El último barómetro municipal del Ayuntamiento de Barcelona revela que, tras la inseguridad, la gestión que la alcaldesa Ada Colau hace de la ciudad es el problema que más preocupa a los barceloneses. De hecho y por cuarta vez consecutiva, la regidora vuelve suspender (en esta ocasión, con un 4,7) en su valoración, siendo especialmente el 59,3% de encuestados que señalan que la ciudad ha empeorado en los últimos meses.
Basta recordar el descontento ciudadano -incluso en tradicionales feudos electores de los comunes- por la puesta en marcha de sistemas como la recogida de basuras puerta a puerta, la no sustitución de contenedores vandalizados, las promesas no cumplidas por la alcaldesa en torno al acceso a la vivienda, o las lógicas preocupaciones ciudadanas en torno al empleo y las consecuencias económicas derivadas de la pandemia, revelando el barómetro la desconfianza de los barceloneses en este equipo municipal para superar la crisis.
A todo ello además se suman las múltiples investigaciones que Juzgados y Tribunales están realizando sobre Colau, Eloi Badia y otros responsables del Consistorio, por presunta financiación ilegal de asociaciones afines a través de la concesión a dedo de todo tipo de subvenciones y ayudas financieras, con las que hacer realidad sus promesas electorales.
Promesas entre las que se encontraba la remunicipalización del servicio de aguas de la ciudad, y que a pesar de ser rechazada por los Tribunales, Colau y su acólito Badia, concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, se empeñaban en promover, también de forma contraria a los intereses ciudadanos.
La guerra contra el servicio de agua la libran únicamente Colau, Badia y sus asociaciones de activistas afines
Hasta el punto de que la obsesión de Badía por «derrocar» a la gestora mixta Aigües de Barcelona ha provocado la primera grieta entre el PSC y los comunes en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), donde gobiernan juntos. En esta ocasión el detonante ha sido la intención del concejal de Emergencia Climática de Barcelona, y vicepresidente de Ecología del Área de incorporar la institución supramunicipal a la
Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), un chiringuito que aboga por la municipalización del agua, eso sí, previo pago de casi 3.725 euros en concepto de adhesión anual a la asociación lobista.
Y es que a diferencia del estrepitoso suspenso que obtiene la gestión política municipal, el servicio de agua urbana no ha sido ni siquiera citado como un problema por los más de 800 entrevistados que han participado en la elaboración del barómetro municipal (y en el que aparecen hasta veinte servicios), o como tampoco lo fue señalado en 2020, en la última encuesta realizada por el Ayuntamiento para conocer la valoración de los servicios municipales.
El suministro domiciliario de agua sigue siendo el servicio público mejor valorado en España
La guerra contra el servicio de agua la libran únicamente Colau, Badia y sus asociaciones de activistas afines, porque de hecho los barceloneses otorgan la mayor de las valoraciones al servicio de agua urbana que presta la empresa mixta Aigües de Barcelona, según revela la última encuesta elaborada por el Observatorio de Servicios Urbanos (OSUR) con una muestra de más de 5.000 personas.
El suministro domiciliario de agua, destacan, “sigue siendo el servicio público mejor valorado en España e incluso mejora su percepción, pasando del 61% al 69% de ciudadanos satisfechos”, mientras que los ciudadanos insatisfechos se reducen 8 puntos respecto a la edición anterior, pasando del 21% al 13%.
Los resultados de este Barómetro elaborado por OSUR son fruto de una encuesta anual elaborada a comienzos de 2020 -antes de la irrupción de la pandemia-, que busca reflejar la opinión de los servicios públicos municipales de los ciudadanos de las 30 poblaciones más pobladas del país: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Alcalá de Henares, Alicante, Badalona, Bilbao, Cartagena, Córdoba, A Coruña, Elche, Gijón, Granada, L’Hospitalet de Llobregat, Jerez de la Frontera, Móstoles, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Pamplona, Sabadell, Santa Cruz de Tenerife, Terrassa, Valladolid, Vigo y Vitoria.
Además, los barceloneses valoran especialmente la ausencia de cortes, la continuidad en la presión y el buen funcionamiento del contador con una aceptación del 79%, poniendo también buena nota al servicio de alcantarillado y la calidad del agua suministrada.