ODS y mandato humanitario: la hoja de ruta de la Cruz Roja

ODS y mandato humanitario: la hoja de ruta de la Cruz Roja

ODS y mandato humanitario: la hoja de ruta de la Cruz Roja

La Cruz Roja es una fundación que se ha vuelto tan universal que su símbolo es sinónimo inconfundible de diplomacia humanitaria y abogacía social, pero esta entidad también ha hecho suyos los ODS y busca un desarrollo humano sostenible y justo


Pura C. Roy | Especial para El Ágora
Madrid | 5 noviembre, 2021


El trabajo que hace la Cruz Roja es tan enorme y tan largo a nivel histórico, que es difícil elegir por donde comenzar a describir su labor. Y es que está organización fundada en 1863 no solo es sinónimo de misión humanitaria en tiempos de guerra, sino que ha sabido actualizarse y está plenamente comprometida por la consecución de los diferentes ODS y no solo con el reto de cumplir uno, si no que está involucrada como organización internacional en varios de ellos.

Es fácil ver a su personal, con su cruz identificativa, en desastres y emergencias de todo tipo: guerras, inmigración, inundaciones o explosiones de volcanes, facilitando ayuda a los damnificados. Cruz Roja trabaja en numerosos países, en más de 191, incluyendo por supuesto en toda España donde cuenta con 700 asambleas locales y está diirigida Javier Senent. Solo en nuestro país son más de 12.000 sus empleados sin incluir a los voluntarios. Por su labor humanitaria es reconocida en todo el mundo, pero Marga Barceló, referente nacional de Educación para la Ciudadanía Gobal de Cruz Roja Española, también resalta el interés que tiene la institución en estos momentos por todo lo relacionado con el medio ambiente que califica “como la casa de las personas y que todos debemos cuidar”.

“Con respecto al agua», comenta Barceló, «Cruz Roja España ayuda y coordina todo tipo de actividades a nivel internacional relacionadas con la gestión del agua y de su saneamiento«, sobre todo en los distintos desastres que pueden ocurrir. «Lo primero que necesita la población es el agua potable. El agua y su saneamiento es fundamental para volver a cierta normalidad, pero cuando no es posible potabilizarla mandamos bidones», asegura esta dirigente de Cruz Roja.

«Los desastres y su evolución se puede ver a través de la utilización del agua: primero para beber, luego para cocinar, luego para asearse y para el riego. Todas estas fases nos indican la evolución del problema. Ayudamos también a la instalación y mejora de pozos. Por todo ello, desde el área medioambiental, tratamos también que la gente sea responsable con el uso del agua”, explica.

La neutralidad en el centro

Pero más allá de su labor ambiental humanitaria, Cruz Roja Española trabaja para alcanzar la neutralidad climática en 2030. Para 2050, 200 millones de personas al año podrían necesitar ayuda como resultado de una combinación de desastres relacionados con el clima y el impacto socioeconómico del cambio climático. Por ello, se suman a compromisos concretos para cumplir los objetivos establecidos en el acuerdo de París para 2050, y los que se deriven de la COP26 de Glasgow, con la meta final de hacer frente a los impactos humanitarios del cambio climático adaptando las comunidades, los sistemas de anticipación y la acción local.

“Estamos en plena reconversión mediante el Plan Compensa, ya que como empresa pueda compensar toda la producción de Co2 que genera. Porque no podemos dar consejos ni lecciones o pedir lo que nosotros no hacemos”, afirma Barceló.

Bandera de la Cruz Roja.

Mediante su estrategia de mitigación, llamada +CO(mpensa)2, la fundación mide y registra la huella de carbono que generar para tomar medidas que minimicen su impacto medioambiental. Con ello, se están tomando medidas para reducir las emisiones, como haciendo sostenibles sus edificios o renovando la flota de vehículos, para contrarrestar las emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero. En este sentido, la reforestación de espacios y entornos naturales y el aprovechamiento de la capacidad de las plantas para absorber el CO2 de la atmósfera son claves de Cruz Roja para reducir la concentración de esos gases en el aire.

También hay un importante aspecto de concienciación. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) ha lanzado recientemente una innovadora campaña  de redes sociales que muestra el impacto del cambio climático en la vida de las personas en todo el mundo. La campaña, #ClimateChangedMe, #ElClimaMeCambió en España, da una vuelta de tuerca al típico libro de “autoayuda” y presenta el cambio climático como la “experiencia definitiva que cambia la vida”. Experiencias de resiliencia para ayudar a las comunidades a prevenir y adaptarse a los riesgos climáticos.

Una larga historia

La historia de Cruz Roja se remonta a 1828 con Henry Dunant, su creador. De familia influyente, fue un hombre dedicado a los negocios. En 1865 el movimiento se reúne en la XX Conferencia Internacional en Viena, y adopta una declaración donde se establecen sus siete principios fundamentales: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad.

“Tratamos de reducir la exclusión y favorecer entornos que rompan la espiral de pobreza”.

