La justicia británica ha establecido un precedente histórico al atribuir la muerte de una menor en 2013 al aire contaminado de Londres, que superaba con creces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud



El aire contaminado mata. La Organización Mundial de la Salud lleva años alertando de que la polución del aire que afecta sobre todo a las grandes ciudades puede ser mortal, sobre todo para personas vulnerables como niños o ancianos. Según sus cálculos, la contaminación ambiental del aire es la causa de 4,2 millones de defunciones prematuras en todo el mundo al año. Sin embargo, ningún tribunal del planeta había vinculado una muerte de forma directa con la polución, hasta ahora. Un juez británico ha dictaminado este miércoles en una sentencia pionera en el Reino Unido y en el mundo que este efecto secundario de la quema de combustibles fósiles fue una de las causas que contribuyó a la muerte de una niña de nueve años tras sufrir un ataque de asma.
En concreto, el tribunal ha determinado que Ella Adoo-Kissi-Debrah, que residía en el sureste de Londres y falleció en 2013, estuvo expuesta a niveles «excesivos» de contaminación. Tras examinar durante dos semanas las circunstancias de la muerte de la niña, que en su últimos tres años de vida sufrió diversos ataques y fue ingresada en un hospital en 27 ocasiones, el juez Philip Barlow subraya que los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) que se registraban en la zona donde vivía la menor excedían con creces las recomendaciones de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud.
«Se produjo un fallo reconocido a la hora de reducir los niveles de dióxido de nitrógeno, lo cual posiblemente contribuyó a su muerte. También hubo una falta de información para la madre de Ella», ha sostenido el magistrado, cuya sentencia tiene ya una importante fuerza legal al sentar precedente. También se espera que tenga un impacto político, ya que este fallo añadirá presión sobre el Gobierno británico de Boris Johnson para que endurezca las normas para frenar la polución urbana.
«La decisión de hoy debe ser un punto de inflexión para evitar que otras familias sufran el desgarro emocional sufrido por la de Ella», ha asegurado el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan. “La contaminación del aire constituye una crisis de salud pública, sobre todo para nuestros niños, y la investigación ha servido para resaltar la urgencia de impulsar medidas más agresivas, como ampliar la Zona de Emisiones Bajas al centro de Londres”, ha resaltado Khan.
Un largo proceso judicial
La sentencia pone punto y final a un largo calvario médico y judicial de la familia de Ella, que lleva años luchando para que se reconozca la influencia de la polución en la muerte de la pequeña. La madre de la niña, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, relató durante el proceso que en 2010 llevó por primera vez a la niña al hospital tras sufrir un episodio de tos y que los médicos se vieron obligados a inducirle un estado de coma para estabilizarla. Durante los tres siguientes años, los continuos ataques de asma de Ella la llevaron hasta en 27 ocasiones en la sala de urgencias y sus pulmones fallaron al menos cinco veces durante ese tiempo.


En 2012, el sistema de salud clasificó a la menor como una persona con «discapacidad», antes de que en la madrugada del 15 de febrero de 2013 muriera tras un ataque severo de asma. Sin embargo, la lucha judicial de la familia, que no era consciente en ese momento de que las emisiones de una circunvalación que pasaba al lado de la residencia familiar contribuían al rápido empeoramiento de la salud de Ella.
“Las autoridades no proporcionaron nunca a la madre de Ella información sobre los riesgos para la salud de la pequeña que suponía la contaminación, ni su capacidad de agravar el asma que sufría. Si hubiera recibido esa información, habría adoptado las medidas necesarias para evitar la muerte de la niña”, afirma la sentencia del tribunal forense. De hecho, un informe elaborado hace dos años por el investigador médico Stephen Holgate concluyó que la vida de la niña había estado «en el filo de la navaja» durante meses y que los niveles de polución de la zona, detectados en un medidor cercano a su hogar, contribuyeron a provocarle el fatal ataque de asma que acabó con su vida.
La madre de la niña, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, ha declarado a la cadena pública BBC que se ha hecho «justicia» sobre el caso de su hija. «Pero esto también es para otros niños, porque estamos en una ciudad con altos niveles de contaminación en el aire», ha agregado. También las principales organizaciones medioambientales británicas han celebrado esta sentencia, ya que según ellos acelerará la aprobación de una nueva Ley de Aire Limpio que sirva para atribuir nuevas obligaciones y derechos a las autoridades locales respecto a la reducción de las emisiones urbanas.
