La producción y el consumo como claves de una Vida Sostenible

La producción y el consumo como claves de una Vida Sostenible

La producción y el consumo como claves de una Vida Sostenible

Las transformaciones sociales son necesarias para conseguir su buen desarrollo. En este trabajo lleva inmersa la Fundación Vida Sostenible desde su creación, ya que dentro de sus compromisos está impulsar ciudades, hogares y entidades que de verdad sean respetuosas con las personas y el medio ambiente


Pura C. Roy
Madrid | 8 octubre, 2021


Son seis los años que han pasado desde que se plantearon los 17 ODS y sus 169 metas, si bien algunos de ellos parecen más cercanos en el horizonte que otros, hay que fomentar todos ellos. En este trabajo lleva inmersa la Fundación Vida Sostenible desde su creación, con el objetivo es fomentar estilos de vida entre la ciudadanía para avanzar en la mejora de la calidad de vida de las personas y la consecución de un medio ambiente más saludable.

Presidida por José Vicente De Lucio Fernández, la Fundación Vida Sostenible nace en 2003 para abordar transformaciones relacionadas con educación, salud y bienestar, energía e industria limpias, uso del suelo y el desarrollo de núcleos urbanos sostenibles. Para ello proporciona herramientas y recursos encaminados a una transición más justa en línea con el Plan de acción del Pacto Verde Europeo, la estrategia de la UE sobre biodiversidad para 2030 y el de la Granja a la Mesa.

La palabra sostenibilidad se repite como un mantra y se emplea ya en casi todos los ámbitos productivos. Pero conlleva un nivel de responsabilidad que no siempre está avalado por los hechos. “Por ello conseguir hábitos saludables entre la ciudadanía, adquiriendo un consumo responsable es una de la prioridades de la Fundación”, nos dice su secretario y biólogo José Mª González.

vida sostenible
Jose María González, secretario y biológo de la Fundación Vida Sostenible.

Según la última encuesta del CIS, la preocupación por la huella ecológica sigue siendo muy pequeña entre los españoles. La huella ecológica es una estimación de la tasa de utilización de los recursos naturales en función de cada estilo de vida. Su funcionalidad es saber si se supera la capacidad de carga del Planeta, o lo que es lo mismo si tenemos los suficientes recursos para seguir consumiéndolos al ritmo actual. La estimación y análisis de la huella ecológica individual y colectiva, por lo tanto puede ser una poderosa herramienta para avanzar en el uso sostenible de los recursos naturales.

Según los datos de la Fundación: “Ahora mismo, la huella ecológica media de un ciudadano español es de unas seis hectáreas (era de casi siete en 2005, pero parece que ha bajado desde entonces por la crisis). Eso quiere decir que necesitamos cuatro o cinco países de la extensión del nuestro para alimentarnos y vivir, es decir, para contener nuestra huella ecológica total (la extensión superficial de España es de unos 50 millones de hectáreas, y somos unos 46 millones de habitantes). Y a escala planetaria ocurre algo parecido: necesitamos una Tierra y media para dar sustento a los 7.000 millones de humanos que la pueblan y solo tenemos una”.

Calcular nuestro impacto

La calculadora de huella ecológica que se puede encontrar en la página web de la Fundación es un proyecto que lleva varios años a disposición de los quieran saber cómo y cuánto de sostenible se es. “Hay más de 400.000 cuestionarios cumplimentados y a raíz de estas respuestas en 2019 hicimos un informe sobre la situación y en breve publicaremos el segundo”, nos comenta González.

Esta calculadora se puede usar tanto a nivel individual como por empresas. “Con esta información encontramos puntos fuertes y puntos débiles en los hábitos de consumo por edades. Los jóvenes en términos generales están más concienciados que otros sectores de población, y vemos a mujeres más motivadas hacia el consumo responsable. El avance principal tal vez sea el de la conciencia pública: se detecta un ciudadano preocupado por la situación general de la crisis ambiental y social, y que reclama soluciones eficaces en profundidad, no meramente cosméticas”.

Entrada al calculador de huella ecológica.

Concienciar a los consumidores para realizar buenas prácticas es, sin duda, generar compradores responsables. Esto puede significa gestos pequeños como escoger productos con menos envoltorios y envases, buscar alimentos de agricultura ecológica, fijarse en la información que contienen las etiquetas, optar por la compra de electrodomésticos de mayor eficiencia energética (los de tipo A y A+), buscar productos con certificación ambiental, evitar los productos contaminantes o que utilicen prácticas dañinas con el medioambiente.

