Oceana, una fundación volcada con el mar - EL ÁGORA DIARIO

Oceana, una fundación volcada con el mar

Oceana, una fundación volcada con el mar

Oceana es una organización dedicada exclusivamente a la protección de los mares que, mediante diversas campañas, abordan todo tipo de actividades: desde la promoción de su limpieza hasta la creación de áreas marinas protegidas pasando por la recuperación de pesquerías


Pura C. Roy
Madrid | 21 enero, 2022


Creada en 2001 por un grupo de fundaciones, Oceana ha hecho de la protección del medio marino como fuente de vida su objetivo prioritario. Una decisión que les sitúa definitivamente en consonancia con la Agenda 2030: el ODS numero 14 resalta esta prioridad al ser los océanos un elemento fundamental para el oxígeno que respiramos, el alimento que necesitamos, además de permitir, en definitiva, que la Tierra sea un lugar habitable. Y Oceana quiere que siga siendo así por mucho tiempo.

Las expediciones de Oceana han aportado material muy valioso para sus campañas. Desde el año 2005 el catamarán Oceana Ranger ha surcado las aguas del Pacífico, Caribe, Atlántico, Mediterráneo y Cantábrico. En 2008, el buque oceanográfico Marviva Med se unió al Oceana Ranger en aguas europeas y un equipo de Chile viajó a la Patagonia y las islas Juan Fernández. Las miles de fotografías tomadas y los cientos de horas de grabación de vídeo aportan documentación sobre ecosistemas marinos, especies raras y de actividades de pesca ilegal.

Oceana comenzó a trabajar en España en el 2003 y Madrid es la oficina central de esta fundación en Europa, pero disponen de ellas en Bruselas, Londres y Dinamarca. “Las oficinas trabajan sobre zonas oceánicas: Londres cubre el Báltico y el Mar del Norte, la española el Mediterráneo y el Atlántico sur y Bélgica para el contacto con las administraciones, las organizaciones y la Comisión Europea. En Europa trabajamos como unas 40 personas. Internacionalmente seremos más de 200 personas ya que hay oficinas en Estados Unidos, Suramérica y Asia. Generalmente no trabajamos con voluntarios, ya que los trabajos que se llevan a cabo son muy profesionales, así que se suele usar personal contratado”, nos explica Ricardo Aguilar, asesor y director de expediciones de Oceana en Madrid.

“Los proyectos generalmente son internacionales, pero cada zona los adapta a los impactos que se quieren mitigar ya que estos son diferentes en cada parte del planeta. También hay campañas más locales, porque el problema se da solo en esa región”, apunta. Y es que el objetivo principal de Oceana es la conservación de los océanos para recuperarlos, que sean productivos y acabar con todo aquello que los está deteriorando. Aguilar destaca los cuatro grandes ejes principales de actuación y de preocupación de la fundación, como “el fomento de la sostenibilidad de los recursos marinos, apoyando la pesca, pero que esta se haga con criterios científicos de tal manera que no se genere sobreexplotación”.

Ricardo Aguilar, asesor y director de expediciones de Oceana en Madrid. | Oceana/Juan Cuetos

“Tenemos una campaña muy fuerte en contra de la pesca ilegal, de todos esos barcos piratas que existen sin licencias, que cambian constantemente de banderas y de nombres para poder escapar de la justicia. Luego tenemos una campaña para fomentar las áreas marinas protegidas en el mundo y no solo su conservación si no que tengan también planes de gestión. Y por último uno sobre contaminación, que, aunque los últimos años estamos más centrados en la problemática de los plásticos, también nos preocupan otros como los vertidos de hidrocarburos o metales pesados”, asegura.

Para conseguir un mejor estado de los océanos una de las cosas fundamentales es la creación de áreas marinas protegidas para evitar el deterioro de estos ecosistemas y sobre todo de sus fondos para proteger la productividad que genera el mar. “Si destruimos los hábitats que están protegiendo a las especies y sus zonas de reproducción los recursos disminuyen. También es necesario establecer procesos de regeneración de todo lo que hemos perdido”, explica Aguilar.

Áreas marinas

“Cuando empezamos a trabajar en España para fomentar zonas protegidas solo había un 0,05%, ahora estamos sobre un 12%, pero todavía estamos lejos de ese 30% más deseable. Por eso estamos colaborando con el  gobierno, la Fundación Biodiversidad y otras instituciones para declarar más área marinas protegidas. Hay un compromiso por parte de la Comisión Europea y del Gobierno español que es llegar a proteger al menos el 30% de nuestra superficie marina”, recuerda Aguilar.

En los últimos años, distintas zonas ya han sido declaradas de interés integrándose en la Red Natura. Un ejemplo ha sido el parque nacional de Cabrera  en el que no solo se protegen las zonas costeras sino que se ha expandido nueve kilómetros en el mar. Con este fin, se propone crear una zona de protección integral que de cobertura a ecosistemas profundos que hasta la ampliación no estaban incluidos en la red de Parques Nacionales.

Esta zona, que incluiría el arrecife de coralígeno del Fort d’en Moreu y gran parte del escarpe de Emile Baudot, funcionaría como el corazón del parque y permitiría que áreas previamente devastadas por la pesca de arrastre se recuperen y se transformen en zonas de refugio para valiosas especies como corales de aguas frías o las ostras gigantes. Tras siete años de campaña de Oceana, el Gobierno español prohíbe el arrastre sobre un arrecife de coralígeno al este de Cabrera y en dos montañas submarinas del Canal de Mallorca, Ausiàs March y Émile Baudot. Las 40.000 hectáreas que abarca esta decisión incluyen tipos de hábitats protegidos por legislación nacional e internacional, como lechos de maërl, jardines de gorgonias y bosques de quelpos.

