Los españoles ven más efectivos los cambios radicales de comportamiento de los ciudadanos (un 39%) que la innovación tecnológica (29%) para combatir el cambio climático, según la última encuesta del Banco Europeo de Inversiones (BEI)



La necesidad de actuar contra el cambio climático de manera ambiciosa y decisiva genera un gran consenso entre la ciudadanía y los líderes políticos, pero existen importantes divergencias en el fondo. Desde la innovación que proporciona tecnologías bajas en carbono como el hidrógeno verde hasta los cambios en nuestra manera de producir y consumir hacia una economía circular, las opciones para combatir la crisis climática son múltiples y tienen distinta prioridad según los países. Sin embargo, en lo que respecta a la población general, ¿cuál creen que es la mejor manera de frenar el calentamiento global? ¿Existen opiniones diferentes según los países y las sociedades?
Eso es lo que ha intentado dilucidar la tercera edición de la encuesta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) sobre clima 2020-2021, que estudia las expectativas de los ciudadanos respecto a las políticas contra el cambio climático. Y sus resultados desvelan que, efectivamente, las personas tienen diferentes ideas sobre la mejor manera de abordar la crisis climática según su lugar de origen. En Europa, el 39% cita un cambio radical en sus hábitos de consumo o transporte como la forma más adecuada de luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, para los encuestados chinos (32%) y estadounidenses (31%), esta opción se clasifica como la segunda forma más eficaz de limitar el cambio climático, ya que prefieren las soluciones tecnológicas como digitalización y desarrollo de energías renovables, una opción que solo el 29% de los europeos considera como la mejor forma de abordar la crisis climática.
Eso sí, independientemente del lugar donde vivan los encuestados, la energía se considera un sector prioritario. A nivel mundial, existe un llamado a priorizar la acción climática en el dominio de la energía, y específicamente a aumentar el uso de fuentes de energía renovables, citado por el 49% de los encuestados europeos y chinos y el 47% de los estadounidenses. De hecho, la mayoría de las personas en Polonia (67%), España (60%), Grecia (59%), Italia (59%), Portugal (58%) y Hungría (58%) también piensan que el sector energético y el uso de fuentes de energía renovables debe tener prioridad en la lucha contra el cambio climático.
“La gente de toda Europa nos está enviando un mensaje alentador. Creen firmemente en el poder de su comportamiento individual para abordar la crisis climática. Como parte de nuestra transformación en el banco climático de la UE, nuestro papel es ayudar a las personas a actuar mediante la financiación de servicios de movilidad sostenible y soluciones de economía circular», ha explicado el vicepresidente del BEI, Ambroise Fayolle.
Resultados en España
La encuesta tiene también un apartado en el que se pueden desglosar los resultados por país, lo que permite conocer exactamente cual es la manera preferida de la ciudadanía española para luchar contra el calentamiento global. Y, por lo menos en el apartado principal, su opinión coincide con la del resto de europeos: ven más efectivos los cambios radicales de comportamiento de los ciudadanos (un 39%) que la innovación tecnológica (29%), mientras que el 17% daría prioridad a la inversión pública y privada en proyectos respetuosos con el clima.
Asimismo, un 39% de los ciudadanos desea que se extienda el teletrabajo para reducir desplazamientos en transporte y, así, luchar contra el cambio climático y a un 41% le gustaría prohibir los vehículos de altas emisiones en el centro de las ciudades. En esta línea, los españoles defienden un transporte público más eficiente, una opinión que es especialmente predominante entre los ciudadanos de 65 años o más (73%).


Sobre por qué España debería reducir su dependencia de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón, el 49% de los encuestados creen que por el “rápido agotamiento de las reservas mundiales o porque es una forma de depender menos de los recursos de otros países”. Además, el 60% de los españoles sostienen que los cambios en el sector energético (por ejemplo, apostando por un mayor uso de recursos energéticos renovables) son la principal prioridad en la lucha contra el cambio climático, por encima de la media europea (49%).
Por último, en lo que respecta al consumo, más de la mitad de los encuestados (un 52%) está a favor de prohibir los productos y servicios que más gases de efecto invernadero generan y un 49% cree que hay que mejorar los sistemas de reciclado.
