumento de los costos del carbono».
En su opinión, si se combinara una regulación más estricta y una mayor conciencia de los consumidores se podría conseguir que los inversores prestaran más atención al asunto y se hicieran «más preguntas sobre las inversiones proactivas que las empresas pueden llevar a cabo como respuesta a la creciente escasez de agua«.
Para Barclays, las empresas suelen subestimar su exposición a los riesgos hídricos y deberían tener más en consideración «el posible costo de eventos extremos como sequías e inundaciones (y el seguro contra tales riesgos), el daño a la reputación por el uso del agua considerado irresponsable y el impacto de la escasez de agua en el crecimiento futuro».
Apostar por el agua es ganar
Según, Barclays, invertir en agua es mucho más beneficioso que no invertir. «En promedio, el costo de la inacción sobre la escasez de agua es cinco veces más alto que el costo de la acción«, afirma. Estos datos se apoyan por ejemplo en el informe Global Water Report 2020 elaborado por la organización sin fines de lucro Carbon Disclosure Project (CDP), que se centraba en la valoración del riesgo hídrico en base a encuestas realizadas a 3.000 compañías mundiales Este estudio del CDP encontró una diferencia drástica entre los riesgos estimados del agua de las compañías y cuánto estimaron que costaría responder a ellos.
Según el CDP, en 2020, las empresas reportaron unos impactos financieros máximos estimados por los riesgos referidos al agua de unos 300.000 millones de dólares, cinco veces más que el costo de abordarlos (55.000 millones).
Hay un cambio de mentalidad que ya está en curs0. Según Barclays, «las empresas están comenzando a considerar la importancia del agua», a medida que tratan de mejorar su resiliencia y también de adaptarse a las medidas de los gobiernos para promover la conservación de los recursos hídricos.
«Algunas de ellas, han tenido éxito a través de lo que describen como un enfoque de ‘4R’ para la gestión del agua en sus propias instalaciones: (reducir, reutilizar, reciclar y recuperar)», señala el informe. Otras, añade, están apostando por la eficiencia y el empleo de fuentes alternativas, como las aguas regeneradas, cerrando ciclos en el consumo.


En ese sentido, las empresas están discutiendo sobre los riesgos hídricos de forma más abierta y generalizada, dice Barclays Un trabajo llevado a cabo por el equipo de Data Sciences de la entidad financiera indicaba que las menciones de «agua limpia y saneamiento» en las documentos de referencia corporativos se han duplicado en los últimos 15 años. En el segundo trimestre de 2020, la conversación sobre el agua aumentó más del 40% respecto a 2019 (ver imagen superior).
Empresas ‘positivas’ en términos de agua
En la terminología ambiental y empresarial es bien conocido el término de «cero emisiones» o carbon neutral, que se refiere a aquellas entidades que tienen un balance positivo de carbono en el marco de su actividad, ya sea por el empleo de fuentes limpias de energía o por otras medidas de compensación de las emisiones de CO2 que generan.
Es menos popular el concepto de water positive, pero este empieza ya a dar que hablar. Se trataría de aquellas empresas que hacen un uso eficiente del agua y consiguen que el impacto de su actividad sobre el recurso y el medio ambiente tenga un impacto neto positivo.
Y es que, a medida que crece el foco en la sostenibilidad, el mundo corporativo se está dando cuenta de los riesgos potenciales de la vulnerabilidad del agua. En ese sentido, recientemente, dos gigantes mundiales como PepsiCo y Facebook han anunciado planes para tener una balance de agua positiva para 2030, según informaba la revista Forbes.
«La integración del riesgo hídrico en las estrategias corporativas se convertirá en una faceta central de las estrategias de sostenibilidad y, de hecho, climáticas con el tiempo», afirmaba a Forbes Stephen H. Dover, estratega jefe de mercado y director del Franklin Templeton Investment Institute. Según el experto, «el riesgo asociado al agua es ahora global y afecta las políticas económicas, limita el crecimiento económico y debe incorporarse junto con otros riesgos de mercado relacionados con el clima».
