Después de Filomena, la ola de frío y las altas temperaturas de récord registradas en el mes de enero, España observa un nuevo fenómeno meteorológico singular y es una intensa lluvia de polvo sahariano que ha cubierto de rojo el área mediterránea y los Pirineos y ha llegado a los Alpes



El clima de 2021 no deja de sorprendernos con su sucesión de fenómenos meteorológicos singulares.
Si el año comenzó con un temporal de viento y nieve histórico que cubrió y bloqueó casi el 75% de la superficie peninsular, nos dejó una ola de frío con hasta 25 grados centígrados bajo cero y récord también por lo alto en la costa levantina con 29 grados centígrados en pleno mes de enero, ahora, apenas una semana después este primer fin de semana de febrero nos ha dejado una nevada de polvo sahariano inusualmente extensa y densa que no ha venido acompañada de lluvia.
Aunque en las imágenes parece que esté nevando, lo que vemos es la caída y deposición del polvo en suspensión (no hemos tenido precipitaciones). Hoy hemos despertado con todo lleno de tierra.
? Lobo Guibert, desde Sant Joan.@AEMET_CValencia @MeteoredES pic.twitter.com/ODHqLj995k
— Climatología UA (@climatologia_ua) February 6, 2021
Según explicaba a El Ágora el director del Laboratorio de climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, el fenómeno de este fin de semana es inusual por su intensidad, «hay que remontarse a junio de 2018 para encontrar concentraciones de polvo en suspensión similares, pero esta ocasión lo ha superado con creces no sólo por intensidad sino por extensión. La cantidad de sustrato sólido que llevaba la nube de polvo y los vientos han favorecido la extensión desde el Sur de Argelia, ha atravesado todo el norte de África y ha llegado hasta los Alpes».
El Sahara al Pirineu! ???Feia anys que no teníem una precipitació de fang tant espectacular al Pirineu! Fins i tot allà on no ha precipitat, hi ha una fina capa de pols que ha tenyit de marró tot el Pirineu!
Imatges de neu de xocolata de Boi Taüll de @rogergrasguia ?? pic.twitter.com/eo6Cv5mdyo— MeteoPirineus (@MeteoPiri) February 6, 2021
El origen de estas lluvias es la combinación de condiciones de inestabilidad por el paso de un frente y el arrastre de materia en suspensión sahariana en las capas bajas de la atmósfera que se produce cuando los flujos de viento tienen una componente sur o suroeste sobre nuestro país y afectan muy especialmente al litoral mediterráneo.
Para ello es necesario que las lluvias sean muy débiles, casi inapreciables como ha sido el caso de la noche del sábado, lo que facilita que se evapore el agua y quede el residuo sólido del polvo del desierto del Sahara depositado sobre coches, balcones o ropa tendida.
La «africanización» del Mediterráneo
Para el catedrático las lluvias de barro o de sangre, como también se les llama, muestran una tendencia creciente desde 1990 en España y representa «una evidencia de cambio climático porque supone una presencia cada vez más frecuente de flujos del norte de África en el sur de Europa y la cuenca del Mediterráneo».
Podríamos hablar de una africanización del clima Mediterránea o para ser más precisos una subtropicalización. Según un estudio desarrollado por el equipo de Olcina «estos fenómenos son un síntoma de cambio climático, cada vez hay mas precipitaciones de polvo sahariana y eso es un síntoma de dilatación de la célula de Hadley que cada vez lleva más a la cuenca mediterránea una subtropicalización del clima caracterizada por olas de calor mas frecuentes e intensas y lluvias de barro».


Estamos ante un año con muchas anomalías climáticas, pero este fenómeno según Ernest Werner, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología parece que ha pasado y las lluvias de las últimas horas y las que se esperan con la nueva borrasca que afectará al país a lo largo de la semana terminarán por limpiar la atmósfera de polvo sahariano.