El volcán La Soufrière entró en erupción el pasado 9 de abril, liberando una enorme nube de gases y ceniza que se elevó por encima de 20 kilómetros sobre el nivel del mar. Ahora, esa nube ha llegado hasta España, tras cruzar el océano Atlántico



De los 45 volcanes activos en la actualidad, según los datos de Instituto Smithsonian, La Soufrière, situado en la isla caribeña de San Vicente, es que más preocupa a los vulcanólogos dada su naturaleza y los recientes acontecimientos alrededor de él.
Tal y como explica la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en ingles) La Soufrière es un estratovolcán, es decir, un volcán cónico de gran altura que se caracteriza por experimentar erupciones explosivas y erradicas debido a la viscosa lava que mana de su interior, algo que los habitantes de la isla han podido comprobar desde el 9 de abril de este año.
En esa fecha, una serie de explosiones surgieron de La Soufrière con tanta violencia que incluso el espectrorradiómetro de imágenes de ángulos múltiples (MISR) del satélite Terra de la NASA pudo medir una columna de humo y cenizas a 20 kilómetros de altitud, lo que significa que llegó a alzarse hasta la estratosfera.


La altura conseguida hizo saltar las alarmas en el Centro de Investigación Sísmica (SRC, en inglés) de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI), que expresó este sábado su preocupación por la posibilidad de que el dióxido de azufre (SO2) que emite el volcán La Soufrière pueda llegar a España y África, posibilidad que se ha hecho realidad a lo largo de este fin de semana.
La influencia del volcán
Para la NASA, estas plumas de humo y cenizas emanadas por el volcán pueden causar peligros para la aviación y la calidad del aire. En este sentido, la nube que se topó con España este fin de semana y tras cruzar los miles de kilómetros que nos separan con América no presenta peligro dada la gran altura por la que está viajando, según distintos meteorólogos.
Una enorme ola de SO2 emitida por el volcán #LaSoufriere ha atravesado el Atlántico desde el Caribe hasta el sur de las islas Canarias. https://t.co/mXb1VPJI3e
— AEMET (@AEMET_Esp) April 14, 2021
Otra de las cuestiones que planeta este volcán es su capacidad para afectar en el clima ya que “los gases cantidades de dióxido de azufre pueden causar un enfriamiento global, mientras que el dióxido de carbono volcánico, un gas de efecto invernadero, tiene el potencial de promover el calentamiento global”.
“Los impactos climáticos más importantes de las inyecciones volcánicas en la estratosfera provienen de la conversión de dióxido de azufre en ácido sulfúrico, que se condensa rápidamente en la estratosfera para formar aerosoles de sulfato finos. Los aerosoles aumentan el reflejo de la radiación del Sol de regreso al espacio, enfriando la atmósfera inferior o la troposfera de la Tierra”, señalan desde el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
En este caso, los expertos de la NASA indican que un volcán necesita inyectar al menos cinco teragramos de dióxido de azufre en la estratosfera para tener impactos climáticos medibles, lo que no es el caso para este volcán.
En este sentido, el vulcanólogo Richard Robertson indica que el volcán “aun cuenta con bastante energía que se espera que expulse”. De hecho, el cráter de 100 metros de profundidad está emitiendo un flujo diario de 809 toneladas de SO2, lo que indica que “continúa erupcionando, aunque la actividad explosiva aparenta haber terminado hasta el momento”.
Según la NASA, después de esta semana de erupciones, as mediciones satelitales muestran que La Soufrière ha lanzado entre 0,4 y 0,6 teragramos de dióxido de azufre a la atmósfera superior. Eso ya es más de lo que cualquier otro volcán del Caribe ha producido durante la era de los satélites y suficiente como para afirmar que esta erupción supera a la vivida en la misma isla en 1902 cuando una erupción similar mató a 1.600 personas que se encontraban trabajando en el campo en esos momentos.


En esta ocasión, los informes de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señalan que unas 20.000 personas se han visto afectadas y se han tenido que activar casi 90 refugios para proteger a más de 4.000 personas mientras el volcán sigue generando fluidos que están viajando hasta el río Rabacca, en la costa este de la isla.
En previos informes, la OCHA advirtió que el 54% de esos albergues carecen de servicios básicos como agua, higiene y saneamiento (WASH) y el 63% de los albergues de emergencia muestran una presencia cada vez mayor de mujeres y niñas no acompañadas.
“El agua es nuestra primera prioridad”, señala Didier Trebucq, Coordinador Residente de la ONU para Barbados y el Caribe, destacando que su segundo imperativo es la gestión eficiente de los albergues, ya que muchos necesitan servicios básicos indispensables.
“Estamos a punto de iniciar el llamamiento de financiamiento de la ONU y el plan de respuesta para apoyar la respuesta humanitaria, pero también la recuperación temprana para los próximos seis meses”, añade el coordinador.