Oceana
Expedición del Ranger de Oceana. | Enrique Talledo

Se ha podido declarar otra zona de interés también a una pequeña montaña marina que hay en el Seco de los Olivos en el mar de Alborán. Oceana invirtió cinco años estudiando esta montaña submarina frente a la costa almeriense. Su rango de profundidades varía entre los 76 y los 700 metros, por lo que solo puso documentarse con un ROV (robot submarino). En él se descubrieron especies vulnerables y en peligro, entre las que se encuentran diversas especies de tiburones y corales. El Seco de los Olivos es también un área de cría para diversos peces de interés comercial, como la merluza, y un ejemplo de la importancia de las montañas submarinas como puntos calientes de biodiversidad.

“Otras zonas a proteger», para Aguilar, «es el sistema de cañones de Cap Bretón, una zona situada frente a la costa del País Vasco en el mar Cantábrico. Así como hay sitios en Canarias que serían muy interesantes como el Mar de las Calmas de la isla del Hierro, que se quiere proponer también como parque nacional, como estos ejemplos hay numerosos sitios alrededor de España para conseguir este 30%”.

Las expediciones de Oceana les permiten también realizar nuevos descubrimientos. Como una nueva especie que fue hallada durante la expedición 2012 del Oceana Ranger en el Seco de Palos, en la costa de Murcia.  Este fue un organismo unicelular que alcanza 4 cm de largo y parece una esponja carnívora. El protozoo fue identificado gracias a la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Profundidades

Lo que conocemos es la superficie y las zonas costeras pero esto no es ni el 5% de los océanos. 3.800 metros tienen de profundidad la mayoría de ellos, 1.500 metros en el Mediterráneo. Si tenemos en cuenta que utilizamos entre 30 o 40 metros para tomar ciertas medidas, estamos dejando inmensidades sin proteger. Además se ha invertido poco dinero para conocerlos.

“Nosotros en los últimos años también nos hemos dedicado a investigar estos lugares más profundos y desconocidos: son lugares fértiles que los habitan especies más longevas, que necesitan más años para reproducirse, así que los impactos pueden ser más graves que los que se dan en las zonas costeras”, comenta Aguilar.

profundidades oceánicas
Las profundidades del océano Atlántico sufren fluctuaciones de temperatura nunca vistas.

En 2020, para conmemorar el Día Internacional de las Montañas, Oceana quiso llamar la atención sobre la desprotección de las montañas submarinas como puntos calientes de biodiversidad. Estas formaciones pueden elevarse varios kilómetros sobre el lecho marino y desempeñar un papel ecológico crucial en el funcionamiento de los ecosistemas de aguas profundas.

Al igual que las montañas terrestres, los montes submarinos crean zonas muy productivas que sustentan una rica vida marina en el fondo, albergando jardines de coral y esponjas, y atrayendo peces, aves marinas o cetáceos y grandes depredadores, como los tiburones. Sin embargo, estos “gigantes del océano” están amenazados por diferentes tipos de impacto como la pesca, la contaminación, la minería de los fondos marinos, la explotación de petróleo y gas, así como el cambio climático.

Pesca y residuos

La sobrepesca es uno de los quebraderos de cabeza para la Comunidad Europea. Existen numerosos datos e informes para no llegar al colapso de las pesquerías. Aguilar a este respecto se muestra preocupado: “Nosotros pedimos que se cumplan los criterios científicos para recuperar los stocks. Pero siempre hay presiones por parte de los gobiernos para que se incrementen las cuotas, porque nadie quiere volver a casa diciendo que hemos conseguido menos cuotas a pesar de que esto pueda ser bueno para que en años futuros sean mayores porque se podría recuperar los stocks. Al final se acaba cediendo, no se respetan los acuerdos científicos. En los últimos años se han recuperado un poco pero sin que se recuperen del todo se está volviendo permitir capturas más altas de las que son aconsejables”.

Nos dice Aguilar que pasa lo mismos con la actual Ley de Residuos: es un buen paso, pero no hay ambición. La Comisión Europea establece unos mínimos y luego se espera que cada país sea un poco valiente y vaya más allá. “En el caso de los plásticos de un solo uso la directiva que se aprobó era un buen paso, pero era insuficiente para acabar con la basura en los océanos y los gobiernos se están quedando muy lejos, ya que la reducción no contrarresta el gran consumo de plástico que hay en todo el mundo«, explica.

pesca fantasma
Cerca de un millón de toneladas de equipos de pesca acaban abandonados en los océanos al año.

«No nos podemos pasar décadas discutiendo los problemas, porque cuando se aprueban las legislaciones ya la problemática está mucho más allá. De 4 millones de toneladas hemos pasado a 8 millones y se habla que llegaremos a los 12 millones, así que reducir un 50% resulta que es insuficiente. Cuando se ponen en marcha las legislaciones ya se han quedado obsoletas. Así que hay que pensar en el futuro para conseguir unas reducciones que sean eficaces”, opina Aguilar.

Los puertos son otra de las preocupaciones de esta fundación por eso Aguilar piensa que “no se pueden construir de una manera caótica, ahora se me ocurre ponerlo aquí, mañana allí. Debe haber una planificación estratégica también con las plataformas petrolíferas. Es absurdo contemplar la construcción de un macro puerto como en el caso de Tenerife en una de las zonas de mayor biodiversidad de toda Europa y donde todas las zonas de alrededor están protegidas, allí hay poblaciones de cetáceos, de las más importantes del mundo que además son sedentarias ya de ese lugar y que tienen también un gran impacto por el tráfico marino existente y si se incrementa vamos a acabar con estas poblaciones”.



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