Un informe de la ONU advierte que 733 millones de personas aún no tienen acceso a la electricidad. Los expertos advierten que la pandemia ha generado una desaceleración en este acceso que pone en riesgo que no se cumpla el objetivo de garantizar el acceso a energía asequible, fiable y sostenible para 2030



La pandemia de covid-19 ha sido un factor clave en la desaceleración del progreso hacia el acceso universal a la energía. En el mundo 733 millones de personas aún no tienen acceso a la electricidad y 2.400 millones de personas todavía cocinan con combustibles perjudiciales para su salud y el medio ambiente. Al ritmo actual de progreso, 670 millones de personas permanecerán sin electricidad para 2030, 10 millones más de lo proyectado el año pasado.
Seguimiento del ODS 7: Informe de progreso energético es un informe publicado este miércoles por distintas agencias de la ONU y muestra que los impactos de la pandemia, incluidos los cierres, las interrupciones en las cadenas de suministro globales y el desvío de recursos fiscales para mantener asequibles los precios de los alimentos y el combustible. Esto ha afectado el ritmo del progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 7) de garantizar el acceso a energía asequible, fiable, sostenible y moderna para 2030. Los avances se han visto obstaculizados, especialmente en los países más vulnerables y en los que ya están rezagados en el acceso a la energía. Casi 90 millones de personas en Asia y África que previamente habían obtenido acceso a la electricidad, ya no pueden permitirse pagar sus necesidades energéticas básicas.
Los impactos de la crisis de covid-19 en la energía se han visto agravados en los últimos meses por la invasión rusa de Ucrania, que ha generado incertidumbre en los mercados mundiales de petróleo y gas y ha disparado los precios de la energía.
África sin electricidad
África sigue siendo la menos electrificada del mundo con, 568 millones de personas sin acceso a la electricidad. La proporción de África subsahariana de la población mundial sin electricidad aumentó al 77 % en 2020 desde el 71% en 2018, mientras que la mayoría de las otras regiones vieron disminuciones en su proporción de déficit de acceso. Si bien 70 millones de personas en todo el mundo obtuvieron acceso a combustibles y tecnologías limpios para cocinar, este progreso no fue suficiente para seguir el ritmo del crecimiento de la población, particularmente en el África subsahariana.
El informe encuentra que, a pesar de las continuas interrupciones en la actividad económica y las cadenas de suministro, la energía renovable fue la única fuente de energía que creció durante la pandemia. Sin embargo, estas tendencias globales y regionales positivas en energía renovable han dejado atrás a muchos países con mayor necesidad de electricidad. Esto se vio agravado por una disminución en los flujos financieros internacionales por segundo año consecutivo.
Eficiencia energética
Los objetivos ODS 7 también cubren la eficiencia energética. De 2010 a 2019, las mejoras anuales globales en la intensidad energética promediaron alrededor del 1,9%. Esto está muy por debajo de los niveles necesarios para cumplir con los objetivos del ODS 7 y, para compensar el terreno perdido, la tasa promedio de mejora tendría que aumentar al 3,2 %.
En septiembre de 2021, el Diálogo de Alto Nivel sobre Energía de las Naciones Unidas reunió a gobiernos y partes interesadas para acelerar la acción para lograr un futuro energético sostenible que no deje a nadie atrás. En este contexto, las agencias encargadas de promover el ODS 7, la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSD), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han publicado este informe. Además han instado a la comunidad internacional y a los formuladores de políticas a salvaguardar los logros hacia el cumplimiento del ODS 7; permanecer comprometido con la acción continua hacia una energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos; y mantener un enfoque estratégico en los países que necesitan más apoyo.
