Querido Papá Noel, este año quiero otro tipo de juguetes

Querido Papá Noel, este año quiero otro tipo de juguetes

Este año, el coronavirus ha cerrado la puerta de nuestras casas a muchos familiares y amigos pero a Papá Noel o los Reyes Magos, pase lo que pase, nunca se le cerrará esa puerta.  Llega la Navidad y con ella, por supuesto, los juguetes, los regalos estrella de estas fechas


En esta época del año la venta de productos se dispara y sobre todo en el sector de los juguetes. Los niños son el especial motor que nos anima a seguir comprando y regalando en estas fiestas y sus regalos, los juguetes, son el objeto más preciado. El año pasado, los españoles gastamos de media casi 200 euros por niño, según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.

Según un estudio realizado por ALDI sobre el Juego Infantil en España, los niños españoles dedican entre una hora y media y dos horas a jugar cada día. Además, también indica que el 56% de las familias españolas busca que los juguetes de sus hijos sean educativos y fomenten su creatividad. ¿Y si este año además los padres pudieran elegir y apostaran por juguetes que fueran más sostenibles con el medio ambiente?.

No suena tan raro, y menos sabiendo que este año la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) ha incluido en su certamen Mejor juguete de 2020 la categoría ‘Mejor juguete para un mundo sostenible’.

¿Por qué apostar por un juguete sostenible y ecológico?

Nathalie Rodríguez, propietaria de la tienda Kamchatka creó su negocio al ser madre, basándose en la idea de vender otro tipo de juguetes. Juguetes que considera con alma, que pivotan en base a tres pilares fundamentales: ‘lowtec’, no sexistas ni bélicos y que sean ecológicos.

Cuando hablamos de productos lowtec estamos hablando de una vocación por encontrar o facilitar materiales no adheridos a la ola tecnológica. Todos estos conceptos tienen algo en común: encontrar la esencia del juego. Según Nathalie, los niños deben reencontrarse con la naturaleza mientras juegan y además, en un momento en el que dejan de ser pequeños tan pronto, necesitan conocer de dónde provienen esos juguetes como por ejemplo el caso de la madera y reconocer ese reflejo cuando se adentren en la naturaleza.

“Hace 17 años montar este tipo de tiendas era un riesgo y fue una locura, pero lo sigue siendo ahora. Aún así partíamos con una ventaja, es mucho más difícil hacerle ver a un adulto el problema medioambiental que a un niño…”, afirma Nathalie.

¿Qué diferencia hay con el resto de productos?

Lo que diferencia a un juguete no ecológico del que sí lo es, tan solo es la materia prima. Juguetes de plástico y cartón reciclado, de madera, de algodón… Y algo quizá más importante, la opción a repararlo para que el juguete pase de generación tras generación y nos haga ver que en ellos también podemos encontrar un producto responsable.

La sostenibilidad y la reutilización cada vez nos preocupa más como consumidores y el sector de los juguetes ha sabido verlo y trabajar en línea con congresos como bio¡Toy, que demostró como industrias de todo el mundo están utilizando materiales alternativos al plástico convencional. A su vez, la AEFJ también ha comenzado a trabajar con el Instituto Tecnológico del Juguete para conocer qué opciones hay en cuanto a materiales y procesos para producirlos.

¿A quién no le gustaría volver a la peonza de madera de toda la vida? La única manera de salvar el futuro es volviendo al pasado.



Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas