Cuidar nuestros océanos, mares y playas es una tarea común, por eso más allá de la idea obvia de evitar el desecho de residuos en la arena o en el agua, desde El Ágora te proponemos para este verano opciones sostenibles para reducir ese impacto negativo como la ropa de baño sostenible



Platos, vasos, botellas, bolsas, cubertería, pajitas, envases… Los plásticos son residuos que está invadiendo los océanos. Para que te hagas una idea, se estima que, cada año acaba en los océanos entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico, habiendo acumulado ya en nuestros mares la escalofriante cifra de 150 millones de toneladas.
Es por eso por lo que la imagen de islas de plástico en mitad del mar nos resulta cada día más habitual, pero ¿podrías imaginar un océano con más plásticos que peces? Puede parecer ciencia ficción, pero la verdad es que, de seguir con el ritmo actual de consumo, eso se hará realidad y tendremos auténticos mares de plástico en apenas unas décadas. Actualmente más del 80% de la basura marina es de este material, en su gran mayoría equipos utilizados para la pesca y plásticos de un solo uso.
Bienvenidos a la ‘Edad del Plástico’
¿Pero cómo llega todo ese plástico al mar? Cuando nos deshacemos de los plásticos que ya no usamos pueden seguir varios caminos: en el mejor de los casos, en vertederos municipales incinerados o reciclados. En el peor, en cualquier lugar de nuestro medio si no los desechamos correctamente. Y como sumidero final: en el mar. Los residuos avanzan hacia el litoral por el sistema de alcantarillado, arrastrados por tormentas o empujados por el viento desde vertederos o entornos urbanos, por lo que una botella o una pajita que se desecha en ciudades de interior también puede acabar en una playa o en la barriga de una ballena.
Uno de los mejores ejemplos es la conocida isla de residuos del Pacífico. Esta zona de acumulación de residuos plásticos cubre un área de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, tres veces la superficie de nuestro país. Es obvio que actualmente nos encontramos en la ‘Edad del Plástico’, lo fabricamos en cantidades ingentes porque es asombrosamente útil. Sin embargo, no debemos olvidar que es también asombrosamente resistente y de excelente durabilidad, lo que hace que su degradación sea extremadamente difícil. “Nos presentaron el plástico como la solución barata a muchos problemas y no contamos lo que cuesta al medio ambiente a la larga” afirma Andrea Salinas, fundadora y directora creativa de Now Then.
La tendencia de este verano es la sostenibilidad
La sostenibilidad es ahora una moda que, lejos de ser pasajera, ha terminado por asentarse en sectores como el turismo, la alimentación o la moda. En ese sentido, este último campo tiene mucho que decir, más aún cuando según la ONU, es la segunda industria más contaminante del mundo. Quizás, precisamente por eso, ahora que llega el verano muchas empresas de moda de baño están siendo conscientes de las infinitas posibilidades que ofrecen el diseño y la tecnología y se han apuntado a cuidar el medio ambiente o, directamente, han nacido para ello.
Habitualmente los bañadores y bikinis están compuestos principalmente de poliéster, un tejido artificial fabricado a base de plástico difícilmente reciclable que, además, genera microplásticos, una plaga que asola los océanos de todo el mundo. Afortunadamente, ahora la innovación tecnológica permite transformar el plástico que contamina los mares en tejido para confeccionar bañadores. En definitiva, más allá de colores, formas y texturas, la gran tendencia de este verano en cuestiones de baño es la sostenibilidad.


Precisamente, a eso se dedica Sloppy Tunas, una firma ‘Made in Spain’ que se creó por cuatro jóvenes comprometidos en su lucha contra el exceso del plástico en mares y océanos que buscaban “crear ropa de alta calidad, con materiales reciclados y producida íntegramente en la península ibérica”, explica Marc Villalongue, confundador de Sloppy Tunas, “obtenemos el plástico a través de cofradías de pescadores del Mediterráneo que, en su actividad pesquera, aparte de coger mucho pescado, también recogen todo lo que hay en el océano. Hemos colocado basuras de reciclaje y cuando ellos llegan colocan los residuos allí y nosotros nos encargamos de limpiar el producto, lo trituramos, lo derretimos y luego lo convertimos en hilo”. Además de usar materiales reciclados, Sloppy Tunas aboga por prendas con un proceso circular, por ello no incluyen “ni anillas de metal, ni cremalleras, ni velcros, y todo esto facilita el proceso de que cuando ya no lo quieras, nos lo puedas devolver y nosotros lo volveremos a reciclar en otro bañador”. Por si no fuera poco, los creadores no solo querían crear algo que fuera útil para el día a día y que las personas con estos productos fueran catalizadores de cambio, sino que, además, realizan campañas de recogida de residuos en playas y charlas de concienciación.


Otra alternativa es Volett. La transparencia y la ética son dos de valores de esta firma que mezcla sus raíces bilbaínas con Bali. Creada por Patricia Van Herckenrode, con solo 24 años, partió con solo una mochila en la espalda a Indonesia en busca de unas prendas creadas de forma ética, y es allí, cuando la idea de crear una firma de baño sostenible empezó a tomar forma. El tejido de sus productos es mayoritariamente ECONYL, una fibra creada a través de redes de pesca y plásticos recogidos del mar y que “al ser hilo regenerado no necesita nuevas materias primas, que al estar ya creadas necesitan menos agua, menos petróleo y menos energía”, explica la fundadora, “nosotros, además, lo compramos en blanco y lo estampamos de forma digital para no utilizar agua”. Otra de las ventajas que tiene esta fibra es que «es infinitamente reciclable, este hilo se puede regenerar una y otra vez, y lo que antes se consideraba desecho, volver a darle otra vida», declara Patricia Van Herckenrode,


Concebida, diseñada y producida en España, Now Then se creó como “una oda al océano y a las experiencias por vivir de quien siente una especial conexión con él” nos explica Andrea Salinas, su fundadora, “se trata de negocios familiares que ponen todo su saber hacer artesano para conseguir prendas con acabados lujo y calidad duradera. Nos enorgullece además dar empleo ético y dignificar el oficio de la confección, tan desmantelada en nuestro país en las últimas décadas”. Bajo el sello Oekotex100, que los certifica como libres de tóxicos y sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente, las prendas de Now Then que se caracterizan por su durabilidad y resistencia están fabricadas con 300 gramos de basura marina, contribuyendo así a la limpieza de los océanos.
Afortunadamente, quienes persiguen un estilo de vida más responsable y ecológico, encuentran cada vez más facilidades como consecuencia del cambio en la mentalidad de la ciudadanía. “Poquito a poco, nos estamos concienciando, sobre todo los jóvenes, de todo el problema que hay con el medio ambiente y estamos tratando de cambiar con pequeñas acciones”, explica Van Herckenrode, “antes era muy consumista y ahora antes de comprar algo siempre pienso si realmente lo necesito, lo quiero, si lo voy a usar, cuánta vida le voy a dar a esa prenda… en definitiva, hacer una compra responsable”. El futuro del planeta y del ser humano solo existirá si las huellas que va dejando por el camino son verdes. El futuro es sostenible, de eso no hay duda.