Otra de las iniciativas de la Fundación, a la que González da importancia son las Guía FVS de compra y consumo responsable que pretenden proporcionar a la ciudadanía información para una compra sostenible, que fomente comportamientos y hábitos respetuosos con la salud y el medioambiente, que promueva la economía circular y, en definitiva, que impulse esos estilos de vida sostenible deseables. “Acabamos de meter los últimos datos realizados sobre agua, energía, residuos y movilidad. Actualizamos constantemente las líneas de consumo, la última es sobre aislamientos, pero también las hay sobre el coche eléctrico, diferentes electrodomésticos, papel y cartón, ropa, todas ellas dirigidas a la ciudadanía”. En la Guía FVS papel, cartón y madera se encuentra información sobre su procedencia, los tipos de papel y cartón, cómo comprar y reciclar, cómo reconocer y conocer el etiquetado que llevan, cómo hacer papel en casa.

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En la Guía FVS papel, cartón y madera se encuentra información sobre su procedencia.

En 2012 se vendieron un total de 23.000 vehículos eléctricos e híbridos enchufables en Europa, mientras que en 2018 la cifra ascendió a las 294.500 ventas. En esta Guía FVS se ofrece  toda la información necesaria para conocer los tipos que hay, mantenimiento, ventajas y costes de estos vehículos.

Desde hace varias décadas, la compra de ropa se ha convertido en un hobby más que en una necesidad y, consecuentemente, su tasa de producción y venta ha crecido exponencialmente. Aunque pueda pasar desapercibida, la industria textil genera más emisiones de carbono a la atmósfera que todo el transporte internacional aéreo y marítimo de mercancías.

También hay cada vez más preocupación por la comida, desde los alimentos de origen local a los sellos y etiquetados, pasando por recetas sostenibles, en la Guía FVS dedicada a la comida se puede encontrar consejos e ideas para incorporar en el día a día, y de forma sencilla, los puntos clave de una dieta sostenible. En “Comida Crítica” la Fundación repasa la ruta de los alimentos y los impactos que se producen en cada paso: desde la producción de un alimento hasta que llega a nuestras mesas. A través de artículos, encuestas o infografías se puede encontrar todo lo que se necesita para aprender un poco más sobre el medioambiente y la alimentación.

Etiqueta ambiental

La Fundación Vida Sostenible permite obtener el Sello de Huella Ambiental FVS que es una etiqueta ambiental de Tipo III (cuantificaciones ambientales sobre el análisis de ciclo de vida) según la ISO 14026 y está dirigido a empresas u otras entidades que estén interesadas en la obtención de declaraciones ambientales para productos, servicios y organizaciones.

El Sello de Huella Ambiental FVS sirve de referencia tanto para clientes finales como para otras empresas y la propia administración. Ofrece una valoración clara, precisa y fácilmente legible de los impactos ambientales y del comportamiento general hacia el entorno natural del producto, servicio o entidad que ostente el sello. Desperdicio alimentario, pérdida de biodiversidad o emisiones de gases de efecto invernadero.

Para González, “el termino sostenibilidad cada vez se entiende mejor, para muchos hay una correlación directa con el termino medio ambiente, pero cada vez hay más población que entiende que este término no es solo medioambiente, sino que hay otros vectores como es el consumo. Muchas veces hay un abuso o empleo torticero del término. Cuando quiere alguien darle la vuelta a los datos pues se hace y busca razones donde no las hay. Siempre hay alguien que quiere confundir con objetivos contrarios a lo que en realidad dicen perseguir”.

“En el ámbito empresarial habría que hacer esfuerzos para dejar de manipular el termino sostenibilidad. Siempre hay que abrir el abanico para analizar un producto, y cuando lo hacemos vemos que no es tan sostenible como nos dicen, por lo que hay que examinar todas las variables”. Por todo ello para este biólogo es muy importante que el término se introduzca en el mundo de la educación, se aclare y se hable con propiedad. Todo lo que sea información transparente y clarificadora muchísimo mejor.

“Las administraciones locales también son fundamentales sobre todo en transmitir mensajes transparentes y coherentes a la ciudadanía. No subvencionar, por ejemplo, actividades dañinas para el medio ambiente al mismo tiempo que se pide buena conducta a los ciudadanos, o no gastar todo el dinero en una gran campaña de comunicación sin respaldo de acciones concretas que se olvida en seguida. En temas de consumo, el término sostenible y ecológico, ya sabemos que vende, pero puede ser una publicidad engañosa, por ello hay que trabajarlo en todos los ámbitos y ser coherentes objetivos y responsables a la hora de usarlos”, matiza González.

La mayor parte de la financiación de esta Fundación proviene de las subvenciones que otorga el Ministerio de Transición Ecológica. “También de otros organismos públicos que optamos mediante concursos como con el Ministerio. Otra de sus trabajos y fuente de financiación es la realización de trabajos sobre Responsabilidad corporativa que Algunas empresas les piden. La Responsabilidad Social Corporativa está pensada para que las empresas basen su gestión en los impactos que generan sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general.

“Nuestro día a día es lanzar información objetiva sobre todos los temas de producción y consumo sostenibles”, resume González.



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