La humanidad demanda el 173% de la biocapacidad de la Tierra

La humanidad demanda el 173% de la biocapacidad de la Tierra

Estamos agotando la biocapacidad de nuestro planeta: el 14% de la humanidad necesita 3,6 Tierras para satisfacer sus demandas. De seguir enmascarando los impactos ecológicos de nuestros consumos, expertos señalan que nuestro desarrollo humano y economía tendrán una fecha de caducidad


La nueva era del Antropoceno ha marcado un antes y un después en la forma en la que los seres vivos y los recursos se relacionan, dando paso a una nueva etapa marcada por el dominio absoluto del Hommo sapiens sobre todo lo que rodea.

Dentro de este nuevo contexto, los científicos advierten de un frenesí de consumo sin precedentes para satisfacer el deseo de la especie que, según las estimaciones más conservadoras, demandó un 56% más de los recursos naturales que producen os ecosistemas de la Tierra.

Aunque ya mostrado en fechas como el Earth Overshoot Day, este dato es motivo de preocupación para algunos expertos que en un análisis publicado en la revista Nature advierten “que la seguridad de los recursos naturales ya no está garantizada” y, por lo tanto, la economía humana.

“La existencia de recursos acumulados ha permitido a la humanidad mantener este llamado ‘sobreimpulso ecológico’, incluso aumentarlo. No obstante, el uso excesivo por definición establece una condición de tiempo limitado que hace pensar que esta situación de desenfreno no podrá durar para siempre”, escriben en su análisis.

Momento en el que los países terminan por consumir los recursos de una Tierra | Foto: Global Footprint Network

Para demostrar sus hipótesis, analizaron los datos económicos y los recursos naturales de casi todos los países del mundo durante varias décadas y los clasificaron según su nivel de ingresos y reserva de biocapacidad, entendida como la capacidad de producción de recursos naturales de un ecosistema. Como curiosidad, esta clasificación reflejó una España con carencias en su biocapacidad, por debajo incluso de países como Argelia o Burundi.

Gracias a ese trabajo, observaron que en 1980 los países pobres a nivel de recursos y económicamente representaba el 57% de la población, en un momento en el que el exceso global se situaba en el 19%. En el 2017, ese cuadrante de países aglutinó al 72% de la población mundial, aumentando paralelamente el exceso hasta el 173% de la biocapacidad mundial.

“La biocapacidad estimada de la Tierra aumentó durante las últimas décadas debido a la eficiencia de algunas actividades humanas en sectores como la agricultura. Sin embargo, se trata de un incremento ínfimo en comparación con las demandas de recursos y la huella ecológica global”, señalan los expertos.

Lo más curioso del análisis llega cuando los autores explican que para mantener ese 72% de la población se requiere el 92% de la biocapacidad de la Tierra, dando a entender que en parte estos países podrían ser la causa del aumento de la huella. Sin embargo, subrayan que no es así ya que los países ricos en ambos sentidos, que albergan el 14% de la población mundial, utiliza el 52% de la biocapacidad de nuestro planeta.

Esto quiere decir que ese cuadrante consume recursos al 367% de la biocapacidad global per cápita, es decir, que si toda la humanidad consumiera a ese nivel, se necesitarían 3,67 planetas Tierra para satisfacer nuestra demanda, en vez de la 1,57 Tierras que se devoran en la actualidad.

“De media, los países que gozan de la doble riqueza utilizan 2,6 veces más recursos que las regiones con la doble maldición que, en la actualidad, contienen solo el 34% de la biocapacidad del mundo. Estos últimos, además, solo exceden en un 34% la biocapacidad mundial”, informan los autores.

Cambiar nuestros hábitos

Para los expertos, mientras el agotamiento del capital biológico siga siendo una opción disponible para impulsar nuestras economías, los impactos económicos y ecológicos de este sobreimpulso se seguirán enmascarando, a pesar de que la deuda ecológica se estará acumulando.

En este sentido, argumentan que está naciendo una tendencia por parte de muchos países a replicar los casos de éxito de los centros financieros, como Dubái o Singapur, primando trayectorias de crecimientos económicos e ignorando las limitaciones de los recursos y la evidencia de si esos casos pueden ser realmente replicables.

“Una población humana en crecimiento y una demanda cada vez mayor de niveles de consumo cada vez más altos harán que sea cada vez más difícil para los agentes económicos de cada país disponer de recursos suficientes para sus actividades económicas”

Muchas ciudades comienzan a primar el desarrollo económico sin tener en cuenta la capacidad de sus recursos para salir de sus delicadas situaciones

“Aun así, si todas las personas en la Tierra adoptaran la demanda material promedio de los residentes en Dubai, Suiza, Hong Kong o Singapur, se necesitaría la biocapacidad de 5.6, 2.8, 2.9 39 o 3.7 planetas Tierra, respectivamente. En un mundo sostenible, el objetivo razonable desde una perspectiva de estabilidad ecológica podría ser utilizar no más de la mitad de la capacidad del planeta”.

Como broche a su análisis, plantean distintas estrategias de desarrollo agrupadas en cinco categorías para mejorar la oferta de recursos y la eficiencia en su demanda. Estas abarcan desde la protección de los ecosistemas, hasta la apuesta por las energías renovables y alimentos de origen vegetal y la proliferación de familias menos numerosas para controlar la población mundial.

“Vivir del agotamiento del capital natural significa que muchas poblaciones se están quedando sin opciones para salir de su pobreza ecológica y, por tanto, de su pobreza económica. El éxito del desarrollo de la humanidad está en juego”, sentencian los autores.


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