El saneamiento avanza hacia la suficiencia tras 20 años de suspensos

El saneamiento avanza hacia la suficiencia tras 20 años de suspensos

El saneamiento avanza hacia la suficiencia tras 20 años de suspensos

El saneamiento sigue siendo, veinte años después, la gran asignatura pendiente de España en materia de gestión de recursos hídricos. Hoy, los Fondos Next Generation dibujan un escenario propicio que permitía pasar de la suficiencia a la excelencia si se hace una apuesta decidida



Como cada 19 de noviembre, hoy celebramos el Día Mundial del Saneamiento, con un llamamiento a poner en valor la importancia de este elemento cotidiano en nuestros hogares y tan extraordinario para más de 3.600 millones de habitantes del planeta que todavía carecen de retrete.

Y es que casi la mitad de la población mundial no dispone aun de sistemas de saneamiento gestionados de forma segura, con las graves consecuencias que esto provoca: una sola familia en un pueblo sin un adecuado sistema de saneamiento puede sufrir enfermedades que lleguen a afectar a toda la comunidad.

Por ello, todos los organismos internaciones insisten en situar las inversiones en saneamiento como una prioridad en la agenda hidráulica, coincidiendo además al señalar que la inversión en saneamiento se recupera con creces ya que se estima que por cada dólar invertido en un buen sistema de saneamiento se ahorran 5 dólares en costes médicos y aumento de la productividad.

Para los españoles, aunque afortunados por gozar de una cobertura universal de saneamiento en todo el territorio nacional, la depuración de aguas residuales sigue siendo una asignatura pendiente que, lejos de alcanzar las aptitudes de excelencia que aporta el sector del agua urbana, sigue aspirando poco más que a la suficiencia. Y ello pese a la oportunidad que representan los fondos de reconstrucción para aprobar con holgura esta materia tan esencial.

De hecho, la Comisión Europea ha urgido a España en numerosas ocasiones a lo largo de los últimos seis años a corregir las deficiencias en la depuración de aguas residuales urbanas de 133 núcleos de población que incumplen de “manera generalizada y masiva” la Directiva Marco de Agua, y hasta 500 núcleos urbanos españoles que también acumulan años de carencias e incumplimientos de la DMA.

España ya ha sido multada con 12 millones de euros por el incumplimiento de la Directiva Europea sobre depuración de aguas residuales urbanas

Unas deficiencias que suben al 15% si hablamos de saneamiento secundario, es decir, que hay unos 6 millones de españoles sin depuración adecuada, y al 65% si nos vamos a terciario, derivadas de la falta de inversiones en infraestructuras del agua.

En efecto, España ya fue multada en 2019 con 12 millones de euros por el incumplimiento de la Directiva Europea sobre depuración de aguas residuales urbanas, y se estima que para evitar que esto volviese a suceder, sería recomendable realizar durante los próximos años una inversión de 5.253 millones de euros, que garantizase la disponibilidad y gestión del agua y del saneamiento.

Por ello el sector del agua reclama una apuesta de Estado para ponerse al día con la normativa comunitaria, aprovechando además la oportunidad que plantean los Fondos Europeos de Reconstrucción Verde.

La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) lleva tiempo reclamando la urgencia de realizar un esfuerzo inversor sostenido en infraestructuras del ciclo urbano del agua, ya que actualmente la media anual de inversión real no alcanza el 50% de lo necesario. En ese sentido, el agua urbana necesita una inversión anual de 2.500 millones adicionales, hasta los 4.900 millones de euros, para garantizar la calidad, la sostenibilidad de los servicios y afrontar retos como el cambio climático o los más exigentes requerimientos regulatorios en materia de calidad del agua, potabilización, depuración y reutilización.

El sector del agua lleva tiempo reclamando de realizar un esfuerzo inversor urgente y sostenido en infraestructuras hídricas, ya que la media anual de no alcanza el 50% de lo necesario

España cuenta con importantes infraestructuras del ciclo del agua urbana: con 23.789 kilómetros de red de aducción (tuberías destinadas a conducir el agua desde el punto de captación hasta la planta de tratamiento); 248.245 kilómetros de red de abastecimiento; 189.203 kilómetros de red de saneamiento; 1.640 estaciones de tratamiento de agua potable (ETAP); 29.305 depósitos; 456 tanques de tormenta, y 2.232 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR).

A España le corresponden 140.000 millones de euros (72.000 millones en transferencias no reembolsables y el resto, en préstamos) de los fondos Next Generation EU para la modernización de la economía comunitaria tras la pandemia. “Son una indudable ayuda que nos permitirá anticipar la recuperación económica y social”, señalan desde AEAS.

Acabar con todas estas sanciones y acortar el retraso de 20 años que España acumula en materia de saneamiento será la prioridad del Plan de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR), que ha sido aprobado este mismo año.

Un Plan que en su exposición de motivos ya reconoce la necesidad reaccionar y dar solución a los diversos problemas que han condicionado el limitado avance observado en la materialización de los programas de medidas que acompañan a los planes hidrológicos de tercer ciclo 2021-2027.

En síntesis, el Plan DSEAR configura un nuevo paradigma de trabajo en el ámbito de la Administración General del Estado y de colaboración con el resto de las autoridades competentes en el ámbito del agua, especialmente en los sectores de la depuración, el saneamiento y la reutilización.

Sin embargo, y pese al buen diagnóstico, los planes gubernamentales no terminan de acertar en el tratamiento al carecer de la mejor medicina: la inversión.

El sector del agua urbana tiene muchas lecciones que dar y mucha tecnología que poner al servicio de los ciudadanos para completar el círculo infinito del agua

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022 destaca actuaciones en depuración, saneamiento, eficiencia, ahorro, reutilización y seguridad de infraestructuras por valor de 255 millones de euros.

De hecho, resalta actuaciones en la mejora de la gestión del agua y el tratamiento de las aguas residuales, persiguiendo integrar las aguas residuales regeneradas como recurso, reducir las pérdidas y mejorar los sistemas de abastecimiento y distribución de agua. También destaca la necesidad de incrementar la reutilización de aguas residuales en aquellas regiones que sufren mayor estrés hídrico.

Sin embargo, estas inversiones apenas sí servirán para pasar el examen de la Directiva Marco de Agua, de manera que desaparezcan las multas y sanciones recurrentes de este país en materia de saneamiento adecuado para los núcleos poblaciones.

Pero con los retos que el cambio climático y el crecimiento demográfico de los núcleos urbanos plantean a corto y medio plazo en el ciclo integral del agua, la suficiencia no vale para avanzar en la transformación hacia los modelos productivos circulares que nos exige la transición ecológica en la que estamos inmersos.

Un cambio de paradigma hacia la circularidad del que el sector del agua urbana tiene muchas lecciones que dar y mucha tecnología que poner al servicio de los ciudadanos para completar el círculo infinito del agua con aptitudes y capacidades, logrando así que nuestras depuradoras sean auténticas minas urbanas en las que el mejor de los sistemas de saneamiento y depuración logren no solo una nueva fuente de agua para todos los usos, sino también aportar otros recursos que contribuyen a la salud del planeta y de las personas.



Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas