Si algo nos gusta cuando viajamos es disfrutar de los parajes naturales. Por eso, cuando lo hacemos, somos conscientes de que respetar el país, la ciudad o el ecosistema en el que nos adentramos es fundamental tanto para descubrirlo y disfrutarlo, como para sentir que lo hemos hecho bien, que hemos tratado el lugar como se merece



¿Recuerdas la película de El Naúfrago? Todos hemos sufrido con Tom Hanks y sobre todo, nos hemos puesto en su lugar imaginando hasta donde llegaría nuestro ingenio para conseguir unos zapatos, un cuchillo… Si viviéramos una experiencia parecida, esperaríamos desvelados aquellos paquetes del avión que llegaban a la playa. Pero imagínate por un segundo que no es un accidente de avión lo que te hace llegar allí. Te encuentras perdido, en un lugar que no conoces y esperando que algo le solucione tu estancia. ¿Qué recibirías hoy en día en la orilla? No, no serían paquetes con patines de hielo o pelotas de voleibol. Plásticos, colillas, redes, bidones…inservibles para la naturaleza pero intactos, eso es lo que llegaría.
Nuestros océanos, nuestras playas y nuestros montes son lugares con mucho encanto pero que a veces, lo pierden por culpa de la acción humana. Y en muchas ocasiones por el comportamiento incívico de los turistas.
El turismo en España nunca ha dejado de crecer, salvo este último año, y por eso somos uno de los líderes mundiales en este sector. España cerró el año 2018 con 82,6 millones de turistas internacionales, un 0,9% más que el año anterior y con 89.678 millones de euros, un aumento de 3,1%. El año 2019 mejoró incluso estos datos pero este 2020 hemos tenido una caída muy considerable.
Si algo nos ha enseñado la pandemia, a parte de que las restricciones han sido clave para la seguridad del turismo, es que el cambio climático tiene mucho que ver con la covid-19, debido a la pérdida de biodiversidad que está aumentando las enfermedades zoonóticas. Esto quiere decir que el avance hacia un mundo más sostenible pasa también porque el turismo sea una pieza más en la Agenda 2030 o así al menos, lo afirma el Gobierno de España.
Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, una de las claras amenazas para el turismo es el cambio climático y su impacto sobre los recursos hídricos. Aunque como también afirma en el documento “Directrices Generales de la estrategia de turismo sostenible de España 2030” contamos con una fortaleza para hacerle frente, la gran profesionalidad de los trabajadores del sector y los ecosistemas público-privados experimentados en el ejercicio de sus responsabilidades.
El agua es una de las claves a la hora de promover un turismo más sostenible. Cuando nos transformamos en turistas consumimos cuatro veces más agua que cuando ejercemos como “ciudadanos locales”. Y es que, según los últimos datos, el consumo visitante puede alcanzar en España entre 300 y 400 litros de agua diarios, muy por encima de los 128 litros que el INE establece como media de consumo de un ciudadano medio en España. Por ello, tantos las empresas gestoras de ciclo urbano del agua como los hoteles están cada vez más concienciados de la importancia de apostar por modelos de ahorro y por la reutilización en los establecimientos turísticos.
Entre estos ejemplos, podemos destacar el de Canaragua’, una empresa mixta de gestión hídrica con actividad en las islas Canarias que lanzó un mensaje de apoyo para los hoteles bajo el lema ‘Nuestra agua, nuestros hoteles, nuestra vida’. Y también en Canarias, hablamos del caso de hotel Gran Melià Palacio de Isora, que ha conseguido lidiar con el estrés hídrico que azota Canarias gracias a la gestión propia de sus instalaciones. Este hotel de Santa Cruz de Tenerife cuenta con una desaladora para el consumo propio de agua y con una depuradora para reciclar el agua y con ella realizar los riegos de sus instalaciones.
La coordinadora de sostenibilidad de este hotel, Melina Vera, nos cuenta que las acciones emprendidas están encaminadas «al control de los consumos de agua con el fin de reducir los insumos para ser más eficientes en nuestra actividad. Apostamos por la reducción y gestión lógica de los recursos, la concienciación y la formación de todos nuestros grupos de interés: colaboradores, proveedores, clientes, etc».
