La meteorología extrema, el fracaso a la hora de gestionar la emergencia climática y la destrucción del medio ambiente son los mayores riesgos a los que se enfrenta la economía en 2021, aunque las enfermedades infecciosas ganan terreno entre las preocupaciones inmediatas



Un año y una pandemia después, el mayor peligro para la humanidad sigue teniendo color verde: el cambio climático continúa siendo valorado como la mayor amenaza para la estabilidad social y económica de todo el mundo. Esa es una de las principales conclusiones del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, también conocido como Foro de Davos por la localidad suiza en la que se celebra su reunión anual, que resalta que los cinco principales riesgos globales, por probabilidad y por impacto, son todos de índole ambiental. La meteorología extrema domina la clasificación de riesgos más probables, seguida del fracaso a la hora de gestionar la crisis climática, el daño ambiental causado por el hombre, las enfermedades infecciosas y la pérdida de biodiversidad.
El estudio, que ha sido elaborado siguiendo una encuesta realizada a 650 líderes mundiales y expertos en diferentes materias, dibuja un panorama muy parecido al del año pasado, pero con una importante irrupción en la lista: las enfermedades infecciosas. Efectivamente, la pandemia de coronavirus ha provocado que el riesgo percibido que plantean las enfermedades infecciosas se sitúe ahora en el número tres de la lista en cuanto a probabilidad y en el primer lugar en cuanto a posible impacto, mientras que en 2020 ocupó el décimo lugar.
“Los costes humanos y económicos inmediatos de la COVID-19 son severos”, se asegura en el informe, ya que «amenazan con reducir años de progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad global y dañar aún más la cohesión social y la cooperación global”. En este sentido, la élite económica mundial se alinea completamente con lo que ha estado advirtiendo Naciones Unidas en los últimos meses: la pandemia puede anular los avances de los últimos años en materia de desarrollo sostenible, sobre todo si no se actúa en consecuencia y se aprovecha la ocasión para reconstruir la economía de manera sostenible.
Según apunta el Foro Económico Mundial, por el momento el coronavirus no solo ha provocado la pérdida generalizada de vidas, sino que también está frenando el desarrollo económico en algunas de las partes más pobres del mundo y amplificando las desigualdades de riqueza. Al mismo tiempo, el hecho de que la lucha contra la pandemia esté quitando recursos a otros problemas de salud críticos, algo que ilustra por ejemplo la interrupción de los programas de vacunación contra el sarampión en muchos países desfavorecidos, aumenta la preocupación sobre las posibles consecuencias sobre la infancia y otros grupos de población vulnerables.
Sin embargo, y a pesar de la omnipresencia de la COVID-19 en la actualidad política, económica y social, finalmente vuelven a ser los asuntos relacionados con el clima los que constituyen la mayor parte de la lista de riesgos de este año. De hecho, el informe describe estos peligros como «una auténtica amenaza existencial para la humanidad». Y es que, a pesar de la considerable caída en las emisiones de carbono causada por los confinamientos y la interrupción del comercio y los viajes internacionales, existe la preocupación de que a medida que las economías comiencen a recuperarse, las emisiones se dispararán.
La importancia de la cooperación
El informe del Foro es especialmente claro respecto a la necesidad de actuar cuanto antes para frenar el calentamiento global. «El cambio climático, al que nadie es inmune, continúa siendo un riesgo catastrófico, por lo que el cambio hacia economías más verdes no se puede retrasar hasta que desaparezcan los impactos de la pandemia», inciden los autores del mismo. Por eso, para combatirlo desde una perspectiva «holística», se pide aumentar la cooperación no solo entre los países, sino también con el sector privado y la sociedad civil.
«No queremos enfrentarnos a la continua desintegración política y económica, no queremos alcanzar el punto de inflexión de la irreversibilidad en el cambio climático y no queremos que las próximas generaciones hereden un mundo que se vuelve cada vez más hostil y cada vez menos habitable», ha asegurado Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial.


Pero las crisis también pueden servir para extraer lecciones útiles para el futuro. De hecho, según el informe, la respuesta a la COVID-19 ofrece cuatro oportunidades de gobernanza para fortalecer la resiliencia general de los países, las empresas y la comunidad internacional. Por un lado, señala la importancia de formular marcos analíticos que adopten una visión holística que permita anticipar los riesgos y actuar en consecuencia, algo para lo que también ayudaría invertir en lo que el Foro denomina “campeones del riesgo”: diplomáticos de alto perfil que fomenten el liderazgo nacional y la cooperación internacional mediante una labor independiente y basada en datos.
Además, el Foro también considera que es necesario actuar en el área de la comunicación mejorando la comunicación de riesgos y combatiendo la desinformación. Por último, recomienda explorar nuevas formas de asociación público-privada para mejorar la preparación ante riesgos, ya que «la pandemia ha demostrado que la innovación puede surgir cuando los gobiernos involucran al sector privado para responder a desafíos a gran escala, si los riesgos y las recompensas se comparten de manera justa y si existe una gobernanza adecuada«. Y es que, según apuntan los autores del informe, es «imprescindible contar con todos si se quiere tener una oportunidad contra el cambio climático».
Dos reuniones este año
Tradicionalmente, la presentación de este informe ha supuesto el pistoletazo de salida al Foro Económico Mundial propiamente dicho, es decir, a la reunión de líderes mundiales en esta localidad suiza conocida por sus aguas termales. Sin embargo, la pandemia de coronavirus también ha tenido un impacto en este evento: los organizadores del Foro han anunciado que la edición presencial de 2021 se celebrará en Singapur del 13 al 16 de mayo, en vez de en la habitual localidad alpina suiza de Davos, aunque subrayaron su intención de devolver la ubicación tradicional al evento en 2022.
A pesar de este cambio de fecha, la extraordinaria situación mundial ha motivado que estos días se celebre igualmente una versión en formato virtual de esta reunión. De esta manera, entre los días 25 y 29 de enero, diferentes personalidades políticas y empresariales intervendrán en sesiones online del Foro Económico Mundial, entre ellas el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.


Además, otras figuras políticas destacadas que participarán como oradores en el evento serán el presidente chino, Xi Jinping; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro indio Narendra Modi; Yoshihide Suga, primer ministro de Japón; Angela Merkel, canciller de Alemania; Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; Giuseppe Conte, primer ministro de Italia; el presidente de Argentina, Alberto Fernández y el presidente de Colombia, Ivan Duque.
Por otro lado, el foro virtual contará también con la intervención de figuras internacionales como António Guterres, secretario general de la ONU; Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS); Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE); Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI); Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
