España pone en marcha la Asamblea Ciudadana para el Clima

España pone en marcha la Asamblea Ciudadana para el Clima

La Asamblea Ciudadana para el Clima da sus primeros pasos en España para reforzar las vías de diálogo y participación ciudadana y abordar los retos sociales en materia de cambio climático. Se trata, además, de una de las líneas de acción prioritarias de la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España


Descarbonizar la economía y adaptarse al nuevo contexto climático se presenta como uno de los grandes desafíos de la humanidad, pero intentar hacer eso sin dejar a nadie a tras es un reto aún mayor. Por ese motivo, contar con todas las partes involucradas en el proceso de transformación se ha convertido un imperativo para los gobiernos del mundo.

La participación de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre la crisis climática es, sin duda, el ejemplo de esta tendencia. De hecho, desde el 2010 no han parado de darse estos procesos de deliberación ciudadana, con más de 50 solo en el 2019, según un informe elaborado por Conama.

En España, este proceso toma forma con el inicio de la Asamblea Ciudadana para el Clima, que comenzó este viernes como una alternativa “fresca y original de contrastar, aprender y recoger las mejores impresiones climáticas de los españoles”, en palabras de Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

100 españoles elegidos de manera aleatoria y de distintas regiones, edades y aficiones representarán al conjunto de la sociedad civil española. Estos van a tener ocasión de reflexionar con expertos con los que generarán una experiencia de aprendizaje continuado”, comenta Teresa Ribera en un mensaje en Twitter.

El mandato propuesto para la Asamblea Ciudadana girará en torno a la pregunta: “Una España más segura ante el cambio climático, ¿Cómo lo hacemos?”, sin perjuicio de concretar con temáticas más acotadas y específicas relacionadas con las soluciones que se encuentran a nuestro alcance en las áreas de mitigación y adaptación al cambio climático, ante el horizonte de lograr la neutralidad climática en 2050.

Asimismo, Teresa Ribera señala que de esta asamblea deberán salir una serie de propuestas que servirán para el debate a todos los niveles de la Administración, así como a los diferentes actores económicos y sociales, y que se mandarán al Gobierno y al Congreso de los Diputados para asegurar el conocimiento de las propuestas y las preferencias de la ciudadanía en materia de acción climática.

“Estas propuestas nos gustarían que se compartan con el conjunto de la sociedad porque seguro que de ellas aprenderemos, incluido el Gobierno. Este último podrá integrar aquello que entienda que pueda facilitar a cumplir con un objetivo común que no es otro que hacer que las emisiones de gases de efecto invernadero dejen de ser el problema que son hoy”, expone Teresa Ribera.

Dados los objetivos de la Asamblea ciudadana, este espacio de debate se ha configurado para reunirse durante cinco sesiones de manera virtual, “aprovechando los beneficios que este formato conlleva en términos de inclusión, riesgos sanitarios y menor huella ambiental”, según el propio Miteco.

“La consecución de nuestros objetivos en materia de energía y clima es un enorme reto social cuyo logro no será posible sin unas políticas climáticas ambiciosas y sin la participación y el apoyo social a esas políticas. Es fundamental contar con una ciudadanía bien informada que acompañe en ese camino a través de un cambio de hábitos en su día a día”, manifiesta por su parte Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático.

Cabe destacar que la puesta en marcha de esta Asamblea consolida una de las líneas de acción prioritarias de la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España, consagrada en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Del mismo modo, esta Asamblea parte de las lecciones aprendidas de otras asambleas de países del entorno español, como la francesa, la escocesa o la inglesa.

En el caso de Francia, la Convención Ciudadana por el Clima nació como respuesta a las revueltas de los chalecos amarillos. Entre otras cosas, los manifestantes reclamaban un sistema más democrático para afrontar el cambio climático, así que en 2019 se organizó la Convention Citoyenne pour le Climat para responder a la pregunta de cómo lograr la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero un 40% en 2030, con respecto a los niveles de 1990, con un espíritu de justicia social.



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