La acción del agua es la mejor respuesta al cambio climático - EL ÁGORA DIARIO

La acción del agua es la mejor respuesta al cambio climático

La acción del agua es la mejor respuesta al cambio climático

A las puertas de la gran cumbre del clima de Glasgow, que definirá las nuevas estrategias de combate frente al cambio climático, la energía centra todas las miradas ganando peso al agua, el elemento imprescindible para avanzar en mitigación y adaptación



«El cambio climático nos amenaza a todos y el agua es el vehículo principal a través del cual sentimos los impactos del cambio climático. Para abordar eficazmente los desafíos del agua y el clima debemos llevar el cambio climático y el agua a la misma mesa, en la misma conversación: abordarlos como uno solo».

Así rezan los principios inspiradores de la Coalición Agua y Clima, promovida por la Organización Meteorológica Mundial, una comunidad de actores multisectoriales, guiados por líderes de alto nivel y enfocados en la acción del agua, con la intención de situarla en el centro de la transición justa para adaptarnos al cambio climático y mitigar los riesgos que comporta.

Debemos llevar el cambio climático y el agua a la misma mesa y abordarlos como uno solo

Sin embargo, cuando escuchamos a los líderes mundiales hablar de la estrategia de lucha frente al cambio climático, el foco se pone siempre en la mitigación y los esfuerzos se centran en lograr alternativas energéticas más sostenibles a largo plazo, dejando de lado al agua, ese recurso escaso sin el que no será posible la transición energética, y mucho menos, alcanzar la mayor parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados en la Agenda 2030.

Esta misma semana lo recordaban los expertos del Foro Económico Mundial que recordaban que la crisis climática es una crisis del agua, en un llamamiento para que el agua sea uno de los temas centrales en la COP26 de Glasgow.

La organización ha puesto el foco en el coste humano que ya supone que una de cada dos personas en el mundo no tenga acceso al agua potable administrada de manera segura en su hogar, y ha advertido de que «en solo unos pocos años, aproximadamente dos tercios de la población mundial se enfrentarán a la escasez de agua». Los conflictos por el recurso ya han comenzado y no dejarán de aumentar.

Además de la crisis humanitaria que supone esta situación, el Foro nos ha recordado que la escasez de agua será la mayor amenaza relacionada con el clima para los activos corporativos en las próximas décadas. Sin embargo, los inversores apenas la tienen en cuenta.

En solo unos pocos años, aproximadamente dos tercios de la población mundial se enfrentarán a la escasez de agua

España no escapa de la escasez de recursos hídricos con unas previsiones de recorte en los aportes pluviales del 40% en algunos escenarios y con la amenaza añadida de la torrencialidad de esas precipitaciones, lo que implica un mayor riesgo de inundaciones con todas las pérdidas económicas y personales que implican.

Sin embargo, cuando oímos hablar de la transición ecológica es la energética la que protagoniza todas las medidas, dejando atrás la imprescindible transición hidráulica sin la cual no es posible una verdadera transición justa.

Porque más allá de adaptarnos al nuevo escenario climático, es fundamental definir las estrategias de mitigación y los riesgos que implican para el agua, porque el estrés hídrico es ya una amenaza real para un tercio de la población global y va camino de serlo para la mitad de la humanidad.

Además, en términos generales, el mundo se encuentra considerablemente atrasado en lo que respecta a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”. En 2020, 3.600 millones de personas carecían de un servicio de saneamiento gestionado de forma segura, 2.300 millones no disponían de servicios básicos de higiene y más de 2.000 millones vivían en países que padecían estrés hídrico, sin acceso a agua potable.

El ritmo de progreso actual debe cuadruplicarse para cumplir las metas mundiales de aquí a 2030.

Hay que determinar las estrategias de mitigación teniendo en cuenta los riesgos que implican para el agua

En el Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2021: Agua, se destaca la necesidad de tomar medidas urgentes orientadas a mejorar la gestión cooperativa de los recursos hídricos, adoptar políticas integradas sobre el agua y el clima, e incrementar las inversiones en este preciado bien que sustenta todos los objetivos en materia de desarrollo sostenible, adaptación al cambio climático y reducción de riesgos de desastre.

La gestión integrada de los recursos hídricos es esencial para alcanzar el bienestar social, económico y medioambiental a largo plazo. Sin embargo, a pesar de los avances logrados, 107 países siguen estando lejos de cumplir el objetivo de gestión sostenible de sus recursos hídricos, a más tardar, en 2030.

La buena noticia es que las naciones están decididas a mejorar la situación. De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el agua y los alimentos son las dos cuestiones prioritarias de las contribuciones determinadas a nivel nacional en virtud del Acuerdo de París. Además, los países han subrayado la necesidad de reforzar los servicios climáticos para el agua.

El agua es el conector de todas las estrategias

Avanzar en la transición hidráulica como mejor respuesta al cambio climático, parafraseando a la Organización Meteorológica Mundial, necesita inversiones.

Inversiones infraestructurales que adapten las ya existentes al nuevo escenario, en infraestructuras verdes, basadas en la naturaleza que permitan ganar en resiliencia frente a sequías e inundaciones, inversiones en tecnología de información y big data para avanzar en sistemas de alerta temprana y de ayuda a la decisión, inversión en ciencia y talento al servicio de la seguridad hídrica para todos los usos.

El agua es por tanto el conector de todas las estrategias, de la mitigación y la adaptación, de unos ODS con otros, de eventos extremos con soluciones de la naturaleza. Y este papel del agua debe reivindicarse en la cumbre climática más importante de la historia.

Porque quizá, seamos capaces de adaptarnos al calor o al frío, a la energía fotovoltáica o eólica, al coche eléctrico, incluso plantas resistentes a la salinidad y la sequía, pero sin agua el ser humano solo aguanta de tres a cinco días.


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