Microplásticos: la gran plaga que asola el planeta

Microplásticos: la gran plaga que asola el planeta

Es complicadísimo eliminarlos, ni si quiera todavía somos conscientes de la cantidad de ellos que hay en el planeta, y ahí es donde entra Captoplastic. Una startup española que ha encontrado un método pionero para cuantificar los microplásticos y eliminarlos definitivamente de las aguas sin generar residuos


Microplásticos: Pequeños fragmentos de plástico, menores de cinco milímetros, que o bien se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados en productos de limpieza e higiene, o bien se han fragmentado de un plástico mayor (bolsas de la compra, envases de todo tipo…) durante su proceso de descomposición.

El término “microplástico” fue elegido palabra del año 2018 en la Fundéu BBVA y ha servido para entender mejor la problemática medioambiental que esto supone en la actualidad.

Desde la invención del plástico a principios del siglo XX, este material ha hecho nuestra vida más fácil en muchos aspectos y ha ido ganando terreno en todo el mundo como el material termoestable más económico, en especial, desde su aplicación a productos de un solo uso. Sin embargo, su alta durabilidad es la génesis de su baja reciclabilidad y degradación. ¿La consecuencia? Una acumulación masiva de estos en el medio ambiente.

El contaminante más ubicuo de los océanos

Desde 1950 hemos producido más de 8.300 millones de toneladas métricas de plástico, de los cuales solo el 9% han sido reciclados, un 12% fueron incinerados y un 79% terminó en el medio ambiente. Ese gran porcentaje de plástico que va a parar al medio ambiente es degradado por el sol, el viento o el agua hasta convertirlo en pequeñas partículas denominadas ‘microplásticos’ que, finalmente, acaban en mares y océanos. De hecho, en las últimas estimaciones los expertos calculan que hay unas 230.000 toneladas de estos elementos en los océanos. Y no es una exageración: cada año, más de 100.000 mamíferos y un millón de aves mueren debido a la ingesta de este componente, según estima Greenpeace.

Los expertos calculan que hay unas 230.000 toneladas de microplásticos en los océanos.

Se han hallado partículas microscópicas de plástico en los enclaves más remotos del mundo: desde la cima del Everest hasta las fosas oceánicas más profundas de nuestro planeta. Asimismo, este material viaja libremente por todos los eslabones de la cadena alimentaria: desde el plancton del que se alimentan los peces hasta el fertilizante utilizado para el cultivo y, por supuesto, también llega a nuestro organismo. De hecho, hay estudios que han encontrado estos materiales en placentas humanas y otros que revelan que las partículas plásticas pueden atravesar la barrera hematoencefálica e ingresar al cerebro. Y la problemática ya no es solo la acumulación de este pequeño material sino las partículas contaminantes o tóxicas que acompañan a los microplásticos. Un problema emergente con amenaza potencial para la vida marina y, en consecuencia, la salud humana.

Algunos ignoran el problema, pero otros están buscando una solución. Otros como Raquel Parra, CEO de Captoplastic, una empresa española que, gracias a la innovación, ha creado una “tecnología capaz de eliminar, cuantificar e identificar los microplásticos del agua”, explica Parra a El Ágora. Una tecnología pionera en nuestro país que ya se ha alzado con el premio eAwards Spain 2021 de Fundación Everis y el Global eWards 2021 otorgado por la NTT Data Foundation.

La tecnología, la mayor enemiga de los microplásticos

Aunque se trate de un problema bastante evidente debido al aumento exponencial de la producción y el consumo de plástico, hasta ahora no existían técnicas eficaces para eliminar estos pequeños materiales de las aguas. Sin embargo, un pequeño halo de esperanza surgió en la Universidad Autónoma de Madrid con Captoplastic, una startup española que comenzó en junio del 2020 y que ha encontrado una técnica, a través de aglomeración selectiva, donde “selectivamente vamos a por el plástico, conseguimos separarlo y además conseguimos separarlo al 100% del sistema”, aclara la investigadora.

Raquel Parra, CEO de Captoplastic

Esta tecnología, además, es de residuo 0, ya que consiguen separar el microplástico del aglomerante que utilizan para captarlo. Por lo que obtienen según declara Parra, por un lado, “el plástico limpio que puede ser revalorizado, reutilizado, desintegrado o quemado, y por otro, el consumible que utilizamos lo reintroducimos para no generar un residuo”. Un sistema totalmente pionero y único como su segunda patente destinada a su cuantificación. Un método que ayudará a evaluar su presencia, sobre todo de los más pequeños, y a disponer de datos más precisos hasta ahora eran insuficientes.

Si algo caracteriza a esta pionera tecnología es su flexibilidad. “Nuestro primer foco son las plantas de tratamiento de aguas residuales, porque todo acaba en ellas”, explica Parra, “pero también podemos aplicarlo a las propias depuradoras industriales”. Incluso, a medio plazo, las lavadoras podrían incorporar una pequeña adaptación que no deje pasar las microfibras plásticas de los tejidos, los materiales más habituales. “Nosotros tenemos un método de análisis, pero no queremos acabar en el método”, señala Parra, “queremos desarrollar un kit de análisis para que sea algo sencillo que la gente pueda utilizar en las plantas”.

Algunos consejos de la ONU frente a esta plaga de microplásticos son:
  • Usar un cepillo de dientes biodegradable, con cerdas naturales.
  • Es más recomendable el hilo dental de fibra natural recubierto con cera de abeja, ya que la seda dental tradicional está hecha de nylon o teflón.
  • Evitar el uso de sartenes antiadherentes recubiertas de teflón.
  • Eligir productos para el cabello que no contengan ingredientes plásticos como la silicona o el petróleo.
  • En cuanto a usos cosméticos y de cuidado de la piel, buscar productos que sean naturales y que no contengan micropartículas.
  • Evitar el uso de maquinillas de plástico desechables.
  • No utilizar globos y brillantina en fiestas y celebraciones.
  • Escoger tejidos y textiles naturales. Reduce la cantidad de ropa fabricada con telas plásticas sintéticas en tu armario, las cuales liberan diminutos microplásticos.
  • No arrojar desperdicio a la calle. Muchos van a parar a ríos y océanos sin llegar a desintegrarse del todo.
  • Optar por envases sin plástico en la medida de la posible.

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