Educar en los ODS: sociedad y empresas como agentes del cambio - EL ÁGORA DIARIO

Educar en los ODS: sociedad y empresas como agentes del cambio

La Educación para el Desarrollo Sostenible, promovida por la Unesco, debe llegar a todas las edades y a todos los sectores productivos para conseguir un cambio real. El sector del agua es uno de los más concienciados en colocar los ODS en el centro de su gestión y su formación


El 25 de septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En el centro de este nuevo marco mundial para redirigir a la humanidad se encuentran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos objetivos transformadores e inclusivos describen los principales desafíos de desarrollo para el planeta con la finalidad de garantizar una vida sostenible, pacífica, próspera y justa para todos, ahora y en el futuro.

Para alcanzar los objetivos, todos tienen que cumplir con su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y todo ser humano en el planeta. Se espera que los gobiernos asuman su responsabilidad y establezcan marcos, políticas y medidas a nivel nacional para la implementación de la Agenda 2030. Pero los esfuerzos del sector público no bastarán para conseguir estos objetivos; es imprescindible el apoyo de las empresas, el tercer sector y la ciudadanía

Embarcarse en el camino del desarrollo sostenible requerirá una transformación profunda en nuestra forma de pensar y actuar: los individuos deben convertirse en agentes de cambio. Necesitan conocimientos, habilidades, valores y actitudes que los empoderen para contribuir con el desarrollo sostenible. La educación es crucial para alcanzar este tipo de desarrollo.

El enfoque de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), defendido por la Unesco, empodera a los alumnos para tomar decisiones conscientes y actuar responsablemente en aras de la integridad ambiental, la viabilidad económica y una sociedad justa para generaciones presentes y futuras. Además, se concibe como parte integral de una educación de calidad, inherente al concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida: todas las instituciones educativas, desde guarderías hasta la educación superior, y tanto en la educación formal como en la educación informal, pueden y deberían considerar su responsabilidad de abordar intensivamente temas de desarrollo sostenible, y de promover el desarrollo de las competencias de sostenibilidad.

El agua, a la cabeza

Los distintos sectores productivos han tomado la iniciativa para formar a sus empleados en este ámbito y entre ellos destaca el sector del agua, consciente de que es garante de una de las principales claves para lograr un desarrollo sostenible. El acceso al agua y el saneamiento, protagonista del ODS6, es uno de los objetivos más transversales y más relacionados con el resto de ODS.  Sin agua no podemos acabar con la pobreza, el hambre, las desigualdades, ni garantizar la salud, la educación o el progreso económico de toda la población del planeta.

Solo una veintena de los ODS se podrán cumplir en la UNECE con los esfuerzos actuales

Las empresas del ciclo urbano del agua han interiorizado los ODS y ya suponen el centro de su estrategia a todos los niveles. Una clara evolución en la que la formación de responsables y directivos ha tenido mucho que ver. «La cuestión más importante es pasar del ‘qué’ al ‘cómo'», señala Liliana Arroyo Moliner, directora del curso ‘La gestión del agua como impulso para los ODS’, impartido por la Escuela del Agua, en el que se destacan los casos de éxito más importantes, ejemplos en el sector y buenas prácticas, reconocidos internacionalmente.

La responsable señala que el sector del agua, ante los ODS, tiene ocho grandes retos por delante. En primer lugar, definir cómo garantizar el acceso al servicio de una manera sostenible y universal, sin olvidar a los vulnerables. También cómo trabajar y plantear la resiliencia de las ciudades «en un escenario de mucha presión demográfica, de escasez hídrica y fenómenos meteorológicos extremos». Y en este contexto cómo mantener y gestionar el patrimonio hidráulico.

Otros de los retos es cómo debe ser la gobernanza que nos acerque a un futuro mejor, cómo avanzar en economía circular, en la que el agua es un ejemplo, y cómo avanzar en digitalización, «dos elementos que están sacudiendo nuestro tejido productivo», señala Arroyo.

Los dos últimos retos para el sector son cómo abordar la perspectiva de género, y cómo avanzar y mejorar las oportunidades de empleo.

Esta formación especializada en ODS y gestión de agua comenzará su segunda edición el próximo 3 de mayo con el objetivo mejorar las capacidades de los trabajadores del sector y otros interesados en alinear su estrategia de sostenibilidad con la Agenda 2030.

Todo ello con el objetivo de que el sector de agua siga siendo un referente de ese «educar en los ODS», imprescindible para garantizar un futuro, también sostenible.

Competencias clave para alcanzar la sostenibilidad

Según el estudio de la Unesco ‘Educación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible’, es necesaria la formación de todos los ámbitos sociales y todos los sectores productivos para alcanzar ocho tipos de competencias imprescindibles para lograr hacer realidad los ODS:

  • Competencia de pensamiento sistémico: las habilidades para reconocer y comprender las relaciones; para analizar los sistemas complejos; para pensar cómo están integrados los sistemas dentro de los distintos dominios y escalas; y para lidiar con la incertidumbre.
  • Competencia de anticipación: las habilidades para comprender y evaluar múltiples escenarios futuros – el posible, el probable y el deseable; para crear visiones propias de futuro; para aplicar el principio de precaución; para evaluar las consecuencias de las acciones; y para lidiar con los riesgos y los cambios
  • Competencia normativa: las habilidades para comprender y reflexionar sobre las normas y valores que subyacen en nuestras acciones; y para negociar los valores, principios, objetivos y metas de sostenibilidad en un contexto de conflictos de intereses y concesiones mutuas, conocimiento incierto y contradicciones.
  • Competencia estratégica: las habilidades para desarrollar e implementar de forma colectiva acciones innovadoras que fomenten la sostenibilidad a nivel local y más allá.
  • Competencia de colaboración: las habilidades para aprender de otros; para comprender y respetar las necesidades, perspectivas y acciones de otros (empatía); para comprender, identificarse y ser sensibles con otros (liderazgo empático); para abordar conflictos en grupo; y para facilitar la resolución de problemas colaborativa y participativa.
  • Competencia de pensamiento crítico: la habilidad para cuestionar normas, prácticas y opiniones; para reflexionar sobre los valores, percepciones y acciones propias; y para adoptar una postura en el discurso de la sostenibilidad
  • Competencia de autoconciencia: la habilidad para reflexionar sobre el rol que cada uno tiene en la comunidad local y en la sociedad (mundial); de evaluar de forma constante e impulsar las acciones que uno mismo realiza; y de lidiar con los sentimientos y deseos personales.
  • Competencia integrada de resolución de problemas: la habilidad general para aplicar distintos marcos de resolución de problemas a problemas de sostenibilidad complejos e idear opciones de solución equitativa que fomenten el desarrollo sostenible, integrando las competencias antes mencionadas.

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