Si hay algo que todos necesitamos, ya seamos plantas, animales o seres humanos, es el oxígeno. Por ello, la Fundación Oxígeno desde su creación, ya hace 21 años, despliega toda una serie de actividades para mejorar entornos, tanto medioambientalmente como de recursos que permiten el trabajo y la vida. Aunque su sede está en la ciudad de Burgos, su ámbito de actuación no se ciñe solo a esta ciudad o la Comunidad Autónoma de Castilla y León, sino que tiene una vocación nacional e incluso global.
La Fundación nace, nos comenta uno de sus técnicos, Juan José Asensio, al darnos cuenta que era necesario cubrir una necesidad que vimos que existía en Burgos para trabajar por el medio ambiente y la promoción del mundo rural. «Ahora somos unas diez personas trabajando en la Fundación, pero seguramente, como siempre queremos abrir nuevos proyectos, necesitaremos más gente», asegura.


Para algunas de sus actividades cuentan con profesionales y aficionados a diferentes temas y disciplinas ambientales, a las que dedican tiempo y esfuerzo. “Bien a su estudio, investigación o desarrollo, bien a su contemplación y disfrute, bien a su defensa, contribuyendo así a la mejora del medio ambiente, de la sociedad y de la cultura”, asegura Asensio.
Desde Fundación Oxígeno, consideran de gran interés poner en contacto a todas estas personas enamoradas de «algo», aficionadas o profesionales que de forma simpática denominan Ecofrikis. «Cada tres meses realizamos esta actividad que denominamos Ecofrikis para concienciar a la gente sobre todo tipo de temas como puede ser el agua, los recursos naturales, la agricultura, la ganadería o sobre el papel de algunos personajes como Rodríguez de la Fuente. Para ello hacemos una especie de gala, al juntarnos en un auditorio, en la que distintos especialistas ilustran sobre un tema», explica Asensio.
«El próximo será sobre mamíferos, así que reunimos a una serie de personas que tienen proyectos relacionados con ellos. Esta actividad la complementamos con exposiciones y salidas al campo para hacer acciones en directo. También, dentro de lo posible, con libros y documentales como el último que hemos hecho sobre la trashumancia para que se conozca más esta forma de ganadería extensiva que consideramos que es muy importante y entronca con la tradición de Burgos. Esas sesiones se graban para ser vistas más tarde», apunta.
Esta Fundación apuesta sobre todo por llevar a cabo proyectos prácticos y que ayuden a las personas del medio rural
La trashumancia fue declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, «así que tenemos la oportunidad, desde la Fundación, de preservar esta forma de vida. Donde las ovejas, las vacas, las cabras, las caballerías, pero también sus gentes. Personas de varias generaciones han recorrido y recorren la península ibérica, manteniendo y fomentando la biodiversidad, la cultura rural y la alimentación de calidad. Este audiovisual recupera la memoria de nuestra región», comenta Asensio
Mares y ríos
De su vocación de acción a nivel nacional da cuenta otro de sus proyectos: La Mar de Limpio. «La Mar de Limpio es una campaña de educación ambiental que tiene como objetivo sensibilizar a turistas y locales sobre la importancia de cuidar y proteger nuestro litoral y nuestro mar, frente a las diferentes amenazas y problemáticas que sufre», explica Asensio.
Residuos que flotan en el mar y se depositan en las playas o son comidos por los peces; vertidos ilegales de aguas residuales urbanas e industriales; la sobrepesca de algunas especies; el exceso de hormigón por la urbanización desmesurada; la invasión de especies invasoras de fauna y flora, son algunas situaciones que están terminando con la calidad de nuestra costa.


