El proyecto ‘Reforesta Zamora’, una iniciativa promovida por Fundación Aquae, el Ayuntamiento de Zamora y Aquona, ha creado un pulmón verde en la ciudad con la plantación de más de 1.500 árboles, que compensarán unas 415 toneladas de CO2 en los próximos 40 años



Recuperar la masa forestal perdida en zonas azotadas por la sequía, la desertificación o los incendios forestales a través de la plantación de especies autóctonas es el objetivo del proyecto Reforesta Zamora. Una iniciativa que cumple cuatro años y que está promovida por el Ayuntamiento de Zamora, Aquona, y se enmarca en el proyecto ‘Sembrando Oxígeno’ de la Fundación Aquae. A lo largo de estos años esta apuesta ha realizado hasta cuatro actuaciones en la ciudad, todas de alto valor medioambiental y también social.
Las cifras totales arrojan un resultado muy positivo. Gracias a Reforesta Zamora se han recuperado 25.000 metros cuadrados de masa forestal y se han plantado 1.550 árboles autóctonos que compensarán alrededor de 415 toneladas de CO2 en los próximos 40 años, además de contribuir a que Zamora sea una ciudad más verde y sostenible para sus vecinos.
Los primeros 765 árboles se plantaron en febrero de 2018 en la finca de Valderrey. Encinas, pinos piñoneros, almendros y sabinas albares fueron las especies que tomaron el protagonismo en esta primera fase de la plantación que se llevó a cabo de la mano del grupo Sylvestris, empresa especializada en la restauración de zonas verdes, y que junto a personal del Ayuntamiento de Zamora y empleados de Aquona participaron en las labores de plantación de este nuevo espacio arbóreo. También, y como suele ser habitual en este programa, para desarrollar todas las demás labores de la reforestación se empleaba a personas de la localidad con problemas de inserción social.
Así, el concejal de Medio Ambiente y Urbanismo del Ayuntamiento de Zamora, Romualdo Fernández, explica el apoyo que desde el consistorio se brindó a este programa. “La plantación de arbolado es un beneficio para todos y responsabilidad de todos, no solo de la administración y, en este sentido, apoyamos cualquier iniciativa que vaya en la línea de aumentar la masa forestal del municipio”. “Destinar a la reforestación parcelas municipales con vocación para ello nos parece la mejor opción para luchar contra el cambio climático; es la mejor manera de favorecer la biodiversidad y mejorar la calidad ambiental de la ciudad”, añade Fernández.
Sembrando oxígeno
En 2015, la Fundación Aquae puso en marcha el proyecto Sembrando Oxígeno tras un terrible incendio que devoró más de 1.700 hectáreas en Pego, el peor incendio forestal que había sufrido la provincia de Alicante en más de dos décadas. De la mano del ayuntamiento, esta entidad sin ánimo de lucro se estrenó repoblando con 5.000 árboles autóctonos ocho hectáreas de superficie forestal quemada, con el objetivo no sólo de recuperar un paraje clave para la biodiversidad de la zona sino de contribuir a la mitigación del cambio climático.
Siete años después, la plantación ha capturado unas 30 toneladas de dióxido de carbono, y las estimaciones apuntan a que llegará a compensar cerca de 150 toneladas de CO2 en los próximos 30 años, según se desprende del informe realizado en octubre de este año cumpliendo con las directrices establecidas en 2014 por la OECC.
Pero el proyecto Sembrando Oxígeno no utilizó esta actuación como resultado sino como punto de partida: en estos siete años, se han plantado más de 13.500 árboles a lo largo y ancho de la geografía española, con las que ya ha compensado más 750 toneladas de dióxido de carbono.
Alicante, Asturias, Castilla-León, Murcia, Galicia, Andalucía… Los proyectos se han ido repartiendo por el territorio según las necesidades: por ejemplo, en el municipio malagueño de Manilva se han restaurado con especies locales más de 20.000 metros cuadrados del paraje natural de El Calvario, mientras que en las Arcas Reales de Valladolid se han plantado más de 1.000 árboles, arbustos y plantas con los que se pretende recuperar masa forestal a la vez que se crea un entorno más verde en una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de la ciudad.
En cualquier caso, la acción mitigadora de la Fundación Aquae no acaba aquí: por segundo año consecutivo, esta entidad ha recibido el triple sello ‘Calculo + Reduzco + Compenso’, que otorga la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con el que se distingue a aquellas organizaciones que calculan la emisión de dióxido de carbono y cuentan con un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. De este modo, vuelve a ser la única fundación medioambiental avalada por este triple distintivo.
Un mes más tarde, en el bosque de Valorio se configuraba un Arboretum, con 45 ejemplares de flora autóctona de Castilla y León, completando la segunda fase de Reforesta Zamora. Esta iniciativa contaba con una segunda vertiente, eran árboles a los que niños y niñas de la ciudad otorgaron su nombre. “Queríamos implicar a las futuras generaciones en el cuidado de su entorno y ligar sus vidas al medio ambiente, por eso contamos con la asociación Apego Lácteo y 45 familias zamoranas para hacer la plantación de Valorio”, explica Nicolás Esmorís, gerente de Aquona en la ciudad. En esa ocasión, Aquona, con el apoyo del Ayuntamiento organizó un día de convivencia con los más pequeños de su ciudad y sus familias para convertir la plantación en un evento lúdico con el que conmemorar el Día Mundial del Agua.
La tercera y última fase, de momento, tuvo lugar en la zona de La Candelada en febrero de 2020. Gracias a esta plantación se han recuperado 15.000 metros cuadrados de masa forestal repoblada con otros 750 árboles autóctonos: 450 ejemplares de Pinus pinea, 225 de Quercus ilex y 75 de Prunus dulcis. Gracias a esta última plantación se lograrán compensar 175 toneladas de CO2 en los próximos 40 años.
La restauración forestal del paraje de La Candelada también generó, como en las fases anteriores, un impacto social en la capital zamorana. “Además de proteger el medio ambiente y contribuir a restaurar espacios verdes en torno al núcleo urbano, facilitamos el acceso al empleo a personas en situación de vulnerabilidad”, destaca Esmorís quien añade que “es un proyecto 360 º en cuanto a sostenibilidad: con Reforesta Zamora cuidamos del planeta pero también de las personas”.


Y es que la siembra de La Candelada hizo posible la contratación de un grupo de personas que formaban parte del Plan de Acompañamiento Laboral del Ayuntamiento de Zamora. La colaboración entre el consistorio, Aquona, Fundación Aquae y Sylvestris fue fundamental para realizar con éxito la plantación, incorporándole además una dimensión social.
Ahora desde el Ayuntamiento de Zamora ven esta iniciativa como una “alegría para la ciudad”, ya que “reforestar es siempre una apuesta por el futuro, por nuestros hijos y nietos; es un actor de amor”, asegura Romualdo Fernández. Tras estos cuatro años, ya empiezan a destacar los pequeños árboles entre la vegetación de los parajes. Para Fernández, “la naturaleza funciona así, de una manera lenta en comparación con la apreciación del tiempo que solemos tener. La contemplación de estas plantaciones es una invitación a disfrutar de lo lento, a vivir sin prisas y a apreciar las cosas realmente importantes de la vida”.
