El aire de Nueva Delhi es ahora gris debido a la concentración de contaminantes tóxicos que, según las autoridades, es como fumar 20 cigarrillos al día. Según Copernicus, 25 millones de personas de la ciudad y 400 millones en la India convivirán con la situación hasta la primavera



Una nube espesa de contaminación ha sustituido el aire de Nueva Delhi, obligando a más de 25 millones de personas a respirar la misma cantidad de polución que si fumasen 20 cigarrillos al día. Tal es el impacto de este evento que el gobierno de la ciudad ordenó este sábado el cierre de las escuelas, el teletrabajo de los empleados públicos y la paralización de construcciones.
No es para menos. El índice de calidad del aire promedio (AQI) se ha situado durante la última semana por encima de los 400 puntos, siendo el máximo de esa escala los 500 puntos. Según los valores de referencia, todo aquello por encima de 100 puntos se considera peligrosos para niños, ancianos y personas con problemas respiratorios o cardíacos, mientras que por encima de 300, los efectos se consideran peligrosos para la población general.
La toxicidad del aire de Delhi es un problema atribuido a varios factores, entre ellos las emisiones contaminantes de fábricas dependientes del carbón, la quema de rastrojos, el uso de petardos durante la temporada de festivales, y las emisiones de vehículos, un coctel que se agrava con la bajada de la temperatura en esta época del año.


«El deterioro de la calidad del aire es habitual en el norte de la India en invierno, especialmente en la llanura indogangética, debido, en parte, a las emisiones derivadas de actividades antropogénicas, como el tráfico, las actividades culinarias, la calefacción y la quema de rastrojos, que logran acumularse en la región a causa de su topografía y a unas condiciones meteorológicas frías persistentes», explica Mark Parrington, científico sénior en el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
En este sentido, el CAMS ha advertido que es posible que la bruma perdure hasta la primavera, cuando el aumento de las temperaturas y los cambios en el clima contribuirán a disipar la contaminación. Hasta entonces, otras ciudades como Lahore (Pakistán), Daca (Bangladés) y Katmandú (Nepal) sufrirán las consecuencias del evento.
Varios estudios han demostrado que la exposición crónica a gases y pequeñas partículas perjudiciales, como el material particulado menor a 2,5 micrómetros (PM 2.5), pueden tener efectos dañinos para la salud, al reducir la esperanza de vida en más de ocho meses de media y en dos años en las regiones y ciudades más contaminadas.
En vista de los peligros que atañe la contaminación atmosférica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó recientemente los indicadores de calidad del aire para los principales contaminantes atmosféricos después de 15 años sin cambios relevantes. Ahora las normas más estrictas, para el caso de las PM 2.5, establecen un límite de 10 microgramos por metro cúbico y 15 microgramos por metro cúbico para las PM 10.


Si establecemos una comparación con estos valores, en Nueva Delhi se multiplicó el fin de semana por 60 los nuevos valores de la OMS. Para la empresa suiza de tecnología de la calidad del aire IQAir se trata de una prueba más de por qué el año pasado situó a la capital india entre las 30 ciudades más contaminadas del mundo.
