La energía renovable supuso el 44% de la generación eléctrica total en España, donde, gracias también a la caída de la demanda, las emisiones de CO₂ alcanzaron el menor valor desde que hay registros



Año redondo para las renovables en España. 2020 es desde ya el año de la energía más «verde» de la historia de nuestro país, gracias al récord en generación eólica y solar fotovoltaica. Estas formas de generación de electricidad, que no emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera y ayudan por tanto a combatir el cambio climático, produjeron durante el último año el 44% del total de la energía, incrementando su producción un 12,8% respecto a 2019. Esta mayor proporción de la energía renovable y la caída de la demanda asociada a la pandemia de coronavirus, que fue del 5,6%, se traduce en que las emisiones de CO2 asociadas a la producción de electricidad se han reducido anualmente un 27,8%, hasta alcanzar el menor valor desde que empezaron los registros en 2007.
Así se desprende de los datos recogidos en el Avance del informe del sistema eléctrico español 2020, documento de Red Eléctrica de España (REE), que han sido presentados esta semana por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Un documento que evidencia que las energías renovables ya son mayoritarias en España, con un 53,8% de parque de generación que es ya renovable, siendo la eólica la primera tecnología instalada en nuestro país. En total, se generaron 110.450 GWh a partir de recursos naturales e inagotables como el viento, el sol y el agua.
«El incremento de la generación renovable hasta un máximo histórico se ha alcanzado con altísimos estándares de calidad y seguridad del suministro eléctrico. Un objetivo cumplido, incluso, en los momentos tan excepcionales como los vividos en el último año, que han supuesto un reto para la operación del sistema”, ha asegurado la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor.
El informe, que recoge las principales magnitudes del comportamiento del sector eléctrico en España durante el pasado año, destaca la producción récord alcanzada por la eólica, responsable de más de una quinta parte de toda la generación anual, y la solar fotovoltaica, que registró un aumento del 65 % respecto a los valores de 2019. De hecho, estas dos tecnologías renovables fueron por sí solas responsables del 21,9% y el 6,1% de la electricidad de nuestro país.
De esta manera, la eólica se ha convertido así en la segunda tecnología de una estructura de producción nacional liderada por la nuclear, que ahora mismo tiene una cuota del 22,2% del total. La tercera fuente de generación fue el ciclo combinado, que generó el 17,5% del total, aunque redujo su producción en un 20,3% respecto a 2019. Por su parte, la energía hidráulica, que ha sido la cuarta tecnología que más GWh ha producido en 2020, experimentó un incremento de su producción de un 23% y alcanzó una cuota de participación del 12,2% sobre el total nacional.
Este incremento en la producción de energía renovable en nuestro país no habría sido posible sin la instalación de nuevos MW de potencia de origen renovable. A cierre de 2020, el parque de generación español cuenta con 4.015 MW más de potencia renovable, siendo la solar fotovoltaica la tecnología que más ha incrementado su presencia con un 29,5% respecto a la de 2019; seguida de la eólica que anota un 5,3% más, y se convierte en la tecnología líder de España.
El carbón, casi desaparecido
El carbón, cuya producción se redujo un 60,4% con respecto al año anterior, alcanzó en 2020 su menor cuota de participación en el mix, significando solo el 2% de la producción nacional. El descenso de esta tecnología, que en 2007 llegó a generar una cuarta parte del total, pone de manifiesto el avance del proceso de descarbonización que sigue España a través de la transición ecológica. Además, durante el pasado año, se dieron de baja 3.951 MW de carbón en España, lo que contribuyó a que a día 31 de diciembre de 2020, el conjunto de potencia instalada renovable signifique el 53,8% del total de capacidad de producción española.
Esta casi desparación del carbón es uno de los motivos clave por el que las emisiones de gases de efecto invernadero fueron un 27,8% inferiores a las registradas en 2019, siendo la producción libre de emisiones de CO2 el 67,3% del total, hasta alcanzar los 168.953 GWh, lo que supone también un máximo histórico de generación.


En cualquier caso, las consecuencias directas de la pandemia de la COVID-19 también se han visto reflejadas en el consumo de electricidad, que en este año disminuyó con respecto a 2019 un 5,6%, hasta alcanzar los 249.819 GWh. Una vez corregidos la influencia de la laboralidad (-0,1%) y de las temperaturas (+0,1%), la demanda de electricidad mantuvo la misma variación que en términos brutos y descendió un 5,6% con respecto al año anterior.
Por sistemas, son los de los archipiélagos balear y canario los que más han acusado esta bajada: en el conjunto del año, en Baleares la demanda descendió un 19,2%, mientras que en Canarias el retroceso se cifra en el 10,5%, siempre comparando con el mismo periodo del año anterior. Por su parte, la demanda peninsular de electricidad se contrajo un 5,1%, registrándose una variación del -21,3% el 20 de abril, el mayor descenso en comparación con el día equivalente de 2019.
Por último, la red de transporte eléctrico peninsular alcanzó una tasa anual de disponibilidad del 98,5%, valor que es 0,5% superior al registrado en 2019. Esta tendencia de mejora tiene su réplica en el sistema balear, que pasa del 96,9% de 2019 al 98,7% de 2020; y en la red canaria, que experimenta un incremento de esta tasa de 0,3% este año, hasta alcanzar el 99,2%.
