Comercio a granel: volver al pasado por el planeta

Comercio a granel: volver al pasado por el planeta

Cada vez son más los comercios que se suman a contribuir con el reciclado, comercios que rechazan el uso innecesario de materiales de un sólo uso o que realizan una venta de productos de proximidad. Volver al pasado se ha convertido en mirar al futuro


La emergencia climática es un hecho. Es una emergencia de alcance global. Ciento noventa y tres países marcaron en 2015 la Agenda 2030 como una de las más importantes hojas de ruta para conseguir mitigar y adaptarnos a los devastadores efectos del cambio climático, y con ello, aprender a relacionarnos con el planeta de forma sostenible.

Cuando se cumple el primer tercio del horizonte temporal fijado por Naciones Unidas, e inmersos en una pandemia de alcance mundial, no solo no podemos obviar la existencia de otras grandes crisis a las que nos enfrentamos, sino que urge entrar en acción. Una década por delante para retomar la senda de la sostenibilidad y los compromisos asumidos en otras grandes cumbres, como las del Clima.

 

Para asentar las bases de un futuro sostenible hay que tratar de derruir hábitos y pautas de consumo como el uso desproporcionado de botellas de PET, los tetrabriks, las anillas de plástico de las latas o los envases de plástico… presentes en nuestras vidas y obstáculos para la sostenibilidad y el planeta. Tratar de evitar que formen parte habitual del paisaje, es uno de los grandes desafíos.

Y a propósito del desarrollo sostenible, son cada vez más los modelos de emprendimiento y comercios que se suman a contribuir con pautas que promueven el reciclado; comercios que rechazan el uso innecesario de materiales desechables, o que realizan una venta de productos de proximidad.

Incluso algunas grandes superficies, como Mercadona o Carrefour, se han incorporado a estas prácticas y promueven la comercialización de productos obtenidos de forma respetuosa con el medioambiente y que, incluso, pretenden reducir en un alto porcentaje la cantidad de envases o que estos sean reciclables.

Comprar a granel, la mejor alternativa para el medio ambiente

Lo cierto es que, a estas alturas y en pleno siglo XXI, cada vez son más los ciudadanos que demandan a empresas e instituciones un comportamiento ético y sostenible. Y cada vez más, aumenta el nicho de clientes que toma consciencia sobre la imperiosa necesidad de adoptar una nueva manera de consumo más sostenible. La preocupación por el medioambiente y el abuso de los plásticos es una realidad social desde hace años, y por eso cada vez son más las empresas que han decidido vender sus productos a granel. Y recuperar antiguas formas de compra-venta que, si acaso, nunca perdieron su vigencia.

Volver a las antiguas tiendas de ultramarinos o a aquella tienda de barrio donde comprábamos a granel, donde la fruta no estaba envasada o la verdura plastificada, puede ser uno de los primeros -y definitivos- pasos hacia un nuevo estilo de vida, y una de las claves para crear un futuro esperanzador en el que el plástico no entre en nuestras casas y, por ende, en nuestros océanos. Una forma de contribuir, consciente o inconscientemente, al logro de los objetivos y metas fijados por Naciones Unidas en su ODS 12, “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.

La compra a granel ha resurgido tras varios años para frenar el derroche de alimentos y la invasión de envases de plástico en nuestros productos. Se trata de una opción de consumo responsable en auge por los numerosos beneficios que ofrece, tanto para el medio ambiente como para nosotros mismos:

  •  Al comprar a granel, adquirimos la cantidad necesaria de cada producto, por lo que además del ahorro económico, consumimos alimentos más frescos y desperdiciamos menos.
  • Las tiendas a granel compran en grandes cantidades, lo que permite reducir la huella de carbono. Comprar grandes sacos de producto se traduce en menos transporte y como consecuencia, menos contaminación.
  • Los productos a granel permiten conocer la procedencia de los productos y contribuir a la agricultura y la economía local, dado que es habitual que muchos de esos productos provengan de proveedores del entorno.
  • Al utilizar nuestros propios envases reciclables o bolsas de tela reducimos el número de envases y plásticos de un solo uso que terminan en mares y océanos.

Podemos encontrar fruta, verdura, arroces, azúcar, frutos secos, hierbas y especias, legumbres, pasta, aceitunas, galletas… Pero, ¿se imagina acudir al supermercado con una garrafa y rellenarla de productos de limpieza? Lejía, detergente para la lavadora, quitagrasas, limpia cristales… Todo ello a granel y vendido en los recipientes que lleve el propio consumidor, con el fin de reutilizar los envases y reducir el consumo de plásticos de un solo uso. Esto es ya una realidad en el barrio de Las Condes de Santiago de Chile. Una startup chilena llamada Algramo, referente mundial en la innovación social y ambiental, que quiere contribuir a la economía circular eliminando los envases del jabón y los detergentes.

En este caso, el consumidor coge su botella y la recarga en la estación de los supermercados. Una estación que se encuentra en un triciclo y que de momento solo cuenta con dos grandes marcas (Omo y Quix). Solo en la primera compra el cliente paga el envase, después de esto, puede comprar solo el detergente o jabón y además por su compra recibe una recompensa en pesos (moneda local) para acumular o para pagar el producto. Algramo cuenta también con otros productos a granel como lentejas o garbanzos.

Dispensador de detergente de Algramo
Dispensador de detergente de Algramo | Foto: @algramo

Productos de calidad, proximidad y con la menor huella posible

Hace 20 años, de la mano de Sabina Pérez, miembro de la cooperativa Cyclos, nació A salto de mata em Madrid, una apuesta de comercio cuyo principal objetivo es cuidar a los pequeños productores y evitar el uso de materiales dañinos con el medioambiente.

A salto de mata apuesta por el producto agroecológico. Pero, ¿qué es realmente la agricultura ecológica? Se refiere a un sistema de producción agrario que provee alimentos respetando los ciclos de la naturaleza y sin residuos agroquímicos. Asimismo, estos alimentos son comprados a pequeños productores de la zona. La proximidad ayuda a reducir la huella de carbono, compensando parte de la energía que se genera a la hora de producir estos alimentos. “El consumo agroecológico nos hace ser conscientes de lo que estamos consumiendo”, explica Sabina.

“La pérdida de los trabajadores en el campo acabará con la pérdida del medio ambiente”, destaca José María Tarragosa, de Casa Ruiz, otro comercio con tiendas en Barcelona y Madrid preocupado y ocupado por ofrecer productos con la menor huella posible. Tarragosa recalca además la importancia de combatir el desperdicio alimentario: “En este tipo de tiendas queremos comprar un producto de calidad, por lo que hacemos un tipo de compra más pensada, donde elegimos muy bien los ingredientes y miramos muy bien la cantidad”.

Definitivamente, apostar por la compra de productos a granel es uno de esos pequeños gestos que suponen un gran paso para la sostenibilidad y para el planeta. Lo que nadie imaginaba es que habría que volver al pasado para garantizar, en cierta forma, nuestro futuro.



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