Sostenibilidad, agua y comunicación, una alianza clave para el Medio Ambiente

Sostenibilidad, agua y comunicación, una alianza clave para el Medio Ambiente

Sostenibilidad, agua y comunicación, una alianza clave para el Medio Ambiente

Este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, ‘El Ágora’ celebra dos años de existencia con la misma pasión con la que se fundó un medio que busca aportar su granito de arena en la lucha climática, con concienciación, divulgación y rigor



Hace ya casi un siglo desde que el gran Carlos Gardel cantara aquello de que “20 años no es nada” en su mítica Volver. Y aunque son pocos los autorizados para contradecir al más famoso representante de la historia del tango, lo cierto es que los apenas dos años de existencia de El Ágora parecen romper esta máxima: en este lapso tan corto de tiempo, este medio ha vivido de todo, sin perder un ápice del espíritu apasionado y transformador del primer día.

Desde crisis como la peor pandemia en más de un siglo o la multiplicación de fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones e incendios, hasta grandes progresos, como el Pacto Verde Europeo o la primera Ley climática de la historia de España, en solo veinticuatro meses hemos puesto de manifiesto los grandes retos y oportunidades que presenta el desarrollo sostenible. Y lo hemos hecho situándonos como uno de los medios de absoluta referencia sobre todo lo relacionado con el medio ambiente.

En el corazón de esta misión de comunicación, divulgación y concienciación ha estado y está, por supuesto, el agua, fuente principal de la vida y bien imprescindible para nuestro futuro. Un agua que, como consecuencia del cambio climático y el aumento casi exponencial de la población, se está convirtiendo en un recurso aún más valioso y escaso si cabe.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente la escasez del líquido elemento afecta a más del 40% de la población mundial, poniendo en peligro el futuro de muchas personas que ven como cada vez se vuelve más complicado acceder a este derecho humano.

El Ágora ha asumido desde el primer día, que la crisis climática y la crisis del agua son dos caras de una misma moneda, el mayor reto al que se ha enfrentado jamás la humanidad

Un agua que, tal y como nos ha recordado la reciente crisis pandémica, no solo se utiliza para beber y vivir, sino que también es básica para la salud y la sanidad. Un agua que, como ponen de manifiesto científicos y expertos de todo signo, es clave para la conservación de ecosistemas y la preservación de nuestra biodiversidad. Un agua que, en definitiva, apuntala la bóveda de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sirve por tanto de base a la hoja de ruta con la que la ONU quiere asentar los cimientos de un mundo que hable un lenguaje común: la sostenibilidad.

El Ágora ha asumido esta visión desde el primer día, dejando claro que la crisis climática y la crisis del agua son dos caras de una misma moneda que conforman el mayor reto al que se ha enfrentado jamás la humanidad. Así lo demuestra el hecho de que la fundación de este joven medio, y por tanto, nuestros aniversarios coincidan con una de las fechas más importantes para la divulgación climática y la comunicación sostenible: la celebración el 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente.

Este año, el tema central de esta señalada efeméride es la restauración de los ecosistemas y la urgencia de hacer las paces con la naturaleza, ya que coincide con el lanzamiento formal del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030. El objetivo de la temática escogida no es otro que reconocer la urgencia de prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo, un problema que cada año es más grave y amenaza la subsistencia de millones de personas que pronto podrían convertirse en migrantes e incluso refugiados climáticos. Porque, como siempre, y al igual que ocurre con el acceso al agua y el saneamiento, los más vulnerables son los que más sufren las crisis

En cualquier caso, cuando hablamos de restauración y conservación, el agua y su correcta gestión a nivel ecológico se presentan como elementos imprescindibles para lograr los objetivos marcados. Las inversiones infraestructurales en este recurso y la búsqueda de soluciones basadas en la naturaleza no solo proporcionan herramientas para combatir la escasez derivada del cambio climático, sino que permiten mediante la innovación sostenible una mayor resiliencia que permite conservar el agua para todas las especies, la biodiversidad y la naturaleza.

Para que el desarrollo sostenible pase de proyecto a innegable realidad necesitamos, sobre todo, remar todos a una

Es más, las infraestructuras verdes son a la vez clave para la conservación ecosistémica y para el desarrollo económico. Tal y como pone de manifiesto un informe publicado este año por la consultora McKinsey y el Foro Económico Mundial, las soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar un tercio de la mitigación climática que se necesita para poder limitar la subida de las temperaturas a 1,5 o 2 grados, tal y como exige el Acuerdo de París. Y lo pueden lograr, además, a un coste menor que la mayoría de las formas de eliminación de dióxido de carbono, como los sumideros o los dispositivos de captura de carbono.

Sin embargo, el camino hacia la sostenibilidad exige algo más que divulgación y concienciación, por mucho que esta sea una importante misión de la que estamos muy orgullosos en El Ágora. Para que el desarrollo sostenible pase de proyecto a innegable realidad necesitamos, sobre todo, remar todos a una, sin importar nuestro origen y condición, sin detenernos en polémicas estériles y concursos de poder. Sin alianzas, sin el compromiso y el acuerdo de todos los actores, la hoja de ruta hacia un futuro sostenible, la Agenda 2030, no es más que una quimera.

Los próximos 12 meses serán seguro decisivos. La ventana de oportunidad del desarrollo sostenible está abierta de par en par, pero solo aunando a todos los actores en torno a un mismo objetivo se podrán aprovechar los esfuerzos de organizaciones internacionales, países, sociedad civil y sector privado para frenar el cambio climático.

De ello depende el futuro de un planeta del que seguiremos informando, como siempre, con rigor, espíritu divulgativo, y agua, mucha agua.



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