Bruselas avanza en la contaminación cero de la economía y lanza su Estrategia de sostenibilidad de la UE sobre sustancias químicas para evitar que entren en el medio ambiente y en nuestro organismo



Naciones Unidas ya alertó en 2019 que los países no alcanzarían el objetivo acordado de minimizar los impactos adversos de los productos químicos y los residuos para 2020 y urgió medidas urgentes para reducir daños aún mayores en la salud humana y las economías.
Así lo recogió en el segundo informe de Perspectivas de los productos químicos a nivel mundial, que situaba la capacidad de producción química actual de 2.300 millones de toneladas, valorada en cinco billone de dólares anuales, una cantidad que se prevé que se duplique para 2030.
La cuarta mayor industria de la UE
Desde los productos farmacéuticos hasta la protección de las plantas, los productos químicos desempeñan un papel importante en la sociedad moderna y en el logro de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El mercado de las sustancias químicas en una amplia gama de sectores industriales está creciendo, impulsado por el desarrollo económico, la dinámica de la población y otras megatendencias mundiales. Se espera, por ejemplo, que el mercado de productos químicos en el sector de la construcción crezca un 6,2% anual, entre 2018 y 2023.
Mientras tanto, la producción y el consumo de los productos químicos se está desplazando a las economías emergentes, en particular a China. Se prevé que la región de Asia y el Pacífico acogerá más de dos tercios de las ventas mundiales para 2030. Mientras tanto, el comercio electrónico transfronterizo está creciendo a un ritmo de 25% anual.
Se ha descubierto que los pesticidas tienen un impacto negativo en los polinizadores, el uso excesivo de fósforo y nitrógeno en la agricultura continúa contribuyendo a crear zonas muertas en el océano y los productos químicos utilizados en los filtros solares ejercen presión sobre los ecosistemas de los arrecifes de coral.
Los estudios también indican que el vertido de algunos antimicrobianos, metales pesados y desinfectantes contribuyen a la resistencia a los antimicrobianos.
En 2018, Europa era el segundo mayor productor de sustancias químicas del mundo con un 16,9% de las ventas globales. La producción química es la cuarta mayor industria de la Unión y proporciona unos 1,2 millones de empleos directos.
El 59% de las sustancias químicas producidas se suministran directamente a otros sectores, entre los que destacan la sanidad, la construcción, la automoción, la electrónica y los productos textiles. [/recuadro-gris]
Contra la contaminación química
La UE cuenta con una compleja legislación en la materia, que ha generado la base de conocimientos sobre sustancias químicas más avanzada del mundo, y ha creado organismos científicos para evaluar los riesgos y peligros de estas sustancias. Y ahora ha puesto sobre la mesa su nueva estrategia comunitaria para reducir el impacto de la contaminación química.
La Estrategia es el primer paso hacia la consecución del objetivo de contaminación cero en un entorno sin sustancias tóxicas, anunciado en el Pacto Verde Europeo. Impulsará la innovación para el desarrollo de sustancias químicas seguras y sostenibles, y reforzará la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a las sustancias químicas peligrosas.
Esto implica prohibir el uso de las más nocivas en productos de consumo como juguetes, artículos de puericultura, cosméticos, detergentes, materiales en contacto con alimentos y productos textiles, salvo que se demuestre que son esenciales para la sociedad, y asegurar que todas las sustancias químicas se utilizan de manera más segura y sostenible.
La producción química es la cuarta mayor industria de la Unión Europea y proporciona unos 1,2 millones de empleos directos
La Estrategia para las sustancias químicas admite plenamente el papel esencial que desempeñan las sustancias químicas para el bienestar humano y para la transición verde y digital de la economía y la sociedad europeas. Al mismo tiempo, reconoce la urgente necesidad de abordar los problemas sanitarios y ambientales provocados por las sustancias químicas más nocivas.
Con este espíritu, la Estrategia expone una serie de medidas concretas para lograr que las sustancias químicas sean seguras y sostenibles desde el diseño y para garantizar que produzcan todos sus beneficios sin causar daños al planeta ni a las generaciones actuales y futuras.
Se trata de evitar que las sustancias químicas más nocivas para la salud humana y el medio ambiente se empleen en usos no esenciales para la sociedad, particularmente en productos de consumo y con respecto a los grupos más vulnerables. Se contemplan varias iniciativas de innovación e inversión para acompañar a la industria química en esta transición.
