Un nuevo informe del PNUMA señala que las NDC carecen de ambición climática ya que se necesitaría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 55% para mantener la temperatura en 1,5 grados. Las promesas netas de cero, si se implementan por completo, podrían marcar una gran diferencia



Primero la Organización Meteorológica Mundial (OMM) puso en evidencia que lo gases de efecto invernadero siguen incrementando su presencia en la atmósfera, en especial el dióxido de carbono que en el 2020 alcanzó de 413 ppm. Ahora le llega el turno al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) anunciando que los esfuerzos de los países solo serán capaces de reducir las emisiones anuales un 7,5% para 2030 en relación con los compromisos anteriores.
El informe se basa en la Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en ingles) que, según una última actualización de septiembre, apuntan hacia un incremento de las emisiones de un 16% en 2030 en comparación con el 2010. Para cumplir con los objetivos del París de mantener la temperatura media del planeta en 2 grados Celsius y 1,5 °C, el PNUMA señala en el documento que se deberían alcanzar reducciones del 30% y del 55% respectivamente.


También apunta a que las promesas netas de cero, si se implementan por completo, podrían marcar una gran diferencia y reducir el aumento de temperatura global previsto a 2,2°C, sin embargo, considera que esas promesas son vagas e inconsistentes con la mayoría de los compromisos nacionales para 2030.
En este sentido, solo un total de 49 países más la Unión Europea se han comprometido a una meta neta cero. Esto cubre más de la mitad de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, más de la mitad del PIB mundial y un tercio de la población mundial. No obstante, muchas de sus NDC retrasan la acción hasta después de 2030, lo que genera dudas sobre si se pueden cumplir los compromisos netos cero, según el informe.
“El mundo tiene que despertar ante el peligro inminente que enfrentamos como especie. Las naciones deben implementar las políticas para cumplir con sus nuevos compromisos y comenzar a implementarlos en unos meses”, advierte Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, en el prólogo.
Para tener la posibilidad de alcanzar el objetivo de 1,5°C, el mundo necesita reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años. Esto significa eliminar 28 gigatoneladas adicionales de CO2 equivalente de las emisiones anuales, además de lo prometido en las NDC actualizadas y otros compromisos para 2030.
En contexto, este 2021 se alcanzarán las 33 gigatoneladas de emisiones de CO2, mientras que, si se tienen en cuenta el resto de los gases, la cifra se acerca a 60 gigatoneladas equivalentes. “Por lo tanto, para tener la posibilidad de alcanzar el objetivo de 1,5°C, necesitamos reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero. Para el objetivo de 2°C, la necesidad adicional es menor: una caída de las emisiones anuales de 13 GtCO2 equivalente para 2030.
«La brecha de emisiones es el resultado de una brecha de liderazgo, pero los líderes aún pueden hacer de este un punto de inflexión hacia un futuro más verde en lugar de un punto de inflexión para la catástrofe climática. La era de las medias tintas y las promesas vacías debe terminar», comenta el jefe de la ONU, António Guterres.
Oportunidad perdida
Los autores del informe explican que la oportunidad de utilizar el gasto de recuperación y rescate fiscal de COVID-19 para estimular las economías, al mismo tiempo que se fomenta una transformación baja en carbono, “se ha perdido en la mayoría de los países hasta ahora”.
Solo un pequeño número de economías de altos ingresos representa la mayor parte del gasto verde, y las naciones en desarrollo y los mercados emergentes corren el riesgo de quedarse atrás.
En este sentido, detallan que el gasto de COVID-19 ha sido mucho más bajo en las economías de bajos ingresos, 60 dólares por persona, que en las economías avanzadas, de 11.800 por persona. “Es probable que las brechas en las finanzas exacerben las brechas en las naciones vulnerables en cuanto a la resiliencia climática y las medidas de mitigación”, se lee en el informe.


Por su parte, Alok Sharma, presidente de la COP26, dicta que los países deben mostrar una acción climática ambiciosa en la COP26: “Como deja en claro este informe, si los países cumplen sus NDC de 2030 y los compromisos netos cero que se han anunciado a finales de septiembre, nos dirigiremos hacia aumentos de la temperatura global promedio de poco más de 2°C”, explica.
«Así que ha habido avances, pero no lo suficiente. Es por eso por lo que necesitamos especialmente que los mayores emisores, las naciones del G20, presenten compromisos más firmes para 2030 si queremos mantener los 1,5 grados Celsius a nuestro alcance durante esta década crítica”, añade.
España necesita mejorar
A pesar de que España es uno de los que más ha reducido la intensidad de sus emisiones de carbono en los últimos años, aún deberá reducir casi al doble sus emisiones para cumplir con los objetivos alcanzados en el Acuerdo de París, según un análisis bautizado como Net Zero Economy Index, elaborado por la consultora PwC.
Para Pablo Bascones, socio responsable de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC, «la caída en el consumo de combustibles fósiles, vinculado en gran parte a las restricciones de movilidad y al parón de actividad por la pandemia, y el incremento del peso de las renovables y de la energía hidroeléctrica en el mix», son los factores que explican la reducción en la intensidad de emisiones en España el pasado año.
El informe revela que la situación a nivel global es todavía «más preocupante» debido a que en 2020 la economía mundial ha limitado la intensidad de sus emisiones de carbono un 2,5%, por lo que para cumplir con París habría que «multiplicar por cinco su ritmo anual de descarbonización, hasta el 12,9%».
«Nos quedan poco más de dos ciclos económicos para transformar todos los sectores de la economía global, durante el año pasado más de 3.000 empresas y 130 países se han comprometido con objetivos de neutralidad climática, señala Bascones quien hace hincapié en que, «a pesar de la ambición, la brecha de emisiones continúa ampliándose».