En 1863 la organización se funda en España, pero no sería hasta el siglo XX cuando se produce la gran modernización y adaptación de la institución a la sociedad española. Por un lado, a través de la consolidación de la intervención social con los colectivos vulnerables y, por otro, el espectacular incremento de los programas internacionales que ha supuesto un importante aumento de los recursos humanos y materiales dedicados a este ámbito.

Marga Barceló, referente nacional de Educación para la Ciudadanía Gobal de Cruz Roja Española

Barceló también resalta que actualmente todos los proyectos se diseñan buscando su transversalidad. “Trabajamos por la igualdad de género, por eliminar la pobreza energética. En Cruz Roja llevamos años luchando para que ninguna familia de nuestro país se tenga que enfrentar al dilema de elegir entre comer un plato de comida caliente o poner la calefacción», asegura.

«Por ello, en 2018 lanzamos el llamamiento Comprometidos con las personas y el medio ambiente para trabajar en los próximos años con alrededor de 40.000 familias en situación de pobreza energética dotándolas de recursos para mejorar la eficiencia energética de su hogar. Tratamos de reducir la exclusión y favorecer entornos que rompan esta espiral de pobreza que se transmite a las siguientes generaciones”, puntualiza.

Y es que Cruz Roja, como institución humanitaria, trabaja a favor de las personas más vulnerables en los ámbitos nacional e internacional desde una perspectiva de desarrollo humano sostenible, reforzando las capacidades individuales y comunitarias de las personas de forma integral, contribuyendo al cumplimiento de sus derechos y al respeto de su dignidad. A través de la puesta en marcha de proyectos e iniciativas contribuye a conseguir el bienestar de la humanidad y del planeta para la presente y futuras generaciones.

Un camino paralelo a los ODS

“En 2015, paralelamente a la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible y con el fin de apoyar la labor de la comunidad internacional para conseguir la paz, la justicia y la equidad, la institución reflexiona sobre su contribución a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y enmarca el Plan de Acción 2019-2022 dentro de los ODS. Así, todas las acciones de Cruz Roja van intrínsecamente vinculadas al cumplimiento de la Agenda 2030 mediante la sensibilización social y la educación para la ciudadanía global, la investigación, la formación, la movilización social a través del voluntariado, la captación de fondos y la diplomacia humanitaria. Además de la movilización social a través del voluntariado, promoviendo la implicación de una ciudadanía global, corresponsable y comprometida que participe activamente en los procesos de construcción de la humanidad”, explica Barceló.

Es por ello que Cruz Roja para generar un entorno saludable realiza campañas para poner en conocimiento de la sociedad la existencia y, sobre todo, la implicación, el conocimiento, los valores y el cambio de actitudes de las personas para el cumplimiento con los ODS.

Cruz Roja
Un trabajador de la Cruz Roja abre una ambulancia en Turín al inicio de la pandemia de covid, en 2019.

Barceló señala que “sumamos en nuestras campañas a todas las organizaciones, tanto administraciones como a empresas que sean posibles». «La ciudadanía española es una de las más solidarias. Lo ha demostrado en nuestro Plan Responde para dar soluciones al problema de la covid. Los españoles suelen ser solidarios con temas concretos como inmigración, pero se echa de menos una concepción global de los problemas”, afirma.

También afirma que “el Gobierno se ha comprometido con la agenda 2030 pero todavía no ha hecho políticas reales para que se cumpla y hojas de rutas claras que puedan seguir los ayuntamientos o otras entidades locales. Por ello desplegamos una diplomacia humanitaria que permite a la Cruz Roja influir en las personas responsables de la toma de decisiones y en los líderes de opinión para que actúen en beneficio de las personas en situación de vulnerabilidad. Es una abogacía social que trata de influenciar de forma participativa e inclusiva, evitando la confrontación abierta y el conflicto”.

cruz roja
Trabajadores de la Cruz Roja reparten alimentos en Tblisi, Georgia, este 2021.

“Se necesita una gran campaña para concienciar a la ciudadanía para poder lograr llevar a cabo estos ODS”. Para Barceló por tanto es necesario fomentar una educación que conlleve cambio de hábitos. “Se va a comprar ropa de cierta marca, cuando se sabe que utiliza mano infantil para confeccionarla. Nuestros voluntarios serían el ejemplo de estas personas que se han sensibilizado y tratan de poner en práctica este conocimiento, así como nuestros socios, sobre todo para dar ayuda a todas esas personas en condiciones de vulnerabilidad. El reto además del hambre está en conseguir hábitos saludables a la hora de comer”, resume.

Para Barceló la Cruz Roja trabaja por la paz y los derechos humanitarios en muchos ámbitos, pero resalta que necesitamos “educación, educación y educación para poder tener futuro en este planeta”. Pero también investigar con el fin de estudiar, analizar y difundir las causas y las consecuencias de la vulnerabilidad de las personas en diferentes circunstancias, así como los procesos globales y locales y las interrelaciones entre lo que ocurre en un determinado lugar y sus consecuencias en el resto del planeta.



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