Por otro lado, la Estrategia recaba la atención de los Estados miembros sobre las posibilidades que brinda el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para invertir en la transición verde y digital de las industrias de la UE, incluido el sector químico.
Mayor protección de la salud
La Estrategia tiene por objetivo reforzar en una medida considerable la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a las sustancias químicas nocivas, prestando especial atención a los grupos de población vulnerables.
Entre las iniciativas destaca la supresión gradual en los productos de consumo, como juguetes, artículos de puericultura, cosméticos, detergentes, materiales en contacto con alimentos y productos textiles, de las sustancias más nocivas, entre las que destacan los alteradores endocrinos, las sustancias químicas que afectan a los sistemas inmunológico y respiratorio, y sustancias persistentes como las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), salvo que se demuestre que su uso es esencial para la sociedad.
Bruselas se propone la reducción al mínimo y sustitución, en la medida de lo posible, de la presencia de sustancias preocupantes en todos los productos. Se priorizarán las categorías de productos que afectan a las poblaciones vulnerables y las que tienen mayor potencial para la economía circular.
Facilitará el acceso garantizado de los productores y consumidores a información sobre el contenido en sustancias químicas y sobre el uso seguro de estas, mediante la introducción de requisitos de información en el contexto de la iniciativa sobre una política de productos sostenibles.
Impulso de la innovación
La Estrategia pretende aprovechar esta oportunidad y sostener la transición ecológica del sector químico y de sus cadenas de valor.
Cuenta con que la industria de la UE será competitiva en el mercado mundial de producción y utilización de sustancias químicas seguras y sostenibles. Las medidas anunciadas en la Estrategia respaldarán la innovación industrial para que estas sustancias se conviertan en la norma en el mercado de la UE y en una referencia en todo el mundo.
Este objetivo se conseguirá principalmente mediante el desarrollo de criterios de seguridad y sostenibilidad desde el diseño y el apoyo financiero a la comercialización y el despliegue de sustancias químicas seguras y sostenibles a través de instrumentos de financiación e inversión de la UE y de asociaciones público-privadas.
Además se prevé el refuerzo considerable del control del cumplimiento de la normativa de la Unión tanto en las fronteras como en el mercado único y el establecimiento de una agenda de la UE en materia de investigación e innovación sobre sustancias químicas, con objeto de colmar las lagunas de conocimiento acerca del impacto de estas sustancias, promover la innovación y poner fin a los ensayos con animales.
La Comisión también promoverá las normas de seguridad y sostenibilidad a nivel mundial, predicando con el ejemplo y fomentando un planteamiento coherente que impida que las sustancias peligrosas prohibidas en la UE se produzcan con fines de exportación.
Un reciente estudio estima que la exposición a una pequeña fracción de las más de 100.000 sustancias químicas en uso contribuyó a más de 1,3 millones de muertes prematuras en 2017
El vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, señala que «la Estrategia para las sustancias químicas es el primer paso hacia la consecución del objetivo de contaminación cero de Europa».
Timmermans añade: «Las sustancias químicas forman parte de nuestra vida cotidiana y nos permiten desarrollar soluciones innovadoras para la ecologización de nuestra economía, pero debemos asegurarnos de que se producen y utilizan de manera que no causen daños al medio ambiente ni a la salud humana. Reviste especial importancia que dejen de utilizarse las sustancias químicas más peligrosas en productos de consumo, desde juguetes y productos de puericultura hasta productos textiles o materiales que entran en contacto con nuestros alimentos».
Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, insiste en que «debemos nuestro bienestar y nuestro elevado nivel de vida a las numerosas sustancias químicas útiles que se han inventado en los últimos cien años. Sin embargo, no podemos cerrar los ojos ante el daño que causan las sustancias químicas peligrosas a nuestro medio ambiente y a nuestra salud. Hemos recorrido un largo camino en la regulación de las sustancias químicas en la UE, y con esta Estrategia queremos dar un paso más, a partir de nuestros logros, para evitar que las sustancias químicas más peligrosas entren en el medio ambiente y en nuestro organismo y afecten en especial a los más frágiles y vulnerables».
