La mejora del acceso a Internet y la conectividad pueden hacer más que la migración urbana para proporcionar mejores empleos y niveles de vida más altos para los aproximadamente 3.400 millones de personas que viven en áreas rurales



Mejorar la conectividad para aprovechar las oportunidades de la nueva economía digital es la mejor receta para apoyar a los miles de millones de personas que viven en áreas rurales, según un nuevo informe de la ONU, que se inspira en lo vivido durante la pandemia y defiende un modelo de desarrollo “in situ” frente a la tradicional migración a las ciudades.
El estudio subraya que la pandemia de la covid-19 amenaza con ampliar aún más las desigualdades entre el mundo urbano y el rural, pero a la vez ha abierto la puerta a nuevas ideas que pueden permitir que las comunidades rurales florezcan.
El crecimiento del teletrabajo es una de esas transformaciones que, según Naciones Unidas, puede transformar la realidad de la mitad de la población mundial. Es decir, 3.700 millones de personas viven en zonas rurales en todo el mundo y el 80% de la población que vive bajo el umbral de la pobreza está en zonas rurales.
El informe “llama a un nuevo tipo de desarrollo inspirado en parte en la experiencia con la covid-19”, señaló el economista jefe de la ONU, Elliot Harris, que destacó que la pandemia ha mostrado que, con la conectividad adecuada, muchos trabajos tradicionalmente considerados urbanos pueden hacerse también en áreas rurales. “Esto supone un cambio de paradigma”, defendió Harris en una conferencia de prensa.
How do we reduce rural poverty and inequalities?
By addressing the needs of the most vulnerable groups in rural society, including children, women, older persons and indigenous peoples. Find out more from UN DESA's #WorldSocialReport: https://t.co/BZCBB2TcuS pic.twitter.com/87qiiwZQPp— UN DESA (@UNDESA) May 20, 2021
Según el informe, las nuevas tecnologías digitales ofrecen una oportunidad para reducir la brecha entre lo rural y lo urbano, ofreciendo trabajos remotos, acceso a banca digital y más posibilidades de negocios para quienes viven lejos de las ciudades.
“Gracias a avances en las tecnologías de comunicaciones y otras, como la impresión 3D, las actividades económicas antes confinadas a las ciudades ahora pueden desarrollarse fácilmente en áreas rurales, una transición que se ha acelerado con la experiencia de la covid-19”, señala el documento.
En él, los expertos de la ONU reclaman a los responsables políticos que aseguren que los residentes de zonas rurales puedan aprovechar esas nuevas oportunidades para mejorar la productividad y la calidad de vida.
Invertir para mejorar
El objetivo, según la organización, debe ser que la población rural tenga acceso a los mismos estándares de vida que la urbana, pero sin los efectos negativos de una “urbanización insostenible”.
Para ello, apuesta por un modelo de “urbanización in situ” poniendo como ejemplo experiencias que se han llevado en países como Sri Lanka, Japón y China, donde se han conseguido reducir las disparidades con mejoras en educación y salud y más inversiones en infraestructuras rurales.
“En vez de una atracción secundaria o un apéndice del desarrollo urbano, el desarrollo rural debe ponerse en el centro”, defiende el informe, que subraya que los actuales modelos no están haciendo lo suficiente para mejorar la vida de los habitantes de estas áreas y, al mismo tiempo, están contribuyendo a destruir el medio ambiente.
Por ello, la ONU recalca que el desarrollo rural debe pasar del “daño medioambiental a la protección medioambiental”, salvaguardando ecosistemas y mejorando la sostenibilidad y la resistencia de la agricultura ante problemas como el cambio climático y los desastres naturales.
La organización recuerda que la conversión de hábitats naturales a terrenos agrícolas ha llevado a la pérdida de entre un 60 y un 70% de la biodiversidad y destaca que la pérdida de bosques está vinculada al aumento de enfermedades zoonóticas como la covid-19.