El sector de la Bioeconomía Forestal aportó un valor añadido de 69.000 millones de euros a la economía española en 2019 y generó 1,44 millones de empleos, según un estudio que coincide con el Día Internacional de los Bosques que se celebra el 21 de marzo



Los bosques son fundamentales para combatir el cambio climático, por lo que contribuyen significativamente al beneficio de las generaciones presentes y futuras. Los bosques también ejercen un papel fundamental en la erradicación de la pobreza y el logro de metas de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cada año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques; una extensión similar a Islandia
Con el fin de concienciar sobre este problema, el tema para 2022 del Día Internacional es: “Bosques: consumo y producción sostenibles”. El lema supone un llamado a elegir madera sostenible para las personas y el planeta.
Naciones Unidas recuerda que la madera ayuda a día de hoy a proveer alimentos y agua libres de bacterias en muchas cocinas, construir infinidad de muebles y utensilios, reemplazar materiales tan dañinos como el plástico, tejer nuevas fibras para nuestra ropa y, a través de la tecnología, formar parte del ámbito de la medicina o la carrera espacial.
De ahí que resulte vital consumir y producir maderas de una manera más amigable con el medio ambiente por el planeta y sus habitantes. Especialmente teniendo en cuenta que se trata de un recurso fácilmente renovable si realizamos una gestión sostenible de los bosques.


Importante sector económico
El sector de la Bioeconomía Forestal aportó un valor añadido de 69.000 millones de euros al conjunto de la economía española en 2019, además de generar ese año 1,44 millones de empleos, según un estudio del Joint Research Center (JRC), Centro Común de Investigación de la Unión Europea.
El mismo informe señala que, entre 2015 y 2019, este valor se incrementó en el 15,91 % «y continuará haciéndolo en los próximos años ante las nuevas oportunidades que pueden surgir en el sector«, de acuerdo con el análisis de la plataforma Urban Forest Innovation Lab (UFIL) de Cuenca.
Más de 1 600 millones de personas dependen de los bosques para sobrevivir proporcionándoles alimentos, medicinas, combustible y abrigo
Además, entre 2009 y 2020 la superficie de bosque propiamente dicho creció un 2,7 % hasta llegar al 36% del territorio en 18,7 millones de hectáreas.
Todo ello abre «infinitas posibilidades» desde el punto de vista de la bioeconomía, que defiende la utilización sostenible y racional de los bosques sin implicar deforestación o pérdida de la biodiversidad, un objetivo a destacar con vistas al día internacional de los bosques que se conmemora el 21 de marzo.
UFIL ha señalado siete razones por las cuales es preciso proteger los bosques: ser creadores de empleo, constituir una fuente de producción de energía no fósil, proporcionar materias primas, facilitar el acceso a alimentos sanos para el consumo, potenciar el ocio y el turismo rural, orientar la innovación en bioeconomía y contribuir a la economía circular.
La plataforma insiste en que la conservación, gestión y aprovechamiento de los recursos forestales significa «una oportunidad para generar riqueza y atraer capital humano a entornos afectados por la despoblación», pero añade que «los bosques no se mantienen solos» y en ese sentido «queda mucho por hacer en España».
Tal como expone Eduardo Álvarez, responsable técnico del FIE y profesor de la Universidad de Oviedo, “los bosques no son solo un pulmón ambiental que absorbe el CO2, sino que tienen, además, un gran potencial para generar biomasa que se puede utilizar para obtener electricidad y calor tanto para usos industriales como domésticos”.
