75 años de la ONU: de la lucha por la paz al cambio climático

75 años de la ONU: de la lucha por la paz al cambio climático

El 26 de junio de 1945 se firmaba la Carta de Naciones Unidas, una fecha clave que nos recuerda los cambios de la ONU en 75 años, en los que ha pasado de dedicarse exclusivamente al mantenimiento de la paz a ser una de las principales impulsoras de la lucha climática en el planeta


San Franscisco, 26 de junio de 1945. La política mundial sigue en estado de shock a pocos meses de que finalice la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, aunque la campaña europea ya ha terminado. Un total de 51 países se reúnen en la ciudad californiana para firmar un documento que será clave para entender las relaciones internacionales de la segunda mitad del siglo XX: la Carta de Naciones Unidas. Acaba de nacer la ONU, el mayor experimento de organización internacional de la historia. Sus objetivos: mantener la paz y seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad entre las naciones, lograr la cooperación internacional para solucionar problemas globales y servir de centro que armonice las acciones de las naciones.

Exactamente 75 años después, las metas de la ONU siguen siendo las mismas, pero su acción se ha transformado profundamente. Su aniversario coincide con enormes problemas globales dentro de un cambiante orden internacional y su mayor reto sigue siendo el de aumentar la cooperación internacional. Pero el paso del tiempo ha supuesto también un importante cambio de paradigma. Ahora, el cambio climático aparece como el problema global más urgente y difícil de resolver.

Fue precisamente al hilo de otro aniversario que Naciones Unidas adoptó uno de sus compromisos más importantes. Para conmemorar sus 70 años, se dio el pistoletazo de salida a una herramienta que se está demostrando extremadamente útil para medir el compromiso de los diferentes países con el progreso sostenible: la Agenda 2030, que contenía los imprescindibles Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Según explica el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas Pedro Rodríguez en una reciente tribuna en The Conversation, los ODS son una prueba de la importancia de la ONU como soft power o capacidad de influencia política a nivel mundial. Y es que la práctica existen varias Naciones Unidas: está la ONU diplomática que puede servir de mediador neutral en la resolución de conflictos, está la ONU de las operaciones de paz y, sobre todo, la organización internacional se muestra cada vez más relevante para avanzar una agenda global, que tenga en cuenta desafíos que superan a la suma de los países individuales. Como el cambio climático.

Asamblea de Naciones Unidas en la sede central de Nueva York (EEUU).

De hecho, también es gracias a la ONU que existe la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Este tratado ha permitido celebrar cada una de las 25 Cumbres del Clima que ha habido hasta ahora, la única mesa de negociación a nivel mundial para frenar el calentamiento global. Aunque hasta ahora sus éxitos hayan sido relativos, sin el impulso de la ONU habría sido imposible la consecución de hitos como el Acuerdo de París, vitales para intentar evitar que las emisiones de carbono acaben volviendo el planeta inhabitable.

Aún así, el curso de los acontecimientos parece empeñado en obstaculizar la acción de la ONU. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido que la COVID-19 representa la mayor amenaza para la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial. Por eso, la organización internacional está volcada en ayudar a los países en desarrollo que no tienen la capacidad suficiente para responder a una pandemia que ahora mismo se expande sin control por América y África.

Un aniversario complicado

El coronavirus ha arruinado sin duda la celebración de este 75 aniversario de la ONU. A comienzos de año, Guterres lanzó la iniciativa UN75, que se suponía iba a ser la conversación más amplia e inclusiva sobre el papel de la cooperación global en la construcción de un futuro mejor para todos. Con encuestas extensivas país por país, la ONU quería hacer un retrato fidedigno del estado de opinión mundial frente a los grandes problemas de la humanidad, con diferentes puntos de vista e ideas que iban a ser presentados, por el Secretario General, a los líderes mundiales y altos funcionarios de la ONU el 21 de septiembre de 2020, en un evento de alto nivel para conmemorar el 75 aniversario.

La pandemia lo ha paralizado todo. Por ahora, la iniciativa UN75 está funcionando de manera virtual, con una encuesta global que se puede realizar aquí. Pero, para la propia organización internacional, la COVID-19 «es un claro recordatorio de la necesidad de cooperación a través de las fronteras, sectores y generaciones». Es decir, el coronavirus es una especie de test que determinará si es posible alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 y comprobará si somos capaces de hacer frente a los desafíos apremiantes, como la crisis climática.

Pero justo cuando la acción colectiva es más necesaria que nunca, la ONU asegura que el apoyo a la cooperación global se ha debilitado. En muchos países, la confianza pública en las instituciones tradicionales está en declive y las relaciones entre grandes potencias como China y Estados Unidos están bajo una enorme tensión. Pero el gran dilema de la Organización de Naciones Unidas en su 75 aniversario, como indica el profesor Rodríguez, es que se enfrenta «a una escalada de demandas cada vez mayores y se encuentra lastrada por una estructura que ya no refleja las realidades de poder del sistema internacional».

ONU
El Secretario General presenta virtualmente el plan de respuesta al impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19. | ONU/Mark Garten

Por supuesto, cada año hay múltiples llamamientos para reformar una Carta de San Francisco en la que cualquier cambio importante requiere de la ratificación de dos tercios de sus 193 miembros, incluidos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Además, está el problema de la financiación: según un análisis elaborado en el 70 aniversario de la ONU por el medio británico The Guardian, el gasto anual de Naciones Unidas es cuarenta veces superior al que la organización tenía a principios de la década de los 50. Aún así, algunas agencias insisten en que se encuentran al borde de la bancarrota.

En cualquier caso, como dijo Barack Obama, la Organización de Naciones Unidas, a pesar de necesitar todo tipo de mejoras para ser más efectiva en su labor, no deja de ser al mismo tiempo “defectuosa e indispensable”. Los ODS, la ayuda a los refugiados o los esfuerzos de cada una de las 25 Cumbres del Clima que se han celebrado hasta el momento, son un muy buen ejemplo de esa labor imprescindible que realiza el mayor intento de cooperación internacional jamás creado por el hombre.



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