Pero, ¿qué es en realidad el turismo sostenible?
La Organización Mundial del Turismo (OMT) en 1993 afirmó que el turismo sostenible es aquel que tiene en cuenta las repercusiones actuales y futuras, sociales, económicas y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria y del entorno y las comunidades anfitrionas.
En 1995, se celebró en Lanzarote la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, impulsada por Naciones Unidas, donde se profundizó en los valores de esta tendencia en la ‘Carta de Turismo Sostenible’ que señaló que esta actividad debe ser soportable ecológicamente a largo plazo y destacó su perspectiva ética y social, a la vez que su labor de conservación del capital cultural y natural de las regiones.
Y desde entonces y en los últimos años, cada vez son más las empresas turísticas que se unen movidos por estos valores a la protección del medio ambiente a través de sus instalaciones.
Aunque algunos, como el hostel The Hat, en Madrid, llevan más de siete años haciéndolo. En este alojamiento encontramos un espacio que comulga con la sostenibilidad por su política de empresa. Las luces que iluminan sus espacios son de bajo consumo, sus camas y literas están hechas por artesanos locales de Toledo y además producen su propia biomasa. Esta línea de negocio a nivel estructural asienta unas bases para el buen consumo de la energía pero además, intenta reducir las desigualdades dejando su espacio para clases y talleres gratuitos.
«La sostenibilidad tiene dos caminos. No se nos puede olvidar que ser sostenible no solo es contar con iluminación led, una caldera de biomasa o materiales ecológicos. Hay una parte muy importante que es la social y en este sentido, a parte de acuerdos con asociaciones de discapacidad cedemos nuestro espacio para puntos de recogida de productos de kilómetro cero, exposiciones, talleres infantiles incluso dimos clases de inglés a los niños del barrio», explica Ignacio García, propietario de The Hat.
Mares llenos de plástico, playas con colillas y CO2 en aumento
Cada año son más las toneladas de microplásticos que inundan nuestros océanos. Un estudio de la agencia científica nacional de Australia CSIRO, publicado en la revista Frontiers in Marine Science, afirmó que hay 14 millones de toneladas métricas de microplásticos en el fondo del océano.
En España se calcula que en torno a 5.000 millones de colillas acaban en las playas, el 15% de los cigarrillos que se consumen.
Como ven, la acción humana desencadena una gran cuantía de productos que utilizamos que si no reciclamos o desechamos de manera correcta, lo único que hacen es estropear el entorno de nuestras ciudades y aún peor, de las ciudades que no son nuestras pero las consideramos así durante solo una semana de nuestro viaje.
Esto se ve muy claro en el caso del transporte. Según las previsiones del ITF (Federación Internacional de los Trabajadores de Transporte) para 2030, a pesar de los incrementos previstos de la eficiencia del combustible y de la emergencia de medios de transporte más limpios y más verdes, el crecimiento de la demanda de transporte de pasajeros y carga conllevará un aumento de las emisiones de CO2. La OMT afirma en este informe que para 2030, se estima que las emisiones totales de CO2 vinculadas al transporte de pasajeros y carga aumentarán en un 21% en comparación con 2016 y llegarán a los 8.772 millones de toneladas de CO2.
Así que ya saben, ustedes mismos pueden dar ejemplo.
No todo depende de las empresas, para conseguir un turismo sostenible gran parte del peso también recae sobre el turista. Para llevar a cabo el turismo sostenible te damos unos tips muy sencillos para conseguirlo:
- Respeta al máximo el entorno natural en el que te encuentras, recicla y no tires residuos al suelo.
- Evita darte baños, mejor ducha.
- Favorece a la economía local y busca productos de proximidad.
- Usa al máximo el transporte público
- Si compras, que sean productos artesanos de la localidad.
- Mira bien donde alojarte, algunos alojamientos cuentan con políticas sostenibles.
- No compres animales ni plantas en peligro de extinción.
- Cuida mucho las horas que pones el aire acondicionado o la calefacción.
- Encárgate de apagar bien las luces y no dejar enchufados los cargadores.
- Lleva una botella recargable y bebe agua de grifo.