Para minimizar esta situación nos cuenta Asensio que «a base de voluntariado limpiamos distintas playas. Hacemos batidas para recoger distintos residuos. Sobre todo, para eliminar plásticos y microplásticos. En verano cuando las playas tienen más gente hacemos campañas de sensibilización para que las personas sean conscientes de la situación que viven nuestras costas. Cádiz, Huelva y Málaga serán parte de nuestras próximas campañas de mares limpios».
Para este técnicoambiental otra iniciativa que califica de fundamental para su organización es la que está relacionada con la limpieza de los ríos. «Tiene como objetivo sensibilizar a la población en general sobre la importancia de cuidar y proteger nuestros ecosistemas de agua dulce, ríos, riberas, arroyos, charcas o humedales, frente a las diferentes amenazas y problemáticas que sufren, principalmente por la presión humana o el cambio climático. Conjuntamente llevamos a cabo plantaciones de árboles tanto en riberas como en zonas muy degradadas, así como talleres de realización de cajas nido para su colocación y que ayuden a la fauna del lugar».
Desarrollo rural
La Fundación Oxígeno apuesta sobre todo por llevar a cabo proyectos prácticos y que ayuden a las personas del medio rural, ente los que destaca el poryecto Autöctono. Un emprendimiento empresarial y social que contribuye a construir una sociedad mejor, más justa, más solidaria, más respetuosa con el medio ambiente y mejor alimentada. «Una alternativa de consumo más sano y más justo con las personas y el medio ambiente, que posibilita formación y trabajo digno a personas en riesgo de exclusión, preserva la biodiversidad y la cultura campesina, manteniendo siempre el contacto entre el productor y el consumidor», apunta Asensio.
«Mediante mercados locales se fomentan las ventas de proximidad. Ponemos unos puestos muy vistosos y solemos unirlos a otras actividades como música y exposiciones», puntualiza. Burgos, Soria, Cáceres han sido algunos de los lugares elegidos para potenciar el producto local. «Lógicamente en cuestiones de desarrollo rural estamos más centrados en nuestro territorio. Hemos fomentado tres coworking rurales para que se potencien esas posibilidades que hay en sus entornos. Hemos visto las posibilidades del teletrabajo, pero todo esto hay que ponerlo en marcha», explica.


«Ceñido a la provincia de Burgos estamos desarrollando un proyecto para poner en valor la apicultura, recopilando toda la cultura existente sobre la apicultura tradicional. Hay un potencial enorme que se está perdiendo. Es necesario realizar un inventario popular sobre las técnicas y la arquitectura tradicional apícola de la provincia de Burgos. Cada rincón o pueblo pueden participar informando lo que existe en su zona», asegura Asensio.
«Este inventario se realiza de forma comunitaria y participativa. Antes era frecuente que las familias tuvieran pies de colmenas: se utilizaban troncos huecos o construcciones muy específicas para las abejas y eso lo estamos recogiendo ahora en una web y tal vez luego trasladarlo a un libro con el fin de dar valor a estos trabajos que pueden servir tanto a nivel turístico como a productores. Esto no deja de ser nuestra cultura”, remacha.
Biodiversidad
En Castilla y León el 24% de su territorio está declarado y está dentro de la Red Natura 2000, así que existen numerosos espacios protegidos. Tal vez sea la región europea con más espacio protegido, pero también es cierto que es la región más grande de Europa.
Para Asensio, los Árboles singulares de Burgos dan ejemplo de la biodiversidad de la que disponen. «Después de un esfuerzo de catalogación, se eligieron 111 de ellos para la elaboración de un libro y que este sirva para la sensibilización y educación de la población. En la elección de estos árboles se contó con su singularidad: bien biomorfológicas, paisajísticas o histórico-tradicionales. Mediante exposiciones damos a conocer estas esculturas vivientes. Fomentamos mediante cursos las posibilidades, en general, para que se sepa que se puede vivir en el mundo rural», apunta.


Todo el mundo puede participar también en su iniciativa Pastores de árboles. «Es fácil», nos dice Asensio, «si plantas uno tomas foto y la localización para registrarlo y mandarlo a la Fundación. Así conocemos todos los que se plantan en toda España».
Esta Fundación tiene una gran vocación de educación ambiental, así que muchas personas pueden disfrutar de sus proyectos y de sus múltiples talleres. «Sí, hemos visto que el interés ha aumentado con el paso de los años. También hacemos trabajos con corporaciones para mejorar aspectos de sus gestiones con respecto a reciclaje o dudas que surjan para una mayor eficiencia medioambiental. Tal vez echamos de menos que las administraciones se vuelquen un poco más en la situación de emergencia climática en la que estamos y hay que modificar muchos hábitos para corregir el problema y adaptarnos a los que puedan surgir», concluye Asensio.
